9.1.08

El idioma. Monumento o bandera.

Las banderas surgen con los bandos y los bandos surgen cuando aparece otro bando. Ejemplo (real): en una excursión del Colegio A a parece el Colegio B y uno de B insulta a uno de A. Los de A, incluso lo que jamás se hablaron entre ellos, la emprenden a pedradas con los de B.
Otro ejemplo (real también) En un pueblecito del pirineo leridano un grupo de clientes charla en su idioma catalán nativo con toda naturalidad. Como en las películas del oeste entra un grupo de nativos castellanos y vociferan al camarero: “Se terminó el hablar catalán. Ahora se habla castellano”. El camarero, con el aplauso de los asistentes locales, les dice: “Pues ahora se me ha olvidado el castellano y, o me habláis en catalán u os marcháis por donde habéis entrado”.

Quizás todo esto venga de querer someter a quienes son diferentes o tienen algo que nosotros no tenemos. O quizás sea debido a que un grupo peculiar no puede jactarse de su peculiaridad e intenta humillar con ello a los otros. Así nos pasaba de pequeños con los alumnos del Liceo Francés que, cuando nos metíamos con ellos, se ponían a hablar en francés y nunca sabíamos si estaban metiéndose o no con nosotros. Es probable que por ello haya sido objetivo primordial de los vencedores imponer su idioma a los vencidos y haya sido ferviente protesta de estos ante los invasores el hablar su idioma todo lo posible.

Quienes hemos tenido desde pequeños una especial sensibilidad ante el valioso monumento de historia y de arte que supone cualquier idioma, desde ver la emoción de un irlandés al recitarle un fragmento de un poema en su gaélico o la sorpresa de un holandés al decirle algo en neerlandés hasta sentir la rabia de tener que escuchar mientras intentaba entender costosamente unos versos de Gabriel Aresti en euskera que era un estupidez aprender un idioma que sólo servía para hablar con los perros, hemos pasado por muchas situaciones de tensión discutiendo sobre idiomas.

Es muy probable que no exista mejor medio de hermanarse con otros que aprender a comunicarse con ellos en su idioma o, en su defecto, apoyarlo y defenderlo con el respeto que merecen la historia, el arte y la cultura de todos los pueblos.

No es extraño que el mito bíblico del origen de la incomprensión y el odio de unos pueblos para con otros haya aparecido con los diversos idiomas en la torre de Babel o que la unidad profunda entre pueblos cristianos se haya originado, según cuenta Lucas en su narración de Pentecostés, por que gentes de todo el mundo se entendía hablando cada uno en su idioma.

Mucho tendrá que llover para que los poseedores de idiomas mayoritarios aprendan a respetar y aceptar el idioma de las minorías y para que estos no utilicen su idioma para rebelarse.

El día que todo comprendamos y aceptemos que todos los idiomas son el mayor monumento histórico y artístico de que disponemos estaremos cerca de alcanzar la meta de la hermandad a que aspiramos.

22 Comments:

Blogger mia said...

ybris

qué cierto es,lo he vivido durante

casi toda mi vida en Francia!

al volver a lo mío,al pesar de los

recuerdos,no tan gratos que de

los franceses guardo,suelo ser

amable,con ellos y hablarles

en su idioma,brindarles

aquello que raramente encontré

pero que me hizo feliz....

No soportar las diferencias...

una de las raíces del racismo!

otro tema,pero muy liado a lo mismo

besos

9/1/08 9:38 a. m.  
Blogger Juansintierra said...

Y tanto que nos une a todos. No hay mayor valor que el idioma.
Abrazos


J.

