30.1.08

De lo publico y lo privado: teoría de colas.

Observe usted una cola ante una ventanilla. Lo más larga posible. Gente esperando para sacar entradas de un espectáculo, para entrar los primeros en unas rebajas, para comprar la última versión de una videoconsola o para ver un pabellón atractivo en una “Expo”. Una empresa ofrece algo que muchos demandan. La empresa obtiene unos ingresos y los demandantes una satisfacción que deseaban.

Observe usted lo que sucede. El éxito de la empresa se mide por tener al empleado de la ventanilla sin resuello durante todo el día y no por satisfacer la demanda de todos los que esperan. Más aún, el éxito es tanto mayor cuanto a mayor número de gente le dan con la `puerta en las narices, porque está claro que el precio aumenta con la escasez y el rendimiento es más alto si no hay que esperar a que el cliente venga.

Solución. Si te proponer vender 100 crea una expectativa o un deseo de 1000 y tu negocio está asegurado. Naturalmente que 900 se quedarán con las ganas, pero eso no es asunto tuyo porque tu legítimo deseo es obtener la rentabilidad máxima de tu laborioso esfuerzo.

No parece que haya nada que objetar a esto si de lo que se trata es de ofrecer espectáculos, abrigos de visón, coches excesivos o caprichos o lujos varios. El que quiera lujos, caprichos o rarezas que los pague y el que los ofrece que cobre lo que pueda.

Lo que no es aceptable es ese sistema en lo básico e imprescindible. Hablemos de los derechos constitucionales para todos: trabajo, sanidad, vivienda o enseñanza. En esos casos el legítimo proceder de la empresa privada creando colas imposibles es sencillamente inaceptable. Se trata de llegar al último de la cola y no de tener todo el día la ventanilla abierta. Por eso no puede encomendarse a la empresa privada esa labor porque su viabilidad sólo será posible si deja insatisfecha la demanda.

Parecería una solución si la responsabilidad de lo básico recayera en el sector público que repartiría parte de su obligación en las empresas privadas. O, dicho de otro modo, que el Estado atendiera a los excedentes de las colas. Ojalá fuera posible porque eso sería el bienestar para todos, pero, desgraciadamente, ese proceder supondría una competencia entre los dos sectores en donde las empresas consideran que la Administración le quita clientes con dinero de todos y disminuye su rendimiento y ésta que considera injusto tener que atender la zona no rentable con ese mismo dinero de todos.

Quizás este profundo debate debiera estar en el fondo de las ofertas políticas en vez de andarse por las ramas.

Que a veces cree uno que en el fondo nadie quiere atender al último de la cola.

30 Comments:

Blogger Juan Luis Carreras M. said...

El sistema neoliberal es la misma selva de lo impersonal y de la competencia.
El Estado sólo observa la fila: los primeros de ella no son de su ocupación porque tienen los recursos para acceder siempre en primer lugar a los ofrecimientos del mercado de la vida, quienes conforman el bloque medio son vistos por éste de reojo, como por quien observa la casa del vecino y sólo pasa a preguntar que tal le va, finalmente, mira con lástima a aquellos que permanecen al final de la fila, y responde con beneficencia, con caridad.
Aún así, no nos engañemos, hay otros varios que ni siquiera alcanzan a llegar a la fila: son los excluidos, los olvidados, los que no suman a las cuentas de la empresa privada, ni suman votos para quienes en su turno dirigen los destinos del impersonal e incompetente Estado "regulador".

Saludos Ybris.

30/1/08 6:23 a. m.  
Blogger mia said...

ybris

de este análisis minucioso,real

al cual acude con más triste

verdad,Juan Luis,me dejas

apenada de reconocerme entre

las últimas de ciertas filas...

Al llegar después del destierro

he aprendido a preguntar

¿quien es el último?

Esto es exclusivo aquí,allí

es el atropello y,todos

están acostumbrados...

muchos besos

30/1/08 10:12 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

El consumo de masas crea este tipo de situaciones. Somos nosotros los que les damos carta blanca. Todos acudimos a los mismos sitios, a las mismas horas, a comprar lo mismo; esto implica que la empresa se acerca cada día más al sueño dorado, el monopolio. Al monopolista le interesa vender menos y hacerlo a un precio superior al del mercado. La demanda está garantizada y el precio de monopolio cada día es mayor. Si el vecino hace cola para comprar aquello, el consumidor tipo querrá compara aquello, su predio de reserva (cantidad máxima que determinada persona está dispuesta a pagar) cada día se inflará más. Es el paraíso empresarial.
Besos

30/1/08 10:18 a. m.  
Blogger Margot said...

Plas, plas, plas...

No sólo a veces, estoy convencida de que nadie quiere atenderlos, de que ni siquiera se percibe su existencia.

Cada vez más alejado de la realidad pero sería apropiado que se dejara de confundir la necesidad con la demanda, son distintos ámbitos que pueden ser compartidos, los primeros para lo público, los segundos para repartirse el pastel en lo privado. Y los desfavorecidos cubiertos y no al pairo.

