5.11.08

Leyes no escritas, 17: La excepción que confirma la regla

Es curiosa la tendencia, al parecer inevitable, de que quienes dominan las palabras acaban utilizándolas para convencer con su apariencia más que para razonar con su significado. Cuando uno intenta aprender qué quiere decir una palabra no es extraño que tenga que saltar de una página a otra y otra y otra del diccionario para acabar en la primera. Por eso tampoco extraña que los alumnos que quieren saber lo que significa una palabra acaben preguntando al profesor más que consultando un diccionario más enrevesado que el laberinto de Creta.
Yo mismo he cambiado, como prueba de ello, algunos dichos sabios por absurdas tautologías sin haber suscitado el más mínimo asombro, como si el valor de la expresión residiera en su incomprensiblilidad o en el ritmo o apariencia externa de la frase.
Pruébese con la frase: Lo breve, si breve, dos veces breve o con la formulación de los Luthiers: Está demostrado que de cada 100 personas que ven la televisión cincuenta son la mitad o bien: El hecho de que una araña sin patas no salte cuando se le ordena prueba que las arañas sin patas están sordas o incluso: No hay mayor sordo que el que no puede oír.
De parecido jaez son las disposiciones legales caricaturizadas por los famosos códigos de los derechos del Jefe:
Art. 1º: El jefe siempre tiene razón.
Art. 2º: En caso de duda razonable se resolverá de acuerdo con el art. 1º.
O con la de la exigencia de obediencia en una Orden Religiosa: Al Prior hay que obedecerle siempre porque, una de dos, o tiene la razón o no la tiene; si la tiene no hay duda y si no la tiene…pero, como la tiene…
Frases parecidas podrían multiplicarse hasta el infinito como prueba de que muchos argumentos sólo prueban que el último argumento es siempre sexual: Porque me sale de los pendientes.
Sin embargo cabría llamar la atención sobre la frase del título que proporciona una regla casi general de hacer lo que a uno le venga en gana y tener encima razón: Se reducen todas las posibilidades a dos, una favorable y otra no; se elabora una ley que remita de la segunda a la primera y ¡voilà! queda demostrado como lógico lo que ya teníamos como indiscutible.
Se perpetra, por ejemplo, una ley: En caso de duda el Jefe resuelve. Luego se considera dudoso todo lo que no está de acuerdo con lo que piensa el Jefe y se equipara el peso de las dos opiniones como ya sucedía en el caso del bardo del poblado de Astérix: Las opiniones sobre él están divididas, él piensa que es extraordinario y los demás, que es insoportable. Está claro que así siempre es posible el empate y, en todo caso, la duda: Si hay mayoría ganamos y si no la hay la sociedad está dividida.
No cabe duda: No hay regla sin excepción es la panacea. Tomamos como regla el orden establecido y como excepción la disidencia. De esa manera hasta la oposición está a favor de la regla porque es la excepción que confirma la regla de que no hay regla sin excepción.
¿Tomadura de pelo? Así lo creo. Lo malo es que no es chiste. Si uno se toma la molestia de mirar las leyes observará que muy a menudo dichas leyes no definen la bondad del de arriba sino que es dicha bondad la que hace que la leyes sean leyes.

24 Comments:

Blogger mia said...

Muy fuerte ybris,pero hay que aceptar,

algo que nunca me he resignado,

ni aprendo,a aceptar lo que no entiendo.

Besos

5/11/08 10:37 a. m.  
Blogger Patricia Angulo said...

¡Cómo me hiciste reir Ybris!

Gracias infinitas.

Besos

5/11/08 12:40 p. m.  
Blogger ZenyZero said...

Excelente!!
Y el maestro de tautología está siendo elegido ahora para gobernar el mundo...

Muy bueno.
Chuff!!!

5/11/08 1:12 p. m.  
Blogger Margot said...

Me pido ser excepción!!! a mí me gusta eso de la disidencia... jeje.

Sí señor, esto es significado y naita de apariencia. Lástima que el significado no aparezca siquiera como regla, ni tampoco como excepción, creo que le andan buscando desde hace años pero el muy ladino se esconde. Le quisieron llamar postmodernidad y se negó en redondo. Pobre... tan perdido él.

Besote, señor Ybris!

5/11/08 1:57 p. m.  
Blogger josef said...

Realmente esos ejemplos de frases con las que me reí están al orden del día. ¿Cuántas veces las oye la gente sin replicar? "El que no escucha no aprende", suele decirse. Pero, parece ser, que por estos tiempos ya no se aprende escuchando, ni leyendo, sino viendo los anuncios de la televisión que es lo que más veces te repiten...Saludos!

5/11/08 3:23 p. m.  
Blogger mangeles said...

Jejeje...pues sí...los Jueces no se equivocan nunca...salvo cuando se equivocan...y esa es la excepción que confirma la regla de que nunca se equivocan...

Yo siempre digo que YO NUNCA ME EQUIVOCO EN MI TRABAJO...los chicos jovencitos nuevos...me miran diciendo mira que chula...

Cuando ellos se equivocan y dicen ...no lo ví...no me dí cuenta...yo pensé..yo creí...

YO DIGO VEIS...NO OS HABEIS EQUIVOCADO ES QUE NO PRESTAIS ATENCIÓN...

YO HABRÍA DICHO..¡¡¡ME HE EQUIVOCADO ¡¡¡PORQUE HE HECHO TODO LO QUE PODIA POR HACERLO BIEN..Y AUN ASÍ ALGO HA FALLADO.

