¿Crisis?
Hay palabras que, cuando se dicen, destruyen lo que quieren decir. Tal es el caso de la palabra “silencio”. Otras, como “presente”, no pueden decirse sin que la parte dicha sea pasado y lo que queda por decir sea aún futuro.
Pero, quizás como compensación, hay palabras que, cuanto más se explican más tienden a crear lo que significan. A mí me pasa con la palabra “bostezo” y con “prisa” y “nerviosismo”: cuantas más vueltas les doy más me provocan a abrir la boca, a angustiarme por falta de tiempo o a hacerme cada vez más irritable.
Quizás por eso nunca se me olviden los días que, hace ya mucho tiempo, pasé a solas en un inmenso pinar de la sierra madrileña en medio de terribles tormentas de verano. No dejaba de repetirme: “No digas miedo porque acabarás teniéndolo”.
Pues algo así sucede con la palabra “crisis”. Si se pronuncia se crea. No es de extrañar pues que tanto las entidades financieras como los gobiernos se nieguen a admitirlas en su vocabulario hasta que comprenden que es peor rehuirlas que emplearlas, mientras que la oposición política, los desajustados o los pescadores en aguas revueltas no paren hasta conseguir metérnosla por todos los bajos de nuestro consciente o subconsciente como medio para echar a unos para colocarse ellos.
Sin embargo es la verdad que siempre ha habido personas y entidades que pasaban por auténticas crisis mientras el sistema lo ignoraba desaprensivamente a fuerza de medias o de publicidades en que se mantenía que todo iba bien para que a los privilegiados les siguiera yendo tan bien como les iba.
Yo, la verdad, siempre me he considerado en crisis, en esa crisis que el Diccionario oficial define en quinto lugar como “juicio que se hace de algo después de haberlo examinado cuidadosamente” pero no como en la séptima que insiste en “situación dificultosa o complicada”.
Escéptico como soy ante todo lo impuesto y crítico de situaciones actuales tanto como de las anteriores, observo que hay en todo esto una enorme hipocresía: quienes nos obligaron a creer que los tiempos de vacas gordas habían llegado para quedarse sabían que vendrían los de vacas flacas pero aprovechaban para llenar sus graneros de lo que luego nos iban a vender a precio mucho más alto; quienes edificaban muchas más viviendas de las necesarias sabían que acabarían –tras forrarse- teniendo que comérselas con patatas cuando su compra dejara de ser refugio de aprovechados inversionistas; quienes rascaban los bolsillos de los incautos a fuerza de créditos fáciles sabían que un día esos incautos se darían cuenta de que no podían hacer frente a sus deudas y que ellos se resarcirían mediante embargos a ellos, a sus avalistas o a sus familias; quienes siempre quisieron provocar regulaciones de empleo y facilidad de despido esperaban el momento propicio para hacerlo con la menor respuesta posible por parte de los afectados; quienes nunca quisieron aumento de gasto público cuando eso mermaba sus beneficios privados sabían que conseguirían que se aumentara cuando eso les favoreciera…
En realidad tenían en su manga el as perfecto: los escudos humanos de todos los necesitados de trabajo y vivienda (me río yo de derechos que hay que mendigar y no tienen como contrapartida la obligación de nadie), es decir, de los que ya estaban en crisis suspendidos de un hilo y ahora lo están colgados por el cuello.
Así que ahora no creo mucho más de lo que ya sabía: que –de personas hablo, que es lo que me importa- los de arriba nunca estarán en crisis, aunque quizás ganen la mitad que antes, que siempre será infinitamente más de lo que ganaban quienes no ganaban nada; los de abajo, sin embargo, seguirán como antes rebuscando entre la basura o la chatarra y aferrándose al cobijo de un puente o de un cajero automático.
Los auténticamente afectados son los nuevos parados, esclavos de sus hipotecas, que ven como lo que les sirvió de garantía para endeudarse ahora no sirve para salir de ella. Uno de ellos –antiguo alumno mío, empleado en una empresa de seguridad privada- me decía hace un par de días: “Con eso de la crisis me han despedido y a los que quedaron les dijeron que tenían que renunciar a los días de trabajo de ocho horas y hacer todos los días jornadas de doce o dieciséis horas. Ahora dicen que ya no pueden más pero tienen que aguantarse”.
O sea, para unos igual y para otros más esclavitud y miseria que crisis.