Ya, cuándo dejaré de ser una ingenua irredenta?

Besote desde la ventanilla!

30/1/08 11:32 a. m.  
Blogger Chalá perdía said...

Lo que yo te decía, salmón para todos...del barato y del bueno. Bien repartidito.

Besos.

30/1/08 12:58 p. m.  
Blogger Patricia Angulo said...

Argentina es un país donde se podría escribir un máster en colas.
Hay que hacer cola para todo.
Ya sea público o privado, no importa.

Hay que hacer colas para:
buscar empleo
pedir subsidio por desempleo
bancos
cines
teatros
restoranes
paseos públicos
autopista
conciertos
discotecas
jubilarte (tengo una amiga que demoró 4 años haciendo colas para pedir su jubilacion)
hospitales
kioskos
peluquerias
estaciones de servicio
supermercados
y podría seguir enumerando sitios donde es impensable entrar sin perder una hora de tu tiempo.

Besos Ybris

30/1/08 1:05 p. m.  
Blogger Luisamiñana said...

Hay hasta una cierta "buena fama" de las colas. En esta sociedad occidental bienpensante y bienalimentada (el salmón de MM, sí), cuanto mayor sea la cola que se forma para acceder a cualquier producto ofertado, parece que mejor y más interesante es ese producto. Lo cual es radicalmente falso. La cola parece como otra más de las estrategemas teatrales de este sistema.
En cuanto a las cuestiones básicas, sucede un poco lo mismo, porque se crean expectativas muchas veces ficticias. No es permisible, tienes razón.

30/1/08 1:23 p. m.  
Blogger Sofía B. said...

Tal vez la pregunta sea ¿qué hago yo para que desaparezcan las colas?

Buena reflexión de miércoles (para mí lunes :o)

30/1/08 2:00 p. m.  
Blogger Churra said...

Pues leí el otro dia algo sobre una empresa cuyo slogan es "Ya voy yo ", les llamas y hacen cola por tí al módico precio de 20 Euros ...
Me veia llamandolos para que hicieran cola por mi en urgencias cuando me ha dado un colico de riñon, cola en el colegio para recoger las notas de los crios, colas para sacar las entradas del futbol.......
¿Que te parece la idea ?....
Un beso

30/1/08 2:52 p. m.  
Blogger sb said...

si te das cuenta el estado cada vez ha ido saliendo de más cosas.. ahora son todo empresas vigiladas en la distancia por el estado.. Al final pagaremos por lo básico además de los impuestos, claro ;)

30/1/08 3:47 p. m.  
Blogger Diego said...

Recuperemos el s.XIX..vuelva vd. mañana..lástima qeu Larra se pegó un tiro.

Saludos y abrazos.


Diego

30/1/08 5:47 p. m.  
Blogger manuel_h said...

interesante teoría de colas, y aprovechando que estamos en campaña...

30/1/08 8:55 p. m.  
Blogger Eduardo!™ said...

Y quizás para muchos es comun y corriente el tema de "las colas", pero es importante observar el trasfondo de este sistema que esta imperando y que al fin de cuentas se esta riendo de nosotros como consumidores, mientras los empresas disfrutan del monopolio obtenido como santos señores del mundo, sin siquiera importar a los excedentes de las colas, tarea que quizás el Estado sería el apropiado e ídeal para llevar a cabo. Al fin de cuentas, es cosa de arrancar la venda de nuestros ojos y darnos cuenta de la cruda realidad que entorpece a muchos, excepto a las magnas empresas.
Saludos!

30/1/08 10:39 p. m.  
Blogger Juansintierra said...

Las colas son muy molestas aquí pero en otros sitios son eternas.
Saludos

J.

31/1/08 12:16 a. m.  
Blogger irene said...

Esas colas sólo debían existir para las cosas superfluas, a las que acudirían quienes no tienen otra cosa mejor que hacer, allá ellos.
Pero no para las cosas necesarias y urgentes, y por desgracia las hay y muchas. Quienes, tal vez, podrían evitarlas, están tranquilamente sentados en sus poltronas. ¿A quién votamos? Un abrazo.

31/1/08 3:40 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es que el último de la fila es una minoría sin importancia en la economía ni las elecciones.

31/1/08 4:42 a. m.  
Blogger Maitena said...

la cola, aunque invisible , que aguardamos para ubicarnos en la vida es la mas jodida, si te sitúas en el lugar que te corresponde y no empujas y pisas al de delante saltándote turnos eres eternamente el ultimo de la fila.

Besos sin turno ni colas

31/1/08 7:16 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

¡¡¡Chapeau!!!, si señor: el objetivo único parece ser INsatisfacer la demanda.
Y ojo no te pongas a la cola que eres más rarito que un perro verde.
Lo innegable es que hay sitios donde debería ser OBLIGATORIO eliminarlas y todos los responsables se hacen los suecos, no le debe importar a nadie.
Con lo interesante que debe ser bajar la ventana en las narices de los demás...

