Fatum
Tal vez la hierba fuera
demasiado callada
o demasiado lento
el rumor de su crecimiento.
Quizá el suelo estuviera
demasiado dormido
para que despertara en él
el secreto de las miradas
que la nostalgia hubiera acumulado.
La encrucijada, acaso,
entre el sol, las estrellas y la aurora
se hiciera demasiado oculta...
Sólo quedaba cierto
el flujo de las piedras, su caída
al hipnótico punto
que guiaba los pies
hacia la tarde.
22 Comments:
Entre semana escribes versos sin miedo al tiempo. Los fines de semana: ¡te estás enganchando al zapatófono!...jeje (cuidado con los vicios buenos)
Besetes encrucijados.
Me lo llevo.
C.A. Makkkafu.
pies acariciando recuerdos verdes de hierba, deslizándose la escarcha en un reguero líquido, mientras el sol despierta.
siempre sugieres, ybris.
abrazos sónicos,
sergi
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Adentrarnos en la nostalgia -cuando sentados en el parque tratamos de evocar, inclinándonos hacia delante, agachando la cabeza y concéntrandonos en la infinitud de la hierba con un gesto como desconsolado- es lo que puede sacarnos de determinadas encrucijadas.
Los pasos del deseo... Y un atardecer de sugerencias...
Besos.
El tiempo nos lleva siempre " a lomos" no podemos bajarnos de él, y el destino está al final del flujo de piedras, que no paren de moverse.
El tiempo y su reflexión...siempre estamos ahí...un abrazo
Importa lo que se percibe, lo que cadenciosamente se pretende. Encontrado en cada uno de tus versos. Las palabras espaciosas y serenas. El ímpetu de la montaña y el rumor sosegado de los mares de cereal.
Tan sólo la piedra sigue en su rodar. No como las semillas que el viento esparce sino como la imagen cambiante del pensamiento.
Salud.
Acaso uno cree estar yermo cuando
-arrogante-
la vida le germina de ambrosía,
y sabe del aliento enardecido
por un pecho acompasado
que se abre para abrigar el tuyo.
Deleitarse con su sabor
hasta penetrar en otro cuerpo
como excusa para soldar dos almas,
para comprobar atónito
que la encrucijada grita nuestro nombre,
con su voz, su tez y su mirada.
Un abrazo.
Hay muchas más cosas que uno se puede preguntar paseando por el parque, non solum pateando hojas caídas, sed etiam alzando la vista para ver como las nubes se pasan por el forro la ley de la gravedad.
Y ahora que lo digo, desvariando,... a qué huelen las nubes?
Se te quiere un montón, lo sabías?
Quizá el roce furtivo de tu espíritu sobre el mío.
Aún más lento y callado,
pero no tan dormido.
Chuff !!
Atados al tiempo.
Atados a tus palabras...
Buenos días. Gracias por tu equilibrio. Besos.
Quizá el fatum es provocado de manera consciente o inconsciente por la propia persona. Me gusta como escribes Ybris.
Un beso
Por cierto, utilicé el término en mi post de hoy, los hados son propicios, :).
Me hiciste pensar en esos momentos de quietud absoluta que nos ofrece la naturaleza en ocasiones y que de tanto silencio me da temor y busco algo, por favor, urgente que me demuestre que esto sigue andando, entonces el ruido de la piedra me devuelve al sitio del observador impavido.
He pasado por esto.
Besos
me voy para abajo, sigo leyendote...
la hierba nos habla, es cierto, pero nunca tenemos tiempo para escucharla....
Y ese dejo de tristeza, tierna tristeza que humedece los ojos y crea la ilusiòn de que te rozo.
Pudiera ser esta mirada interna, o este quedar a merced de este ànimo nacido del silencio.
Un gran abrazo, Ybris
...Deslizandote...en la levedad de un sentimiento que fluye atónito, entre las brumas y las certezas de un viaje en el que no llevas mas que las caída de tus pies hacia esa tarde...esa tarde de la vida...
Como siempre es una delicia leerte querido profesor...
un fuerte abrazo.
Carlos
fuertemente bello.
Saludos
Si estas fuesen las primeras palabras que te hubiera leído, pensaría necia de mi que hay melancolía en ellas, pero, "creo" dudando minimamente que aún cualquier cosa, por nímia que parezca- aún puede sorprenderte y darte cuenta de su existencia.
Admiro como te recreas en todo.
Olimpia.
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