5/11/08 4:18 p. m.  
Blogger mangeles said...

ACABO DE OLVIDARME LOS BESOS CORRESPONDIENTES A TAN ESTUPENDO POST AMIGO YBRIS JEJEE

5/11/08 4:20 p. m.  
Blogger libertad said...

Es dicha bondad, la que las leyes sean leyes. Así es. Y cuando no existe esa "bondad" (o buena fe), las leyes entorpecen e incluso pueden ser tremendamente injustas.
Besos muchos
Y gracias por tu lucidez

5/11/08 8:05 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

En estos casos, basándome en mis experiencias, puedo decirte que he visto de todo: el jefe palurdo analfabeto que chulea al personal necesitado (que es el único que le corre el aire con sonrisa por delante); el inseguro al que le gusta más que le laman el culo a que le dan la razón -con ambas cosas ya tiene encargao fijo-. El cabezota -sólo necesita una frase para querer u odiar a alguien. Y el buen jefe, que puede tener sus fallos dado que nadie es perfecto; a este le va bien un informe detallado y por escrito, muy, muy bien argumentado y con acuse de recibo...a eso no hay oídos sordos que valgan.

5/11/08 9:19 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Disculpen, pero ahora blogger requiere una (opcional) -que más bien es una "por cojones"-, dirección blogger para identificarte decentemente, yo no tengo blog y me acabo de inventar un tal casilda.blogspot.com

Es que de otro modo no me deja publicar.

Lo siento Casilda´, no quería invadir tu espacio.

5/11/08 9:23 p. m.  
Blogger koffee said...

Me tragué lo de "cuando seas padre comerás huevos" :luego fuí madre... y seguí sin comerlos!
Ah! y el papirófago de mi jefe jamás tuvo razón cuando argumentaba que le perdíamos los papeles.
Un beso.

5/11/08 11:52 p. m.  
Blogger © José A. Socorro-Noray said...

¡Excelente! Exacto, es la excepción que confirma la regla.

Yo siempre tengo un refran a flor de piel:

"Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto"

Un abrazo

5/11/08 11:59 p. m.  
Blogger Isabel Martín said...

¿esto daría para una reducción al absurdo?
en todo caso, me pido disidencia, pero sin confirmar nada....
ayyyy, si tuviera a mi suegra a mano que buenas frases hechas me daría en este momento.

bona nit.

6/11/08 12:01 a. m.  
Blogger Ego said...

Plas-plas.
Aplausos tras el ron y la sonrisa

6/11/08 1:25 a. m.  
Blogger Nada sé said...

muy interesante tu texto

6/11/08 3:12 a. m.  
Blogger Maitena said...

“Aquí quien lo vio y allí quien lo contó” esta frase confirma la regla de que siempre se exagera aquello que vimos

besos

6/11/08 6:50 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

como dice el buen Barthes, somo screadores de mitos, las palabras no enlazan significados y significantes, somos nosotros quienes lo hacemos. Viva la polisemia!

6/11/08 2:38 p. m.  
Blogger Isabel Barceló Chico said...

Me han divertido mucho las frases que has incluido en tu texto, son geniales. Lo que siento es que, al final, el tema no es tan alegre como esas frases. Sí, a veces conseguimos hacer un laberinto con las palabras e incluso más: un laberinto donde las palabras ni siquiera quepan. Besitos.

6/11/08 7:18 p. m.  
Blogger doctorvitamorte said...

Habrá que volver a incluir el estudio de la lógica en los planes de enseñanza.

6/11/08 8:39 p. m.  
Blogger irene said...

No dudo que tenga un fondo serio, pero me he reído un montón leyendo tu escrito, en momentos a carcajadas, y eso que no soy de carcajada fácil.
Lo peor es que ni los jefes ni las leyes son siempre justas ni acertadas y no sabes para donde tirar, te ves atado de pies y manos, una impotencia difícil de aceptar, y encima está el famoso artículo 33, los pendientes.
Pues sí, en cualquier ámbito, una tomadura de pelo.
Gracias Ybris, por ponerle humor.
Un abrazo.

6/11/08 9:39 p. m.  
Blogger Mamen said...

Me ha encantado lo de los 'pendientes'. Me la apunto.

6/11/08 11:03 p. m.  
Blogger manuel_h said...

y eso sí, siempre con humor!! gracias

10/11/08 12:23 a. m.  
Blogger raindrop said...

Este dicho siempre me ha parecido de lo más absurdo. Si un científico encuentra una excepción a una teoría, lo que debe hacer es no tenerla nunca como ley. Las leyes no contemplan excepciones de ningún tipo. Por eso se dice (por ejemplo) Ley de gravitación universal y, en cambio, Teoría de la evolución. La clave está en las excepciones, que jamás podrán confirmar una regla, sino todo lo contrario.

un fuerte abrazo

11/11/08 12:47 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Leyes del diablo que repartía todo por mitades : uno para mí, uno para usted, otro para mí, ¿vamos bien? Uno para mí,...
El que posee la ley no se equivoca y no debe equivocarse. La sorpresa del alumno ante el profesor que dice "no lo sé", o "lo siento, me he equivocado"...
Este post me ha recordado muchas expresiones olvidadas.
un saludo de colega desde el otro lado de los Pirineos.

20/11/08 11:01 p. m.  

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