Total, más de lo mismo con otros nombres. Los que ya lo sabíamos tenemos la esperanza de que nuestros representantes políticos, visto que el fuerte quiere estrangular al débil, se lo impidan por la fuerza en vez de darle dinero para que afloje su presión. Dejar que el tiempo haga que las inyecciones de liquidez surtan el efecto de amansar a los estranguladores es admitir la triste realidad de tantos estrangulados.
Y si eso provoca más despidos, sería el momento de dar trabajo a los parados donde se necesita: sanidad, enseñanza, justicia, seguridad ciudadana, investigación…
Y si eso significa más impuestos que nos hagan el cálculo de cuánto nos costaría entre todos y nos pregunten si lo aceptaríamos. A lo mejor no era tanto comparado con la desgracia que ya tenemos.
32 Comments:
Y palabras hay que, sin aún haberlas pronunciado el que probablemente las pronuncie, se intuyen: desquiciado/a.
Abrazos, Ybris.
Diferencio claramente dos partes en este post Ybris, la primera cuando hablas de la palabra, me fascina,"hay palabras que cuando se dicen, destruyen lo que quieren decir" "hay palbras que cuanto más se explican más tienden a crear lo que significan" "Hay palabras que si se pronuncian se crean" De aquí parte la segunda parte que nos cuenta lo que ellos sabían y lo que muchos ignoraban. Sigo pensando que el mayor esfuerzo que debe de hacer una sociedad es invertir en cultura, la educación es lo único que nos salva, y fíjte que no lo pongo antes que la sanidad, también existe la educación para la salud, y la educación para el respeto y una lista enorme que nos salvaría de muchas cosas. En fin hoy me levanté charlatana.
Un abrazo y mi cariño.
La misma historia de siempr: la politica que se emplea hoy dia es la mentira mas grande.
Así es, y así les parece. Pero no tengo claro si han sabido calibrar la extensión del paro y del hambre; me temo que se les ha escapado de las manos. Quiera Blas que la inyección de liquidez vaya a manos que sepan darle buen fin, creando créditos de emergencia interés 0,50 como mucho, o como en India, microcréditos. De lo contrario, todos a cubierto.
Un abrazo.
Tras leer tus palabras (certeras como dianas en la llaga, lúcidas como el estrangulamiento que nadie desea mirar), he recordado la viñeta que me hizo sonreir hace apenas una hora. Una de El Roto (grande entre los grandes, cada día más): se ve un señor interrogándose, "Si la prosperidad era falsa, cómo sabemos que la crisis es auténtica?"
Pues igual que tus palabras, Ybris, dando en el clavo de la realidad que no nos cuentan...
Un beso recosido!
Me gusta tu lucidez y tu verbo preciso. El dardo va donde tiene que ir...Siempre sufren los mismos. Las ganancias mías y las pérdidas a repartirlas :ese es su lema. Un abrazo.
hay una canción que resume todo eso de forma muy sencilla: hablamos otro idioma. el nuestro incomprensible para los poderosos. el suyo ofensivo para todos nosotros.
Lejos están tus apreciaciones de la simple sugestión, tu lectura de la realidad es precisa, exacta, admirable.
¿Y qué podremos hacer?...
Abrazos.
qué bien tenerlo tan claro y expresarlo tan bien! como casi siempre, este escrito lo firmaría yo y me quedaría tan a gusto, Ybris!
pero lo que más me gusta de él es este trocito:
"Yo, la verdad, siempre me he considerado en crisis, en esa crisis que el Diccionario oficial define en quinto lugar como “juicio que se hace de algo después de haberlo examinado cuidadosamente” pero no como en la séptima que insiste en “situación dificultosa o complicada”.
Si que es verdad
que esas palabras destruyen
lo que quieren decir,
pero cuando se posee lo
qué tu posees,para dibujar
los momentos y vivencias,
todo se reconstruye tan
claramente!
gracias,ybris
besos
perfectamente, me sumo a tu postura!
Claro q sí amigo.... las crisis vienen ya premeditadas.... todo esto es cíclico y a conveniencia de los que manejan el coté.... por tanto... ahora toca Crisis... mañana tocará gastar más por lo mismo... y así sucesivamente hasta llegar de nuevo a las vacas gordas que llaman ellos y que yo jamás de los jamases he experimentado...
Un abrazo. Marea@
Una vez más, a vuelta con las palabras. Sano ejercicio.
