Orden y disciplina (penúltimo)
Añadiré sólo un poco más a lo que ayer decía sobre profesores terroríficos que padecí (“Pancho López” dominando una conjunto de más de doscientos alumnos en las prácticas diarias de cánticos patrióticos de los años cincuenta a base de bofetada limpia. “El Pelucas” atizando a los díscolos a solas tras las clases -“Ya puede usted ir diciendo que le he pegado porque será su palabra contra la mía. A ver a quién creen”) o he conocido (El Jefe de Estudios de mi Colegio en los años setenta ante una consulta a los alumnos mayores de mi tutoría sobre sus preferencias en un tema: “Déjeme usted a mí hacerles la pregunta. Seguro que si la hace usted responderán lo que menos nos interesa a nosotros”).
Hoy daré nada más el otro aspecto del terrible dilema entre autoridad/autoritarismo y libertad/libertinaje con que a diario nos enfrentamos los profesores con hechos reales tomados al vuelo de los que ahora mismo me vienen al recuerdo:
- Aparecen en medio de la calle todas las perchas arrancadas de un aula atadas con una cuerda y una dedicatoria a ciertos profesores.
- Un profesor se hunde al pisar una tabla de la tarima desclavada aposta.
- Un alumno matón, con la ayuda de otros dos adláteres, reparte su ración diaria de collejas entre sus víctimas de clase.
- Una grabación anónima de una clase aparece en una cinta anónima en el correo del Jefe de Estudios de un Colegio (nunca se supo el autor de la grabación).
- Un alumno se levanta en clase, se acerca a la mesa del profesor, se le queda mirando durante un buen rato con el codo apoyado sobre la mesa y acaba diciendo: “¿A que jode?”
- Un alumno replica a un profesor que le tilda de inaguantable: “Usted a mí también me parece inaguantable. La diferencia está en que usted me tiene que aguantar a mí y yo no tengo por qué aguantarle a usted.
- Una profesora amenaza a un alumno con avisar a su padre de su inaceptable comportamiento. El alumno replica: “Más vale que no llame a mi padre. Si viene no va a saber usted por donde se la mete” (El resto de la clase se parte de risa).
- Un alumno de once años da un puñetazo a un profesor y otro a otro profesor que se interpone, con el comentario “y ahora atreveos a tocarme con un solo dedo y aviso en casa para que os pongan una denuncia" (El proceso para cambio de Centro del alumno se prolongó durante tres meses en que hubo que aguantar –por imperativo legal- su presencia en clase).
De los ejemplos anteriores diré que los tres primeros corresponden al curso 1956-57 en la misma clase en que cursaba el entonces cuarto de Bachillerato (alumnos de 13 años).
El cuarto se refiere a un hecho de 1963 perpetrado en clase de un profesor insufrible por quien esto suscribe.
Los restantes son una muestra aleatoria de casos extremos sucedidos recientemente en mi Colegio.
Mañana intentaré concluir algo positivo sobre este desolador panorama que hoy vuelvo a plantear.
Que no quiero que todo parezca tan siniestro.
7 Comments:
También mi comentario va con segunda parte, jeje.
Sabes, cuando trabajaba en colegios, me preocupaba el hecho de cometer injusticias... mal que mal algo de poder te da ese cargo. Por eso les decía a mis alumnos si ellos consideraban que yo era injusto alguna vez, me lo dijeran. Una vez, recuerdo, se me acercó Alicia y me lo hizo ver. Le pedí disculpas... ella sonrío. Entonces comprendí que había temas más importantes que el Barroco.
Saludos... volveré para el último capítulo.
Esta es la otra cara de la moneda a la que me referí en mi comentario anterior, y lo más grave es la indefensión del profesor ante los padres, la administración, etc
Muy bien. "Inexplicablemente" Don Emilio "resbaló" en la escalera y se rompió el hombro. Pero había suspendido a TODA una clase de dibujo... que se convirtió en Fuenteovejuna.(año 1964).
A final de año nos volvió a suspender.
es que Ybris, cuando las momjas castañuelan, las niñas piensan.
Lei las dos entregas juntas y pensaba que has pasado por una época terrible para educarte, pero no sé si ha sido esa educación, tu familia o tu propia formación, la que vos quisiste que predomine en vos que te ha hecho creo que un docente que presiento extraordinario.
Sigo sosteniendo que me hubiera guistado haberte tenido entre mis maestros, bueno de algun modo por aquí seguis enseñando cosas del alma.
Un abrazo
De esas cosas cuentan dos hermanos míos del gremio. Más que la falta de educación y respeto (por ambas partes)con que ilustras tu post, ellos me hablan con más pena aún de la sensación de ser el responsable último y más inocente de la educación de niños condenados a ser carne de cañón...¿y eso por culpa de qué o de quién?.
Leí todo orden y disciplina. Aquí una profesora que podría contarte miles de historias al revés. Los muchachos, perpretran sus escritos y hacen increibles fechorías.
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