31.8.07

Te miras y no sabes


Te miras al espejo
y colocas tu cuerpo ante
tu ira
y dices a tu vida:

“Tómame con la fuerza de turbios vendavales.
Quémame con un fuego de esperanza.
Hiéreme con espada de afiladas palabras.
Llévame a tus alturas silenciosas.
Y luego olvídame para dejarme solo,
que pueda allí sentir
cuanto aquí no sentí cuando debía.”

Pero luego descansas en la paz
del paisaje apacible que deseas
poner ante tus ojos y te dices:

“El tiempo lento de los árboles
y el tiempo aún más lento de las piedras
te dicen mucho más que el vendaval,
el brillo del relámpago o la lluvia.
Hay palabras escritas antes de que vinieras
que no terminarán
hasta mucho después de que te marches”

Quedamos hoy en tablas:
la ira da la mano a nuestra paz
y quedan en un vuelo que nos lleve
al vivir indolente de otro día.

27.8.07

Como el aire

Fiel, sutil, cierto, olvidado, imperceptible,
único ser capaz de confundirse
con la vida fugaz que nos posee.
Soplo, espíritu, aliento manso y firme.
Misterio urdido en llanto al nacimiento,
vehículo de dioses y de musas
que inspiran levemente su vivir
para que quede en arte y en acciones,
último que abandonas tus trincheras
ante el paso imparable de la muerte:
el último suspiro que expiramos.
Caricia si te mueves en la brisa,
nostalgia de palabras en el viento,
susurro cuando hablas con tus hojas,
temor al ulular entre las sombras,
gemido o canto en la garganta,
potente bofetada en huracán
sesgado contra el rostro de la tierra.
Fugaz y efímero es tu paso
como es pertinaz tu permanencia.
Cuando nos dejes nos iremos lejos.
Mientras tanto serás como el silencio
la presencia que queda tras la ausencia.

24.8.07

Cosas que pasan

Anda uno a veces rebuscando entre la pena el escueto consuelo de las palabras ya sabidas. Es sólo por decirlas a quienes pudieran ponerte una mano en el hombro. Buscaba de memoria el pasaje de “El Principito” que hablaba del zorro domesticado y del color del trigo. Por una de esas extrañas coincidencias de los blogs un comentario inesperado de Natsuki me lo trajo.

Querer domesticar lo que no es nuestro
lo trueca en dolorosamente nuestro
porque sólo es un plazo aquel que se concede
cuando nada más hay salida en despedirse.
Pequeño es el consuelo entonces
de cambiar el amor por el color del trigo.
Y es que el cuerpo supera mucho en peso
el soplo –tan liviano- de la luz
y tarda mucho más en despegar
que el instante en que lo hacen nuestros sueños.
Pasará, bien lo sabes,
y es eso justamente lo que duele
porque hay cosas que no quieres que pasen.
La vida y el amor son dos ejemplos.
Quizás también lo son
los besos que uno sueña por las noches
con un deseo húmedo en los labios.

22.8.07

Ser o no ser

No sé cuál es la entrada a los ojos ajenos que hubiera de abrirnos a otra luz. Rebusco en las aristas del silencio y en el vértigo de darse sin perderse para abrirse a horizontes de sorpresa. Y todo ello a la distancia adecuada para no abrasarse en caminar sin retorno al tiempo que es posible el contacto de los ojos y del cuerpo para sentir a un tiempo, Alguna vez lo he hallado acompañado así y como descubriendo lo que nunca había visto porque nunca había sentido. Dos rostros inclinados el uno junto al otro mirando al mismo punto de la misma búsqueda. Porque no es el punto el que nos habla sino la misma búsqueda en que uno es mano y tabla el otro. Y llegas a los vértices con el denso erotismo de la caricia mutua donde las palabras se hacen manos y el encuentro el dulce desenlace de llenarse. Y yo te digo: en aquella estrella naufragué un día para consolarme y fue aquella cumbre la que templó el ardor de la mirada y esa brisa la que me trajo aromas de sabor impredecible. Y tú me dices: Hay cosas que no son lo que se ve sino la parte el cuerpo que dejó el que supo mirar cuando miraba.

