25.6.08

Leyes no escritas 5. La ley del ordeno y mando.

Se trata de una variante más de la ley de la fuerza, que, de las más sutiles formas, se infiltra para poner orden ordenando y mandando. Porque lo fundamental, no nos engañemos, es el orden, esa tranquilidad que permite establecerse y arraigar, medrar y fortalecerse a una parte privilegiada de la humanidad.

Lo que sucede es que hay ordenaciones de muy diversa consideración en la jerarquía de valores imperante. Nunca fueron de recibo los autoritarismos cuando exigían revoluciones o cambios radicales. Ahí los despotismos y dictaduras acumularon su desprestigio y su infamia.

En cambio, siempre ha habido una tolerancia de fondo a esa expresión del “porque lo mando yo” cuando provenía de la tradición sagrada, de la autoridad competente, del regio designio, de la decisión de los ancianos de la tribu, de la deliberación de los altos puestos en la jerarquía , o de la virtud de la “santa obediencia” cuidadosamente celada en los cenobios. Ahí fue siempre mirado con benignos ojos el castigo corporal, el encarcelamiento, el destierro y el “hábil interrogatorio” con el que se denominaba eufemísticamente a la tortura. Ahí fue siempre prestigiada la figura del “dómine” de rancias costumbres que se atribuía el derecho de imponer la letra que entra con sangre (de la víctima, claro). Tergiversación que ha favorecido la errónea interpretación de que el dicho “la letra con sangre entra” signifique una afirmación al derecho de castigar más que la constatación del hecho del esfuerzo personal con que todos debemos aprender.

Sí, efectivamente existe la ley del ordeno y mando como última razón de la obediencia.

Bien saben los encumbrados que, aunque quizás un día se adujeran razones inteligentes para la ley, el orden y la tranquilidad exigen que se corten los hilos que la amarran a lo razonable porque la ley –dicen- no se prestigia sino por su incuestionable y rancia situación cuasi sagrada, incluso cuando la práctica y el tiempo las han hecho injustas.

El jefe se siente humillado si se le piden razones y sólo se sentirá en su puesto cuando diga: “por que te lo digo yo” o “porque yo lo mando”. La máxima expresión de autoridad y máximo prestigio del jefe se consiguen cuando eso no tiene si siquiera que decirse; cuando la inflexible mirada, el gesto inexorable, la dureza de los rasgos faciales y el majestuoso porte expresan bien a las claras que la orden ha de cumplirse. Así hará el segundo de a bordo con sus subordinados y estos con los suyos en una serie finita en que los métodos se van haciendo cada vez menos cuidadosos de las formas y la orden se acabará cumpliendo a manos de verdugos, torturadores, asesinos a sueldo, mafias y degenerados.

Esa es la cruda realidad: el ordeno y mando del jefe supremo, revestido de una apariencia de nobleza de ideales y de altísimas miras de bien común se acabará transformando en la más horrible e injusta represión de los campos de exterminio o de las cárceles. Naturalmente el de arriba siempre negará su responsabilidad. El sólo manda sin querer saber cómo se cumple.

Es que él sólo ordena y manda.

Y el resto obedecemos.

28 Comments:

Blogger mangeles said...

Te ha faltado una de sus más repetidas órdenes : "no pienses"..."obedece".

Besos de miércoles eurocopero....

25/6/08 8:01 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

estoy por mandarte al "rincón de pensar", por díscolo

25/6/08 8:21 a. m.  
Blogger raindrop said...

Sólo encuentro un caso en que se pueda justificar esta ley: desde el punto de vista de quien ordena algo a alguien que, por limitaciones reales (aquí no sirven actitudes de creerse superior a nadie), no puede entender las implicaciones de la orden (ejemplo: el padre que ordena a su niño pequeñito que no meta los dedos en un enchufe y que, por más que le explique el funcionamiento de la electricidad, de poco le va a servir). En todos los demás casos la veo completamente injustificada, sobre todo porque denigra al receptor de la orden-y-mando a la categoría de ser irracional no pensante, bestezuela que debe ser domesticada por la fuerza.

un fuerte abrazo

25/6/08 12:31 p. m.  
Blogger doctorvitamorte said...

