19.9.07

Más azares

Hace dos semanas hablaba de esa sorpresa que se traduce en muerte imprevisible para alguien que en una acera no puede saber que el autocar que se le acerca es la muerte con tus propios ojos, según el verso de Pavese: “Verrà la morte e avrá i tuoi occhi”. Eso sucede cuando el autocar se acerca, se abre imprevistamente el portón de las maletas y golpea mortalmente al peatón en la cabeza sin un solo signo que permita preverlo.

El domingo pasado tuve la vivencia personal de otra sorpresa parecida con resultado de vida y poso de advertencia y susto. Cuando recobré el aliento me daban vueltas unos versos de García Montero que ahora gloso por no dispone del libro en este momento al alcance de la mano:”pasó a mi lado sin fijarse en mí. Y el muerto del periódico no tenía mi nombre”.

Veréis, todo sucedió así, en una fracción de segundo.

Todos los domingos voy a comprar en coche el periódico hasta el pueblo cercano a la casita donde suelo pasar el fin de semana. Tengo que pasar un cruce peligroso que tiene un cambio muy fuerte de rasante hacia la izquierda visualizado con un espejo convexo de gran curvatura que permite adivinar los coches que se acercan por ese lado, aunque significativamente deformados; por la parte derecha hay una recta con buena visibilidad desde la que los coches vienen deprisa sin apercibirse casi de que hay un acceso a la calzada por el lado izquierdo. Como siempre hago, me fijé detenidamente en el espejo para percibir cualquier movimiento por el lado izquierdo: sé muy bien que cualquier coche que viniera de esta parte tendría forma de un punto diminuto creciendo vertiginosamente sobre el verde deformado de un árbol que se mantiene quieto. Todo parecía quieto y sin variaciones, así que volví la cabeza hacia el lado derecho donde sólo vi la recta sin un solo vehículo al alcance de la vista en más de quinientos metros. Volví a mirar con detención al espejo esférico y me lancé a cruzar con decisión y seguridad cruzando el lado izquierdo de la calzada para torcer inmediatamente a la izquierda, ya en mi carril correcto. Eran sólo cuatro metros hasta llegar a ese carril y yo tenía la vista puesta a mi lado izquierdo en que tendría que bajar la rasante. Justo en la línea de separación de los dos sentidos de la carretera apareció por mi derecha un coche que pasaba a toda velocidad a escasos centímetros del mío que se incorporaba. No hubo lugar a frenazos, ni a sorpresas ni a ninguna otra reacción. No se trató de un acto de reflejos que impidiera el choque. Fue sencillamente un azar de una o dos centésimas de segundo el que hizo que no chocáramos con gran violencia dada la velocidad con que el coche de la derecha se me acercó y la potencia con que yo accedía a su mismo carril. Si él hubiera ido un poco más despacio o yo un poco más deprisa habríamos chocado irremisiblemente con el más que previsible resultado de caer los dos desde el puente que imponía el cambio de rasante a la autovía repleta de coches que pasaba cuatro metros más abajo. Ninguno de los dos hizo el más mínimo gesto de ajustar nada y seguimos nuestros camino a una vida que bien podría haberse truncado inesperadamente

No recuerdo más que el vuelco del corazón al ver el coche a pocos centímetros de la parte derecha del motor de mi coche. Todavía me pregunto cómo fue posible que no viera venir ese coche después de haber mirado con la detención que siempre lo hago. Quizás estuviera pensando en otra cosa o diera por supuesto algo que no tendría por qué haberlo hecho o confundiera su apariencia con cualquier otra cosa inmóvil en la carretera o sencillamente mi subconsciente diera por cierto lo que no lo era. El caso es que no vi venir el coche al que yo me habría de aproximar irremisiblemente.

Paré en el arcén unos cien metros más adelante hasta tranquilizarme mientras se me venía como real el desastre que dos décimas de segundo impidieron que sucediera.