Debe de ser cierto: hay cosas que no existen sin otra mirada amiga que las ilumine y nos las muestre.

20.8.07

Terremotos para pobres

Tenía algún otro poema pensado para hoy. Pero tras leer a Bohemiamar
-a quien me remito para que no todo sea lamentarse sin hacer nada- y pensando en que hay desgracias naturales que son más desgracias cuando pasan en Perú o en India que cuando pasan en países ricos escribo de un tirón estas líneas que me niego a corregir de como salieron como muestra más de sentimiento que de literatura


Desde la ira escribo, que me sobra,
hacia la ausencia escribo, que me falta.
Por eso escribo a veces inculpando
al exceso de día que me invade
y al defecto de auroras que me huyen.
Me miro dentro sin dolor que cubra
como de moho y sombra mis palabras.
Convoco iras como odios sucios
contra este ciego orden que se ensaña
en la carne del débil o el adobe.
De mí mismo abomino porque aún me quedan lágrimas
con que acallar mi entraña
o porque puedo aún amar a un mundo
que mata y que traiciona.
Aún hay sin embargo quien se engaña
diciéndose que todo ha de arreglarse
haciendo que los ricos sean más ricos
y que los pobres se enriquezcan luego
con las pocas migajas que les sobran.

17.8.07

Fonética

Con los ojos cerrados y los labios muy juntos
pronuncia una palabra sin que suene
mientras yo hago lo mismo.
Juguemos a tratar de adivinarla.
Intentaré vencerte haciendo trampas.
No diré amor ni usaré labiales,
abusaré de consonantes sordas,
palatales, linguales y velares,
de vocales abiertas
y te verás forzada
a indagar con tu lengua tras mis dientes.
Te diré: calla, siente, enlaza
y el beso será eterno e inmortal.
Como lo son las búsquedas
de todo lo imposible.

15.8.07

Estatua


Escruto los silencios donde mi voz se encuentra.
Indago los espacios en que poner mi espacio
y te coloco allí para robar tu sueño
mientras vagas en paz de tan lejana.
A veces me pregunto si cuando hago esto
te estoy haciendo estatua con que templar mis ámbitos.
Pero sólo te robo tu marginal sospecha
de que a veces me miras cuando escapo.

13.8.07

Vibración

Son extraños los sentimientos que provocan las palabras más sentidas. Los que buscamos silencios evocadores a horas intempestivas antes de que amanezca nos encontramos sensaciones que planean sobre los cuerpos dormidos de aquellos que queremos. Desde el sueño dormido de ellos hasta el sueño despierto que los evoca brotan los versos como el armonioso sonido de una cuerda afinada bajo el tacto de dedos que salen de aquel para pulsarla.

El día que nos devuelve a la realidad no llega a apagar del todo posos como estos:

Púlsame como cuerda tensa
tendida entre tus ojos y mi olvido.
Púlsame desde el sueño en que te marchas
en la única hora en que estoy vivo.
Luego despertarás y yo seré
una áspera soga lacia y mustia
arrastrada sin vida entre dos sombras.
Sólo quiero mirarte mientras duermes
y entrar desde tu piel hasta el silencio
donde yacen las lágrimas ocultas,
donde duerme también ese sollozo
guardado para el tiempo de la ausencia.
Sólo quiero que sepas que te llevo
como un ansia de abrazos al silencio.

11.8.07

La vida sigue


Invoqué la firmeza con que la vida sigue.
¿Por qué habría de haber hoy algo nuevo?
Pero, por otra parte,
¿por qué habría de ser hoy todo igual?
Lo piensas más y más y al fin te dices:
son los detalles los que cambian:
los granos de la arena,
las formas de las nubes,
los estados de ánimo,
el número de muertos o de vivos,
las infinitas formas del terror,
del amor, del odio o de la indiferencia.
A veces hace bien reflexionar
sobre la estable exactitud del mundo,
la paciente y precisa lentitud
con que oculta sus cambios
a la veloz premura
con la que el corazón de día en día
se olvida de lo que es o lo que fue
a cuenta de soñar en el futuro.