9/1/08 12:02 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Tengo una contradicción tan tremendamente grande en este tema, que me es difícil darte la razón.
Naturalmente que es un monumento vivo el idioma (hija de traductor, por cierto) pero ... me da miendo cuando se utiliza tanto tantísimo como medio separatista, eliminador de contactos interpersonales.
A mí me gustaría que no hubiera más que un idioma en todo el mundo. Ya, ya sé que es una barbaridad lo que digo. Pero mira, si sólo hubiera un idioma, nos entenderíamos todos con todos, no habría que emplear tiempo en aprender idiomas, y aun así, los giros propio y demás caracteres que son expresivos, que no se apreden y que cambian el significado de las palabras, sería innecesario, porque nos entenderíamos todos mucho mejor.
A ser posible, el español porfaplis, que es el mío ;)
Lo que más me asusta de este resucitar a muertos tan de moda ulitmamente en nuestro país con esto de las lenguas (quien dice muertos, dice agonizantes o avocados a la muerte por la escasez de uso) es que se emplea para separar, y si no, fíajte un poco y verás que es así. Ahora en mi comunidad también están resucitando muertos, lo curioso es que ahora ya se habla por las calles un lenguaje que suena al de mis abuelos, pero que estaba desapareciendo, y que, gracias a las subvenciones y demás, está resucitando y cobrando nueva vida, porque las palabras tenían un límite y se han creado otras nuevas para que pueda ser útil en el día de hoy ... no sé, lo veo una soberana estupidez, no lo puedo remediar. Y te hablo del mío, ojo, que me llega, me toca el alma escucharlo, pero sigue resultándome una tremenda estupidez resuctarlo y hacerle añadidos para que puede seguir vivo. Mejor se alimentaba vidas humanas con ese dinero, por ejemplo, que se las deja morir vergonzosamente, en lugar de hacer estos escarnios que sólo dan de comer y buen vivir a muchos que vieron el filón ahí, precisamente ahí.
Y sí, también se está extendiendo de forma separatista, se es "in" y "progre" y supermolón si se habla o tienen nociones de este nuevo lenguaje que dicen que es viejo ... me da risa y rabia a la vez.

Cualquier día a alguien le dará por recuperar el latín, ya que esa sí que es la madre de todas las lenguas que nos rodean, y verás.

Perdona el rollo, rey moro, pero este tema me asusta, no puedo evitarlo.

9/1/08 12:05 p. m.  
Blogger Eryx Bronte said...

la palabra es una cariciaq, sepamos darla.
Abrazos


Eryx

9/1/08 2:23 p. m.  
Blogger Xiketä said...

Para mi, lo más valioso de la diversificación de las lenguas en el mundo, es que cada una se ha creado entre miembros de la misma raza (definida por un ámbito local y unos medios climatológicos) para poder comunicarse. Lo más bello de este tema, es como han podido ser tan ricas y diversas...en cada lugar un abecedario, unas normas, una pronunciación...es digno de admirar como los humanos evolucionamos.
Besos

9/1/08 5:49 p. m.  
Blogger Dardo said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

9/1/08 9:20 p. m.  
Blogger Dardo said...

Lo de los bandos, amigo Ybris, es una tarea permanente que superar si queremos llamarnos personas cabales. Lo que pasa es que somos impensables sin el grupo, ya que nacemos con un sistema nervioso inacabado. Que se culminará en los primeros años de la infancia. Este proceso de maduración es fundamental para adquirir el lenguaje. Tal vez esto nos una tanto al grupo que nos provee y del que aprendemos todo.

No es malo sentirse identificado con lo próximo; pero es bueno ser conscientes de que todos (por decirlo de una manera secular) tenemos el mismo ADN y somos lo mismo.

Los que sabemos algo de pedagogía conocemos los casos de niños ferinos (niños salvajes privados de vida social humana). Estos niños incluso integrados con posterioridad a la sociedad no han podido ya aprender a hablar (niño de Aveyron). Y entonces sufren el drama de su imposible integración.