En las extrañas coincidencias que el azar pone en nuestro camino la vida a veces se trunca o a veces se salva. Cuando las dos salidas casi se superponen y la vida sigue te das cuenta de que aunque digas que tienes que tener más cuidado sabes que hay una espada como la de Damocles que pende sobre tu cabeza.

Soy de los que creen que tenerlo en cuenta no es amargarse sino no ser tan necio como para ignorarlo.

No volveré a pasar por allí sin mirar dos veces más a cada lado.

Pero sé que también habrá otra coincidencia imprevisible que me esté esperando como impacto o amenaza.

20 Comments:

Blogger Lunarroja said...

¿Crees en el destino?
Supongo que cuando pasan cosas como estas, la respuesta es un rotundo sí.

Sorpresas, azares, circunstancias, coincidencias, casualidades... la vida está hecha de todo eso.

Me alegro no sabes cuánto del resultado de tu vivencia. Pero no dejes de mirar con mucha más atención el próximo fin de semana.

Un beso merecido.

19/9/07 12:44 p. m.  
Blogger Patricia Angulo said...

¡¡¡Ayyy casi me muero del susto nada mas que de saberlo!!!!!


¿¿¿Te vas a cuidar mas ahora???


¡¡¡¡Porfis!!!!!!

Un abrazo fuerte y felíz :)

19/9/07 1:20 p. m.  
Blogger Leuma said...

Una nueva oportunidad para ti y una experiencia de la que aprender pasado el susto. No sé si será el azar o como dice lunarroja hay un cierto "destino" para cada uno de nosotros, en todo caso me alegro de que no te pasara nada, un beso

19/9/07 1:21 p. m.  
Blogger Sofía B. said...

¡Vaya susto!

P.D. Después de tanto piropo lo menos que podía hacer era convertirme en tu memoria ocasional.

"Primer día de vacaciones"
"[...]Al cruzarse conmigo,
se detuvo un momento y me miró a los ojos:
no he venido a buscarte,
no eres tú todavía.

Me despertó el tumulto del mercado
y el ruido de una moto
que cruzaba la calle con desesperación.
Era media mañana,
el cielo estaba limpio y parecía
una bandera viva
en el mástil de agosto.
Bajé a desayunar a la terraza
del paseo marítimo
y contemplé el bullicio de la gente,
el mar como una balsa,
los cuerpos bajo el sol.
En el periódico
el nombre del ahogado no era el mío."

19/9/07 1:49 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Eres un hombre de suerte, Ybris. Has vuelto a nacer, también el otro, pero me alegra seguirte leyendo.
Conocí a alguien muy enfermo de cuyos males nadie sabía; optó por irse lejos de vacaciones y se estrelló en una avioneta por el Orinoco. Nunca sabremos dónde está la parca!.

Mi enhorabuena.

19/9/07 2:22 p. m.  
Blogger Carz said...

Hay quien dirá que has tenido suerte, pero no es cierto. La suerte hubiera sido que no te hubieses llevado el susto. Lo que no has tenido es demasiada mala suerte.

Todos "sabemos" la fragilidad de nuestra existencia, pero, en hechos como éste, además lo "sentimos".

Lo malo -o lo bueno, no sé decidir- es que nos olvidamos.

Un abrazo.

PS.- Si por el carril contrario tienes más visibilidad y margen de maniobra, incorpórate unos metros por él, así tendrás más oportunidades de esquivar la mala suerte en otra ocasión.

19/9/07 3:26 p. m.  
Blogger Chalá perdía said...

Es increíble que a veces sean unos segundos los que tienen en su poder la vida o la muerte, la suerte y todos los azares. Los que no suceden como afortunadamente ha sido tu caso y los que sí.

Nuestros sentidos son los que son, los reflejos también, pero seguro que ese coche iba demasiado deprisa, hasta puede que ni estuviera cuando miraste. Antes no iba mucho por carretera, pero ahora puedo decir que he visto cosas que te quitan las ganas de ir en coche...hay demasiados locos al volante.
De todos modos me quedo con la alegría de saber que no pasó nada. Inmensa.