31/1/08 7:24 a. m.  
Blogger Fernando said...

vivimos una cola continua!!!!....bueno abrazos...gracias por lo tuyo a ver que tal queda la semana fantástica de poesía..

31/1/08 8:02 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Tampoco desprecien ustedes las colas tan alegremente. Tienen su lado positivo, conoces gente, y, en el peor de los casos, te conceden un tiempo precioso para reflexionar.

Precisamente, el otro día, en la cola del paro pensaba acerca de ello y en lo mucho que me hubiera gustado conocer a la pelirroja de 8 puestos más adelante.

31/1/08 2:12 p. m.  
Blogger Isa Segura B. said...

Mucho me temo que es aún más triste que eso, nadie ve al último de la cola...
Saludos.

31/1/08 5:51 p. m.  
Blogger UMA said...

Ninguna cosa se merece que pierda mi tiempo en una cola:)
NADA.
Te dejo mis besos de regreso renovado.
Un besazo, amigo Ybris

31/1/08 6:05 p. m.  
Blogger thirthe said...

"Por eso no puede encomendarse a la empresa privada esa labor porque su viabilidad sólo será posible si deja insatisfecha la demanda"

jo...este argumento nunca lo había esgrimido yo, así, de manera tan contundente, y me gusta mucho. De ahora en adelante le sacaré partido, gracias. Y muy interesante toda la reflexión, como para que sigan privatizando (ganancias, claro)

31/1/08 6:37 p. m.  
Blogger thirthe said...

"Por eso no puede encomendarse a la empresa privada esa labor porque su viabilidad sólo será posible si deja insatisfecha la demanda"

jo...este argumento nunca lo había esgrimido yo, así, de manera tan contundente, y me gusta mucho. De ahora en adelante le sacaré partido, gracias. Y muy interesante toda la reflexión, como para que sigan privatizando (ganancias, claro)

31/1/08 6:37 p. m.  
Blogger Danelí said...

Estas palabras me suenan a realidad cotidiana, repetida y claramente vivida. Es que esto de vivir en un país tercermundista...


Un beso

31/1/08 8:02 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Efectivamente, somos tercermundistas disfrazados; queremos y no podemos, los bancos lo saben y los empresarios también. Hace unos años mirábamos con compasión las colas en países del este, pobres de nosotros!

1/2/08 5:21 p. m.  
Blogger libertad said...

Y que razón tienes, una vez más...y yo que estoy en la facul teoría de colas?? (qúé cosas!!)
Un beso
E.

1/2/08 5:35 p. m.  
Blogger sergisonic said...

Empiezo por lo innecesario: Springsteen llenó páginas y páginas y páginas. Springsteen lelna el Camp Nou en horas. Bate récords. De horas. hablando de horas: horas después, habrá segundo concierto en el Camp Nou. Tampoco hacía falta correr tanto. O sí. Se agotan las entradas del segundo concierto en horas. Unas pocas más que el primero. Pero en horas. Al cabo de unos días. Nuevo concierto en otras ciudades de la península. los que hicísteis cola, quizás podíais haber esperado. O no. Se agotan las entradas en otro puñado de horas. De cola a cola y tiro porque me toca. En la Fnac,hace unas horas,un letrero decía:

Quedan entradas a la venta del primer concierto que Springsteen dará en el Camp Nou.

El primero del que se agotaron las entradas. En horas. Son unos mentirosos de horas. De cola a cola y tiro porque me toca.

pd.- en USA es más problemática la cola si te duele la tripa. Sólo puedes hacer cola de horas si tienes pasta.

pd2.- Hay que joderse.

Abrazos de vuelta, Ybris.

sergi

1/2/08 7:14 p. m.  
Blogger Eva said...

Es una espiral de la que es difícil evadirse. La enfermedad de las colas forma parte de nuestra sociedad. Es una especie de pandemia para la que me temo no hay vacuna.

3/2/08 1:14 p. m.  
Blogger Dardo said...

Eres un poeta genial y te empeñas en convertir la realidad en poesía. Ojalá pudieras. Pero esto, querido Ybris, no funciona así. Lo racional es que la empresa amplíe todo lo que pueda la satisfacción de la demanda. Las economías de escala nos dicen justamente esto. Las empresas ganan más cuanto más producto ponen en el mercado. La empresa no provoca el problema sino que lo soluciona (aquí dejo al margen los monopolios). La competencia, además, anima a otras empresas a que una sóla no se quede con el pastel.

Sobre necesidades básicas(alimentación, vivienda y sanidad) estoy básicamente con lo que dices. Curiosamente en el debate de USA Hillary propone hacer una sanidad pública a la altura de un país que es una vergüenza en este aspecto.

Un abrazo. Mi conciencia poética; de la que estamos tan necesitados.

4/2/08 10:02 p. m.  

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