Siempre queda el recurso a la pataleta, la insumisión, la objeción y la desobediencia... es decir, a la mayoría de edad o madurez personal

25/6/08 6:13 p. m.  
Blogger Dolar y Gala. said...

Cierto todo Ybris,tan cierto como la vida que vivimos, supongo que hay qente que nace con el don de mandar y el resto nacemos para acatar sus ordenes.

Enorme Ybris!!!

Dolar.

25/6/08 9:15 p. m.  
Blogger Cecy said...

tal cual, creo que ya estamos en manos de verdugos, que hacen cumplir y ya no importa si esta bien o mal, solo hacer cumplir por la orden del poder que les da la violencia, se acabo eso del respeto o el obedecer a quien se admira, o tiene una buena conducción..

que lastima no?.

besitos

25/6/08 10:31 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

a volar las quejas..
mejor cambiar, no?

26/6/08 5:00 a. m.  
Blogger Maitena said...

es una ley que todos hacemos valer alguna vez...y si no es así...el que este libre de culpa que lance la primera piedra.

Abrazos ybris, (hace ya calor por este lado)

26/6/08 6:32 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

"El artículo 33" llamo yo a esa actitud de algunos jefes.
En los casos que me tocan más cerca esa "máxima" realmente se utiliza para ocultar la incapacidad, ignorancia y torpeza de quien se sabe menos capacitado en determinados campos.
Donde falla la autoridad moral o esa que genera quien tiene una justa dote de mando aparece el artículo 33 aplastando cualquier duda.
Hemos perdido el equilibrio entre el respeto a la autoridad que puede dar la experiencia y la que queremos imponer para reafirmarnos. Así nos va la cosa.

26/6/08 7:19 a. m.  
Blogger Fernando said...

pues como yo soy jefe y a veces al final es lo único que entienden...lo siento pero la frasecita la hago cumplir...es injusto la verdad...pero....abrazos.

26/6/08 7:37 a. m.  
Blogger marea@ said...

La ley de la supremacía, hay maneras y maneras, educar a un niño es complicado y a veces te ves obligado a tomar esa postura, pero, llevando el asunto a un trabajo por ejemplo, donde yo con mis 37 tacos que un señor o señora vengan a imponerte cosas y a no atender a diálogos y razones, me parece de retrógrados y de personas presas de algún complejo de inferioridad.

Un abrazo amigo. Marea@

26/6/08 8:12 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

"Porque te lo digo yo" se esgrime como argumento, pero es una falacia argumentativa "ad baculum", la que apela a la fuerza para imponer su tesis.
Un beso.

26/6/08 8:41 a. m.  
Blogger Catalina Zentner Levin said...

Ese fue el pretexto en Argentina cuando se trataron casos de los desaparecidos: "obedecí órdenes de mi mando superior".

Un saludo Ybris, duele pensar en serio pero nos hace falta.

26/6/08 10:19 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

No muchos, a tu edad, siguen siendo críticos con el mundo. Ya no luchan cambiar el mundo, no pueden más que intentar que el mundo no les cambie a ellos.

¿Queda playa bajo los adoquines?

26/6/08 12:57 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

No es fácil, tras tantos años, seguir siendo crítico con el mundo, que la apatía no te haya bajado los brazos, seguir luchando por cambiar el mundo en vez de intentar que él no te cambie a ti.

¿Queda playa que levantar bajo los adoquines?

26/6/08 1:12 p. m.  
Blogger Eva said...

Lo contrario abriría la vía al razonamiento, a la discusión y eso es atentar contra el principio de atoridad. En el trabajo, en la familia, en la calle y en general en la vida involcar el ordeno y mando es más socorrido y, a veces, aunque no me guste recocerlo, la única alternativa.