Se crean palabras y se las llega a aplicar a situaciones que pueden resultar muy dispares. En esos casos, las palabras se utilizan como trampas para hacer simplificaciones erróneas de las cosas. Y las realidades son bien diversas...
Estoy notando cómo estos días la gente por la calle pronuncia la palabra "crisis" ya casi como un mantra que recogiera todas sus angustias y las encerrara en sus sonidos. No está mal como intento de exorcizar una situación... pero la solución tiene que ser bien diferente.
Ahora mismo ya siento la palabra "crisis" como una zanahoria colgada de un palo que nos lleva a no hacer nada más que rendirnos hipnotizados ante la irreversibilidad del destino.
Un horror.
Me gustó mucho tu post.
un abrazo
Apuesto por la acepción 2ª del diccionario de la RAE, porque de verdad creo que estamos en crisis o que vamos a estar, pero no la crisis económica sino la crisis de pensamiento por su poco uso o por su constante e insistente desvío. Por eso opto por una mutación, por una mutación severa capaz de desligarse de todo lo que huela a pseudpoder o poder a secas, hacerse incontrolable y resistir a tanto manoseo mediático.
Pero es más complejo aún, hay cada vez más ramas personales.
Besos.
Quise decir, al final, DRAMAS personales, aun siendo ciertas nuestras ramificaciones.
Reiterados besos.
Para mantener a todo un grupo social como esclavos (por ejemplo a los esclavos negros en Norteamérica) pocas cosas hay más efectivas que el terror.
El terror ciega a la razón porque anida en la amígdala que es nuestra herencia de los saurios.
El terror a la tortura, al terrorismo, a la pobreza, es enarbolado para que aceptemos lo que es inaceptable, para que hasta los ateos comulguen con ruedas de molino.
Habrá que esperar a que el terror cree tal desesperación que no quede títere con cabeza y tenga que comenzar otra función.
Un abrazo.
Hay más acepciones de crisis, y yo espero que algunas de ellas hagan acto de presencia; porque crisis es también el punto a partir del cual habrán de cambiar, enfermedades o procesos; economías o devenir histórico. Va siendo hora, ya que no tenemos más utopías, que alguien reconozca la mierda que es nuestro sistema, ese que se supone que es el mejor posible (porque a algunos les conviene que eso se crea). Cornelius Costariadis afirma que el problema es que nuestra sociedad ya no se cuestiona a sí misma; un tipo de sociedad de zombies que no admite la posibilidad de otra sociedad como alternativa, y por ende, se ahorra el esfuerzo de una actitud crítica profunda, que demuestre fehacientemente que no hay posibilidad de un cambio. Aferrarse a la falsa evidencia, recordando el colapso del comunismo, me recuerda un dicho contundente: ¡Coma mierda!, trillones de moscas, no pueden estar equivocadas.
Yo espero que toda la miseria y penuria que se nos viene encima, despierte a aquel lejano Espartaco en nosotros, los esclavos del conformismo.
La Crisis, en mi País se ha instalado desde que tengo conciencia de que significaba. Claro para mi Crisis, detonaba un final para cambiar las cosas.
Hoy veo que es una palabra que se usa para todo, corrientemente, y con ella, nos dan excusa para todo.
Que pena.
Besos querido Ybris.
Me acaba de llegar por correo y lo he querido compartir contigo
besos ybris
La Crisis según Einstein
'No pretendamos que las cosas cambien, si siempre
hacemos lo mismo. La
crisis es la mejor bendición que puede sucederle a
personas y países,
porque la crisis trae progresos. La creatividad nace
de la angustia
como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis
que nace la
inventiva, los descubrimientos y las grandes
estrategias. Quien supera
la crisis se supera a sí mismo sin quedar
'superado'.
Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias,
violenta su propio
talento y respeta más a los problemas que a las
soluciones. La
verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia.
El inconveniente
de las personas y los países es la pereza para
encontrar las salidas y
soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin
desafíos la vida es una
rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay
méritos. Es en la crisis
donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis
todo viento es
caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en
la crisis es
exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos
duro. Acabemos de
una vez con la única crisis amenazadora, que es la
tragedia de no
querer luchar por superarla'.
Albert Einstein
Así es, amigo Ybris, así es. Que hagan los cálculos, que hagan los cálculos, que estaríamos dispuestos. Ya lo creo que así sería.
Un gran beso, amable.
Querido Ybris,
Tus reflexiones traducen sentires y pensares compartidos. Me dejas esta sensación de que alguien ha explicado mucho mejor del que yo podría mis propios pensamientos.