8.8.07

Gota


Tenso impulso. Esperanza de caídas
adonde no hay sentido en resistirse.
Diminuta presión
en la leve mazmorra de una piel
turgente de reflejos.
Nacida sólo para mirar al aire
de la mañana fría
y guardarla fugazmente.
Dejo yo mi mirada en tu destino
y en tu cuerpo de líquida hermosura
sólo por verlo todo así:
Un círculo de luz en derredor
y el destino de un filo de caídas
sobre la tierra honda en que te pierdes.

6.8.07

Vuelta


La vida no es clemente con las ilusiones y los motivos de esperanza si no es sobre el ímprobo esfuerzo de seguir mirando. Cuando el tiempo impone su ley en la que el cuerpo pesa más que el volumen de las horas desplazadas acaba uno refugiándose en distancias en las que perder de vista el ámbito más denso que nos ata a lo sabido. Por eso vuelve una y otra vez al esfuerzo de alejarse para mirar de lejos.

Hubo tiempos en que uno buscaba lo que pudiera dejar sabiduría en los huecos de la ignorancia. Pero con el paso del tiempo uno acaba resignándose a la ignorancia y busca nada más el impacto de la sorpresa en los ojos desprovistos del suelo habitual de las costumbres ya sabidas. Más de nueve mil kilómetros de carretera por paisajes, climas, horarios y costumbres dejan un cierto empuje de vuelo a la inveterada costumbre de arrastrarse.

De ciudades y paisajes, de prisas y miradas no saqué lo que puede encontrarse en las enciclopedias sino que anoté la más sencilla luz que llevar a la penumbra de lo ya vivido.

Esto, por ejemplo:

Todo el océano en tus ojos turbios;
ansia de ardor entre tus dedos fríos.

(Atlántico en Portugal a la puesta del sol)


Dispuesto todo ya lo dejas todo;
el hueco de tus ojos abiertos como sed.

(Sierra madrileña. Partida al alba)

¿Mare Nostrum? Preguntas sin palabras;
tu mirada hacia el norte contesta que no es tuyo.

(De paso por la Riviera francesa)

Reflejo de la luz en Garda grita;
grito excesivo para tan alta fuente.

(Atardecer de domingo sobre el lago Garda)

Sopor sobre la tarde desvalida;
Es fuego la ciudad en tu más hondo cansancio.

(Atardecer en Graz)

En el hueco de un tiempo colocado
el tacto de un sonido regala tus oídos.

(Concierto popular en una plaza de Bratislava)

Mi vida por besar los dientes claros
de tan honda sonrisa desbordada.

(Una muchacha me ofrece sonriente un billete para una vuelta turística a Budapest)

Mirabas lejos sin saber;
un roce en tu antebrazo te lo dijo.

(Silencio en Viena desde el Prater tras el hondo contacto de una mano)

La lluvia empapa tus resecos ojos
y el Isar te parece la patria que te falta.

(Miro el río Isar en Munich derramado en lluvia)

Llanura fría junto al Rhin te hiela;
un otoño calienta tus entrañas.

(Frío del amanecer junto al Rhin, cerca de Estrasburgo)

Contemplar el futuro no consuela
cuando urge el tiempo en el mañana árido.

(Futuroscope artificial y denso)

Todo es igual pero más alto;
otro peldaño menos que subir.

(Se cierra el círculo en la sierra madrileña con el sol sabido asomándose al Lozoya))

[Veo, tras mi forzada separación de Internet, que se me acumula el trabajo de leer y comentar vuestros escritos. Intentaré ponerme al día poco a poco.]