Los idiomas son un tesoro, esto está claro. Y una herramienta que está condicionada por el contexto. Los esquimales creo que tienen varias palabras para designar el significado de nieve. Y creo que a su lenguaje han pasado expresiones de un sistema de numeración de base 5 (comprensible en esas gélidas latitudes donde es mejor contar sólo con los cinco dedos de una mano y mantener caliente la otra). Entre algunos pueblos germanos (daneses creo) se trasladan expresiones propias de un sistema de numeración de base 20 (por la costumbre de contar con los dedos de manos y pies). En el mismo francés actual, para expresar 80 (ocho veces diez) decimos cuatro veces veinte (quatre vingt ). Todo esto debiera estimularnos más que retraernos. Sólo un espíritu mezquino puede ver en la diversidad algo malo. Posiblemente es un problema y por eso nos constituye un reto.

Yo estoy contigo. Debemos ver sobretodo el idioma (los idiomas) como monumentos de la cultura; y si los vemos como banderas que sean banderas pacíficas sirvan a una identidad no excluyente.

Amigo; es un placer leerte.

9/1/08 9:24 p. m.  
Blogger Toy folloso said...

Sin duda, nos admiramos hablando de idiomas, Ybris.
Mira, hay un pescado que se llama de cuatro formas diferentes en cada uno de los puertos pesqueros de esta zona; por cierto, ninguno de los nombres se parece al llamémosle oficial.
Hay quien va a la pescadería del sur, conoce el nombre que le han puesto allí al pescado y lo usa con toda normalidad para comprarlo, por ejemplo.
Hay quien no se "moja" utilizando el nombre del sur y emplea el nombre oficial, con el que igualmente será entendido sin problema.
Y hay quien pretende sin éxito que le atiendan en el sur empleando la denominación del norte.
Posiciónense, reflexionen.

Se debería cuidar cada uno de su casa y no meterse a mandar en la del vecino "en nombre" de la calle, del barrio, etc.

Recordemos lo que pasaba hace sesenta años. En Valencia, un profesor valenciano, si era pillado conversando en valenciano con sus alumnos, incluso fuera del aula, era apartado de su profesión a perpetuidad. (Con las demás lenguas lo mismo, o, puede que más).

Y no sirvió de nada.

Venga, tirando otro poco de la cuerda: ¿vamos a sucumbir ante la expansión del inglés, sin lucha?.

9/1/08 9:47 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

El idioma ha terminado por ser una (hermosa) arma de doble filo Ybris, una pena.
Yo pude ser biligüe y una España llena de perjuicios consiguió evitarlo...siempre se lo echo en cara a mi madre.(Aprovechaban mi ignorancia para hablar con libertad. Hablar en euskera era para ellos como entrar en su habitación privada). Oportunidad perdida.
Envidio siempre a quien hace de ser políglota una forma de acercamiento. Y de riqueza. Nada más.

9/1/08 11:16 p. m.  
Blogger Eryx Bronte said...

ahora, defiendo la palabra y aquellos que la manipulan para discernir sus pequeñas cuitas y hacer del idioma una bandera política en este tiempo no deja de ser unas mezquindad...abrazos.

10/1/08 12:18 a. m.  
Blogger Margot said...

Saber y aprender idiomas suma y no resta, lástima que la barbarie provenga de quien provenga siempre marque la pauta...

Y no deja de ser curioso que algo cuya principal, y me atrevería a asegurar la única sino fuera por nuestra estupidez, razón de ser sea la comunicación acabe por convertirse en lo contrario: delimitar fronteras y sumergirnos en la más completa incomprensión.

Pero es que el idioma es una cosa y la territorialidad otra... pena de brutos que somos.

Besote en esperanto...

10/1/08 11:25 a. m.  
Blogger sb said...

¿y cuál es esa meta?

lo digo porque ahí tampoco nos pondremos de acuerdo ;)

10/1/08 11:29 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

gràcies per aquest pensament tan constructiu, potser això es lo que hauriem d'ensenyar a totes les escoles, les llengues sòn un tresor per aquells que les respecten.

