6.6.07

Otra Feria del Libro


Hace un año escribía en este mismo cuaderno:

“Hay citas a las que uno se somete como a un rito. Como siempre la única duda es el buscar la tarde menos polvorienta, la hora más propicia, el cielo más encapotado que acaso pudiera dejarnos su clemencia de sombra y su dulce amenaza de lluvia en nuestra piel.

Sí. Hay citas que ya son reto a nuestra propia capacidad de permanencia, de lealtad y de constancia porque uno descubre el claro trecho que de un año a otro va poniendo su capa de sal en nuestros pasos, la espalda un poco más dolorida, los ojos más miopes, el ánimo más cerca del polvo del paseo, el cuerpo más rendido a la derrota.”

Este año tampoco hemos faltado, pero ha habido diferencias: las seis de la tarde en El Retiro de Madrid era un tiempo acogedor y suave. Las espléndidas fotos de Philip Plisson, este año sobre el mar, adornaban el marco de los libros e interpelaban a los visitantes en su pausado caminar. Nuestra nieta de dos años de mirada tan limpia como su sed de libros y su palabrería incipiente y ávida estaba entusiasmada de que la hubiésemos llevado en metro a ver cuentos. Inmediatamente comprendimos que nuestra búsqueda programada de títulos iba a tener otros derroteros inapelables habida cuenta de la imposibilidad de que la escasa estatura de la niña le permitiera ver lo que tanto deseaba.

Afortunadamente un puesto de lúcidos libreros de literatura infantil había dispuesto un sistema de tarimas escalonadas para que los niños llegaran a ver y a manejar los libros. Allí el tiempo se detuvo y se hizo infinito sobre ellos. “Léemelo, abuelo” –decía una y otra vez. Porque, curiosamente, el rito de la lectura para ella consiste en que yo vaya leyendo mientras señalo la parte de los dibujos que corresponde y ella va marcando con su dedito las letras que se imagina que dicen lo que yo leo. Cuando yo me paro, ella repite la última palabra que he dicho y apunta al azar a letras para ella aún incomprensibles mientras deletrea como si leyera.

No hubo remedio posible más que dejar a los mayores seguir su rumbo mientras yo me metía con ella en la carpa de lecturas infantiles habilitada en el centro. Allí, como una temprana Helen Keller explorando la secreta relación entre palabra y significado me iba trayendo un cuento tras otro de las estanterías para que se lo leyera.

Las nueve de la noche impusieron el fin del rito dejándonos pendientes muchas cosas.

Yo volveré otra vez, a solas conmigo y con mi tiempo a buscar algo más para perderme mirando.

Y mientras tanto formulo en el tiempo mi deseo de que la parte inmensa del mismo que a mí me supere lleve hasta los confines de este siglo un recuerdo borroso de este claro hoy que pueda mi nieta dejar en los ojos de la suya.

23 Comments:

Blogger Manos pequeñas said...

Las citas contigo lo bueno que tienen, es que te hacen encontrar cosas que no sabías.
Es una cita "a ciegas", descubres partes que ni tu espejo conoce.
Cariños

6/6/07 5:02 a. m.  
Blogger Carz said...

Poética y preciosista descripción utópica de la nada.

Pero nos consuela. Y eso basta.

Un abrazo.

6/6/07 5:17 a. m.  
Blogger Chalá perdía said...

Las palabras tienen sonidos y significados. Ese descubrimiento es la llave mágica, la manera en la que se haga el hallazgo será la que a ella le abra las maravillosas puertas de la fantasía.

Y no me extraña que a la nena le guste, porque me ha dado un súbito deseo de ser niña y dejar pasar mil y una horas escuchándote contar cuentos...

6/6/07 7:16 a. m.  
Blogger Maitena said...

en la feria del año pasado le compre al pequeñin..."Un quixot amb bicicleta" de Enric Lluch. cuando ve los dibujos pregunta..¿eto que es?

un beso de abuelos

6/6/07 7:17 a. m.  
Blogger Caminante said...

Qué bonito expresaste el gusto, la pulsión, por la lectura, el deseo de transmitirla.
Yo también estuve en la feeria.
Un beso PAQUITA

6/6/07 8:53 a. m.  
Blogger Leuma said...

Ternura, es lo que me sale al leerte. Imagino a la niña disfrutando de esa experiencia y al abuelo gozoso y emocionado. Creo que ella lo recordará, seguro, aunque sea aún pequeñita algo quedará, y cuando vaya a sus propias ferias del libro añorará la voz de su cuentacuentos, de su abuelito.

6/6/07 9:47 a. m.  
Blogger Joan Torres said...

No sé si te diste cuenta, pero ayer sucedió un hecho extraño. Realmente extraño. Hoy lo mencionan todos los medios de comunicación. Cuando digo todos hablo de la prensa nacional e internacional en sus primeras planas. Los boletines de noticias de la radio y de la televisión. Y por descontado es la comidilla en todos los foros de internet.

Ayer, como un hecho inusual y extraordinario desapareció durante unas horas el mundo conocido. Se calcula que el suceso se alargó desde vuestra entrada en la carpa hasta a eso de las nueve.

Sólo quedó una pequeña mesa llena de libros. En ella un chaval le leía a una dama bellísimos libros.

PD. Hacía tiempo que al leer no me emocionaba. Me debes una.

6/6/07 10:57 a. m.  
Blogger makkkafu said...

o(*_*)o


C.A. Makkkafu.