19/9/07 3:44 p. m.  
Blogger Lágrima del Guadiana said...

Se me ha hecho un nudo en la garganta, Ybris.

No sé a quién encomedarme o a qué darle las gracias, pero lo cierto es que celebro más que nunca tenerte aquí, bueno ahí... en el corazón y la mente.

Un fortísimo abrazo

19/9/07 4:29 p. m.  
Blogger UMA said...

Hay un lugar, un momento, una situaciòn para cada uno.
Conservo el recuerdo en que me he visto cerca de la muerte (a veces no es bueno recordarlo mucho y/o tanto) a veces solo es necesario llevar màs cuidado porque pareciera estar en nuestras manos el giro del destino hacia la fatalidad (y hay muchos que conducen como fieras)
Un beso enorme, Ybris y un un abrazo gordo.

19/9/07 6:06 p. m.  
Blogger EUPV Paiporta said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

19/9/07 11:36 p. m.  
Blogger Maitena said...

ha sido un lapsus

19/9/07 11:46 p. m.  
Blogger Indigo said...

hay cosas que simplemente pasan o no pasan. Y no estoy muy segura de que mirar dos veces más sirva de algo ( pero, por favor y por si acaso, mira)
Abrazo

20/9/07 1:29 a. m.  
Blogger Camino del sur Pilar Obreque B said...

Nadie se muere en la víspera, situaciones como la que te sucedió, confirman ese dicho, fuerte experiencia!!!!!!

Por suerte no pasó a mayores


Saludos
M. Pilar

20/9/07 5:14 a. m.  
Blogger libertad said...

Es tremenda la consciencia de esto, verdad?. La fuerza del instante para cambiar el ritmo de los acontecimientos. Cómo a veces la balanza se inclina a nuestra favor, y cómo a veces no, todo en un instante, en un instante que quizás es controlable, pero que a nosotros nos parece incontrolable...
Pero como dice Carz, siempre tan acertadísimo, lo bueno es que de esta fragilidad nos olvidamos en el día a día, y a veces es mejor que así sea, porque si no, nos quedaríamos palizados inmóviles.
Tomémoslo siempre como una oportunidad bendita...pero cuidate mucho mucho, eh?
Besos

20/9/07 9:26 a. m.  
Blogger Enrique Sabaté said...

Lo primero amigo mío, que no sucedió y me alegro por ello. Después podemos analizar si hay destino como decían los clásicos o todo es producto del azar. Y lo tercero, mucho viaje para comprar la prensa, así que deja el domingo y no leas. Supongo que esta opción será improbable.

Un abrazo.

20/9/07 10:55 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es tan bueno saber que te encuentras bien, Ybris. Suerte o no, casualidad o causalidad, susto o aviso, instante o eternidad ¿saber o no saber? Importa saberse ¿o no?
Un abrazo verdadero.
Insanity

20/9/07 2:44 p. m.  
Blogger gaia07 said...

Un abrazo Ybris. Y un beso.

20/9/07 10:51 p. m.  
Blogger Caminante said...

A TODOS NOS DEBE HABER PASADO ESO EN ALGÚN MOMENTO, el pensar... ¿de donde ha salido ése?
Encantada de volver a verte y un abrazo fuerte, fuerte.
PAQUITA

21/9/07 2:09 p. m.  
Blogger Simplemente Olimpia. said...

uffff!!!

Olimpia.

22/9/07 1:21 a. m.  
Blogger thirthe said...

y no tienes otro camino para acercarte al pueblo a comprar el periódico?:-)
yo no me fío nada de esos espejos convexos, y más si los coches van a semejante velocidad. Ten cuidado, amigo ybris, mira cien veces si hace falta.

24/9/07 11:57 p. m.  

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