26/6/08 1:30 p. m.  
Blogger Eva said...

Lo contrario abriría la vía al razonamiento, a la discusión y eso es atentar contra el principio de atoridad. En el trabajo, en la familia, en la calle y en general en la vida involcar el ordeno y mando es más socorrido y, a veces, aunque no me guste recocerlo, la única alternativa.

26/6/08 1:30 p. m.  
Blogger Patricia Angulo said...

Ybris, ni que lo hubieras escrito desde mi país.

¿Porqué será que las personas se marean cuando tienen un poco de poder?

Un abrazo.

26/6/08 5:06 p. m.  
Blogger Margot said...

Cada vez obedezco menos, Ybris, y es más sano... jeje. Contestona me decían de peque, desobediente, ya se veía venir, le cogí gusto, ays.

La ley de lo pienso y repienso, luego actuo... cachis, esa no se lleva y mucho menos se escribe.

Besos con voz y mando afónico.

26/6/08 5:29 p. m.  
Blogger Belén Peralta said...

Qué odioso eso del ordeno y mando... Me ha conmovido por cierto el comentario de Catalina Zetner. Qué lástima de aquellos que desaparecieron por un estúpido "Yo sólo obedezco órdenes"...

Ybris, eres admirable escribiendo tu maravillosa poesía como haciéndonos reflexionar con entradas como las de hoy.

Un beso con mucho, bastante calor...

B.

26/6/08 8:15 p. m.  
Blogger Raquel Graciela Fernández said...

Me gustó mucho tu texto, aunque en algún momento me sentí aludida. Los padres hacemos uso muchas veces de esta ley del ordeno y mando, jajjaja. Porque yo lo digo y ya.
Un beso muy grande.

26/6/08 9:18 p. m.  
Blogger Sirena Varada said...

Sigo la serie de leyes no escritas, pero siempre me siento incapaz de añadir nada que no sea corroborar lo que dices o como mucho escribir tres monosílabos: sí, sí y sí... Porque tú lo vales (otra ley no escrita).

Un beso

27/6/08 12:17 a. m.  
Blogger Ego said...

A veces manda cosas estúpidas, a veces ignora el nombre propio de sus subordinados, a veces miente y a veces se va a su casa sin previo aviso. Pero se le tiene cariño, de lo mediocre que es.
Un (b)eso...

27/6/08 1:39 a. m.  
Blogger Isabel Martín said...

solo ordeno y mando una cosa... que sigas siempre tan elocuente.

un abrazo tardío.

27/6/08 7:05 p. m.  
Blogger Raquel Graciela Fernández said...

¿Hay algo publicado después de esta entrada? No sé por qué mi PC no actualiza los blogs.
Aprovecho para dejarte un beso muy grande y desearte una buena semana.

30/6/08 5:02 p. m.  
Blogger Raquel Graciela Fernández said...

¿Este es tu último post?Mi PC no actualiza algunos blogs!! No sé qué hacer!!
Bueno, aprovecho para dejarte un beso muy grande.

2/7/08 2:39 p. m.  
Blogger Raquel Graciela Fernández said...

Esta es la última entrada que puedo ver!!!! Me pone loca!!!!
Te pido, por favor, que, cuando tengas un ratito de tiempo me mandes los links de tus últimos post, para poder leerlos y comentarlos.
Un beso grande.

3/7/08 4:59 p. m.  
Blogger Simplemente Olimpia. said...

Bien....
Te aseguro que podría impugnar algunas cosas,...pero no cabe hacerlo -una vez- tu "orden" es el mandato que silencia mi amplísimo comentario a tus aseguraciones.
Puede que sí, que sea sí, pero importa el "como", sino es imposición, no, mando. Es preciso "regir" con orden, y con la vara de la lógica...
Se ve que no hemos salido escaldados de autoritarismos.

Olimpia.

9/7/08 8:15 p. m.  

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