6/6/07 11:15 a. m.  
Blogger Margot said...

Quién quisiera perderse solo, aún entre libros, si puede hacerlo en los ojos y el entusiasmo de los de ella?

Las citas deben ser cambiantes y que crezcan con nosotros aun más miopes o con más polvo. Siempre hay quién o qué lo sacude.

Un besote!!

6/6/07 12:32 p. m.  
Blogger sb said...

siempre me han fascinado los niños leyendo, con los ojos abiertos, dispuestos a creer todo.. es una pena que perdamos eso al crecer junto con tantas otras cosas.

6/6/07 12:42 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Necesitamos sentir más a menudo la dulzura de la infancia. Nos la has hecho sentir, y de regalo un babero!;). Mis felicitaciones.

6/6/07 12:50 p. m.  
Blogger Hipatia said...

De la infancia echo de menos la idea de futuro. Los niños son privilegiados.
Más que la artrosis o el cansancio del cuerpo me atosiga la falta de tiempo para seguir entusiasmándome y aprendiendo.
Los niños tienen tiempo de ensimismarse, tienen un futuro que a mi generación se le negó; nos hicieron un traspaso y se nos dió muy poco con él, pues no había nada nuevo.
Me ha encantado tu post.

Un saludo desde la Enterprise.

6/6/07 1:15 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

cuando borja tenía 6 meses lo llevamos a la feria del libro, el sol quemaban sus pies pequeñines y llevaba una remera roja. Hoy con 6 años, teniendo a padres artistas, ha ido a tantos museos en el mundo, y a tantas exposiciones que no sé que será de él. Mis padres, seguramente de su eda Ybris, intelectuales ellos me llevaban a las ferias del libro de Lima, empaplearon la casa con ellos, muchos muchos, demasiados, luego yo, la hija disidente se volvió artista y ahora no sé si me entienden. Y cuando usted va a mi blog y me comenta de mi expo en Ny, me emociona tanto, no sabe cuánto. No sabe lo feliz que me hace visitar su espacio, leerlo, saber que tiene una nieta. Saber que existe Ybris. Cómo me gustaría tener un padre como usted

Besos con admiración niño sensible.

6/6/07 1:55 p. m.  
Blogger Sangre said...

...Ya somos dos querido amigo, la jungla de las letras impresas es un lugar fascinante...un abrazo
Carlos

6/6/07 5:03 p. m.  
Blogger Dátil said...

Me encanta la feria del libro en Madrid, en ese Retiro soleado.
A respirar ese aire tenue de aliento que recibes como un recital por esas calles repletas de caras.
Besos,

yo.

6/6/07 8:31 p. m.  
Blogger Lágrima del Guadiana said...

Qué bonito imaginarte (o verte, porque leyéndote uno te vive igual que nos das vida con tu sensibilidad) en el Retiro, leyéndole a una niña tan chiquita, o paseando a solas...

Eché de menos la rosa en mi libro aquel día, pero a veces a uno se le rinden los sueños.

Sigo refugiada en tu hermosa cabaña...

Un beso

6/6/07 9:16 p. m.  
Blogger Millaray said...

Te vas imaginando el cuadro y... se ven muy bién juntitos,bravo por ambos ,porque se regalaron ese tiempo de compartir, lo de la feria es hoy el paisaje ,porque leerle a los niños de verdad alegra un montón el espíritu, entonces a darnos el tiempo para estos detalles de vida que son importantes y te aseguro inolvidables.
Qué lindo el comentario que te ha dejado escéptico,SOY CURIOSA en fin...
Besitos amigo

7/6/07 2:38 a. m.  
Blogger UMA said...

Bellos tus ojos para tan especial mirada de las cosas...
De seguro es màs bello de lo que he leìdo e imaginado.
Me quedo con ese aroma generoso con aire de milagro, es que hoy estoy por demàs a flor de poro:)
Tambièn me han 'tocado' los sentidos comentarios.
Un abrazo, Ybris.

7/6/07 3:36 a. m.  
Blogger Luisamiñana said...

Nunca mejor aprovechada la visita, no lo dudes. Ese largo rato con tu nieta, explorando imagen y palabra, seguro que será un mojón importante en su largo camino futuro. Me ha encantado la escena. Qué hermosa.

Voy a proponerles a los de la Feria de aquí que imiten esa buena organización. Aquí es una tristura la Feria, de verdad, cada año más sosa. Y de carpas infantiles nada. Eso ya indica bien la cortedad de miras.

7/6/07 10:54 a. m.  
Blogger Fernando said...

me da envidia tu feria...la nuestra es de dibujos animados...abrazos

7/6/07 1:41 p. m.  
Blogger Lunarroja said...

Maravillosa visita la de este año a la Feria del Libro.
Quizá irrepetible. Mágica en cualquier caso.
Y es que nuna está de más ver el mundo a través de los ojos de los más pequeños.

Y ya verás cómo en tu próxima visita echas de menos a tu nieta. Y que mirarás de reojo ese puesto infantil al que solo no tiene mucho sentido entrar.

7/6/07 2:31 p. m.  
Blogger Simplemente Olimpia. said...

Ese recuerdo,los acaedidos y otros futuros ... ese paseo, y todos sus descubrimientos serán la mejor herencia que puedas dejarle a tu nieta.
Una postal preciosa.

Un beso.

Olimpia.

7/6/07 5:22 p. m.  
Blogger thirthe said...

estoy deseando ser abuela

7/6/07 9:56 p. m.  

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