Como cerdos.
No sé bien si fue en algunos casos de modo premeditado, pero algunos en ese aspecto me trataron como a un cerdo. No lo digo con la boca pequeña cuando miro a los que no me odiaron. Creo que unos hablaban es serio mientras que otros seguían una estudiada e inteligente táctica. De ello hoy tres muestras.
V.P. “Yo no creo que ustedes deban leer el Quijote. Es un libro difícil que no entenderán nunca hasta que no sean mayores. Y además tiene cosas muy fuertes para su edad. El capítulo XVI es algo que deben evitar a toda costa. Confío en que en su casa tengan sólo a mano una edición para niños”. (Aquella noche logré encontrar el Quijote que mi padre tenía entre otro montón de libros. Derecho al capítulo XVI. Deliciosa trasgresión que me abrió tan altas puertas).
I.B. “Como a alguien se le ocurra elegir alemán como optativa puede despedirse de aprobar. Es demasiado difícil para que ustedes lleguen a lo que yo exijo”. (Me reuní con Ernesto y le dije: “¿Le damos en los morros a ese gilipollas? ¡Será chulo!”. Le dimos en los morros –que era seguramente lo que él quería. Nos dedicamos a aprender vocabulario como locos. Nos puso en el examen un poema de Heine para traducir. A los diez minutos ya lo habíamos hecho. Aquel verano leía en alemán Die Räuber, de Schiller)
J.M.E. “Hay libros que no deben leer. Sepan que existía un índice de libros prohibidos por la Iglesia Católica, que, aunque ya esté abolido, debe respetarse.” (Consulté en una biblioteca una copia de tal índice y anoté a Alejandro Dumas (Omnes fabulae amatoriae). Naturalmente, leí Los tres Mosqueteros y El Conde de Montecristo. Más tarde localicé a un autor, con todas sus obras prohibidas, que había visto entre los libros de mi padre: Desiderius Erasmus Rotterodamus cum diuersis Commentariis, Annotationibus... Me costó acabar El Elogio de la Locura pero el esfuerzo mereció la pena) [Facsímil –mediocremente- digitalizado de la edición de 1559 en http://www.herenciacristiana.com/frames/prohibidos.html ].
Sí. Soy un cerdo. ¿Pasa algo?
12 Comments:
Jajaja. Digo yo, mejor cerdos que borregos.
A falta de saber motivar hay quien tiene por la mano el arte de provocar, que también sirve, caramba!.
No hay nada más sugerente que lo prohibido y vuestros profesores lo sabían. Os hablaron de esos libros y os ofrecieron la posibilidad de leerlos. Es la libertad de elegir lo que nos hace libres.
Pués bienvenido al club. Y si no lo hubiéramos hecho así ¿Qué seríamos hoy en día?
Gracias a nuestra rebeldía conseguimos sobrevivir.
Bicos.
Si. serás un cerdo, pero inteligente. Nada como prohibir para conseguir que algo se haga. No sabía que eso de los cerdos.
Un abrazo.
Chuff!!
jajaja...a eso se le llama ser un cerdo?. Pues otra más que acaba de sentirse reconocida, al menos durante una etapa de su vida...Hasta "cerdo" parece que se deja de ser con los años.
Besos
con gente así era fácil.
Y a mucha honra, sí.
Además, ya sabes que de los cerdos... ¡¡hasta los andares!!
pues ahora yo te digo otro:
RS-no escribas demasiado bien,hijo mío, que es un vicio que te puede llevar a tu perdición.
Adoro tu cochina conducta, tu puerca curiosidad, tu marrana hechura y tu gorrina indiscrección....y qué decir de tu tocina palabreria....
Cualquier embutido que se prepare con tus versos será una deliciosa matanza.
Olimpia.
Besos de esos...."asquerosos".
Reconocerse cerdo, al leerte
es un lujo hoy,
cultivando el instinto de conservación!
besos con atraso,aunque te he leído enteramente al descubrirte.
Ajajajj, qué bueno, y qué cierto... Bueno, sigo con la entrada que vengo enlazada desde el futuro en que pusiste una entrada llamada como ésta.
Publicar un comentario
<< Home