10/1/08 6:20 p. m.  
Blogger Fernando said...

parece que siempre surgen trabas para que las cosas más sencillas sucedan...hablar, comunicarse, los seres humanos con uma misma lengua a miles de kms podemos darnos todo con la palabra, la misma palabra, el mismo idioma..no es esto un milagro?..abrazos.

10/1/08 8:33 p. m.  
Blogger libertad said...

Muy cierto, lo que dices. Pero no se cuánto queda para esa comprensión.

He vuelto, si quieres puedes pasarte por http:http://www.entreloquesevaysequeda.blogspot.com
Un beso fuerte

11/1/08 12:34 a. m.  
Blogger DaliaNegra said...

Lo que no abunda es el sentido común,y hay denasiado miedo a perder,a ser excluído de la manada,todo es muy animaluno.
Estoy con la lagartija,sumar es más rentable que suprimir,pero se ve que es más fácil dar con el garrote en el coco al diferente que pensar un poco e intentar comunicarse.
Y de banderas,ufff,lás únicas que me gustan son los banderines de verbena.
Besos,Ybris***

11/1/08 1:16 a. m.  
Blogger Leuma said...

Ahora comprendo mejor tu comentario en mi post :), y tienes razón, el uso/abuso de poder del idioma implica directamente la fraternidad o no de las relaciones humanas, un abrazo

11/1/08 12:57 p. m.  
Blogger animalpolítico said...

Muy bueno el post. Lamento llegar algo tarde. Gracias, Dardo.

La verdad es que el problema, cuando lo hay, nunca lo causa el idioma, sino los humanos. Es bastante natural que la lengua se incluya como un signo de identidad muy querido por sus hablantes, que se sienten grupo así. Tanto los castellanos de visita en Lérida como los leridanos con su respuesta.

Sólo añadiré que el estado natural del ser humano es el de ser bilingüe o incluso trilingüe. O más.

En sociedades "pre-nacionales", entre nuestros antepasados nómadas, por milenios y en cualquier continente, era muy conveniente saberse expresar uno en tres o cuatro lenguas. Como los indios americanos hacían a la llegada del hombre blanco.

Saludos a todos

11/1/08 7:24 p. m.  
Blogger Patricia Angulo said...

Si pudiéramos respetar al otro, si aprendiéramos la importancia del respeto por el otro, todo se simplificaría muchisimo.

Un abrazo.

11/1/08 7:26 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Te agradece la opinión quien como yo no pudo aprender el catalán hasta la juventud, ya que en el colegio estaba prohibido hablarlo incluso entre amigos. Hoy en día, en casa somos absolutamente bilingües... y no pasa nada!.
Tiene que llover, sí... a cántaros!.
Un abrazo.

13/1/08 4:56 p. m.  
Blogger Simplemente Olimpia. said...

Cierto es, que el idioma es una gran obstáculo y muchas veces (la mayoría) se ha utilizado para la imposición y como elemento de incomunicación.
Mucho podríamos hablar de ello.
Incluso aquí utilizando el mismo idioma, hay veces que no conseguimos comprender o transmitir.
MI única aportación al tema seria, que apesar del los idiomas, multiples y variados, la predisposición al intercambio de palabras y a la comunicación ha superado siempre a las diferentes lenguas.
Quiero ser optimista, y pensar que si se quiere hacer llegar un mensaje o descifrar cualquiera, las ganas de comunicarse siempre superan la ficción de la incompresión.
NO soy políglota pero ante cualquier idioma he sabido entender la emoción y trasladar la mia.

(Te eché de menos!, y no lo negaré)

Un beso idiomático. Olimpia.

13/1/08 8:01 p. m.  
Blogger manuel_h said...

y también en el idioma nos falta la naturalidad y el sentido común, pero lo extraño sería lo contrario.

15/1/08 12:53 p. m.  

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