14.11.10

¿Siempre?


Siempre, dijiste, y no sabías
la oscura relación de la palabra
con el mundo impalpable e ilimitado
en que no hay horizonte ni referencia alguna
a tu propia finitud.
Y, sin embargo, qué cierta la fe
con la que hiciste tabla rasa
de todo ese temblor en que vivías.

5.11.10

No tenemos más que una sola vida. Eso está claro. Como también está claro que cada uno trata de darle sentido mediante actividades que considera útiles para los demás o recreativas para sí mismo.
Pensaba en eso mientras, disfrutando de la facilidad que da la red para bucear en libros antiguos -o vidas ya extinguidas , si se prefiere- tropecé dentro del amplio y curioso catálogo de obras digitalizadas por la Biblioteca Virtual Cervantes (www.cervantesvirtual.com) con este curioso



Pensé inmediatamente que hace más de 150 años un señor para mí desconocido consideró que podía mandar a imprenta una obra que cautivara la atención de los niños con dibujos pretendidamente bonitos para enseñarles el alfabeto castellano y su escritura.
Ojeé varias páginas:







Y me pregunté por la sinceridad de la dedicatoria de su obra:


Porque, una de dos, o los niños de 1849 no se parecían nada a los de hoy o tanto su nivel intelectual como su capacidad de entusiasmo eran muy superiores a la de los niños actuales.
Yo ya tenía experiencia desde los años cincuenta del pasado siglo que ciertos libros de texto se pensaban más como justificación del autor que como utilidad para el alumno. En ese contexto recuerdo la frase misteriosa del libro de Religión que tuve que memorizar a mis diez años ante la imposibilidad de entender su significado: "Cada día eran más aceradas sus diatribas contra los judíos". Así me imaginé que los niños alumnos de un siglo antes quizás se vieran desbordados por la palabra "besuguero" tanto como por la palabra "cherinola", sin discutir que, sobre proponer una magnífica caligrafía de las letras, los dibujos le parecieran bonitos y capaces de cautivar su atención .
Acaso sea desmoralizador ver en qué ha quedado el esfuerzo de tantas vidas entregadas a su propia realización o a la educación y satisfacción de la de los demás. Pero por lo que a mí respecta no me cabe duda de que una incursión por páginas como la que cito resulta una reflexión más que profunda sobre el más íntimo sentido de nuestro esfuerzo..

Otro día os comento acerca de esta otra:



Valete (salud).