Lamentablemente, el ejemplo de tu ex alumno es pan de cada día...
Sigo agradeciéndote.
Besos
no me parece mal la propuesta final, pero no te presentes a unas elecciones con eso!
leía el otro día una entrevista a José Luis Sampedro,
terminaba así...
Señor Sampedro, ¿qué diría a quien piense que es usted uno de esos intelectuales que, ya veteranos, terminan diciendo que todo va ahora peor que antes?
Yo no digo que lo pasado sea lo mejor. Digo que el capitalismo en su momento fue naciente, pero ahora es insostenible. La mejor definición de su decadencia la dio Bush. Dijo: "He suspendido las reglas del mercado para salvar al mercado". Es decir, el mercado es incompatible con sus propias reglas.
Muy buena tu entrada, coincido con Manuel,H en el punto del final, no por que considere que no es buen eslogan para una campaña, es por que la subida de impuestos siempre tiende a incrementar la crisis de los mas desfavorecidos.
Un abrazo, inmenso, sin crisis
También hay palabras, que de tan manidas, dejan de tener sentido e importancia, no es bueno acostumbrarse a ello.
Lo más terrible es que esta palabra, siempre tiene el peor sentido para los mismos.
Y es cierto, es una incongruencia, hay muchos parados, y por otra parte, se necesitan cubrir muchos puestos de trabajo que tienen una atención muy deficiente.
Quizá estaría bien tu propuesta, pero asegurando que el aumento de estos impuestos, fuera realmente para crear más puestos de trabajo.
Ojalá acabase esta dichosa crisis?, y sobre todo, el paro.
Un fuerte abrazo, Ybris.
En un sistema justo nos toca poner menos a nosotros y más a los de siempre, por eso el sistema nunca es justo y nunca es a escote.
Besos cielo
Yo voy a cumplir 17 años trabajando en el mismo despacho de abogados. Jamás había visto tanto despido individual y tanto ERE y tanta pequeña empresa en crisis. No podemos atender a tantos clientes y casi hemos tenido que abandonar el resto de las especialidades...civil...penal..administrativo.
La crisis que estamos pasando es como una guerra...debastadora...
Besos Ybris...buena reflexión la tuya.
Buena reflexión, y mira que empezó de manera divertida (siempre me interesan las consideraciones lingüísticas y semánticas que haces de las palabras) para adentrarse luego en los recovecos más serios de esa situación que vivimos. No la pronuncio la palabra. ;)
Esta crisis, Ybris, efecta a la raiz del sistema productivo y económico. No es una crisis local que puedan resolver localmente los políticos. Los sindicatos parecen haberse dado cuenta y están calladitos. Aquí no cabe ni el derrotismo, ni el tenga usted confianza.
Vamos, que no se va a resolver con una dieta de régimen y un poco de ejercicio. Habrá que intervenir en quirófano.
Mientras tanto, los ratones de laboratorio serán los primeros en caer probando soluciones.
Lo que todavía no alcanzo a comprender es, cómo nos resulta tan difícil captar a la mayoría, que es nuestro duro trabajo el vínculo que hay entre nuestras penalidades y la riqueza de todos esos quiénes.
Y cómo, después de tantos siglos, aún no hayamos creado formas de utilizar nuestro poder.
Quizás, primero, tengamos que creer en el gran poder que tenemos en nuestras manos.
Siempre tan acertado Ybris. Besos.
¿Sabes Ybris ? al leerte esta noche pensaba... caramba... parece que hay algo malo por el mundo y que por una vez no me afecta.
Y ese ha sido mi pensamiento positivo de esta noche, padecemos ( ella y yo ) todas las crisis que puedas imaginarte en estos momentos, pero relativas a la salud, de la que no puedo culpar a los políticos... CATXIS... con lo bien que me vendría tener a alguien a quien culpar, para de esa manera poder entender y admitir mejor lo que nos pasa.
Pero la otra crisis, esa que afecta cada día a más personas que pierden el empleo, a quienes no pueden pagar su hipoteca, a quienes no llegan a fin de mes, pues a mi no me afecta y por ello creo que debo de dar gracias y sentirme privilegiada.
Y como decías en tu comentario, estoy esperanzada de muchas cosas... que me permiten seguir luchando cada día.
Un beso Ybris, no se cuando podré volver a visitarte... se avecinan dias de tormenta.
Sí, la palabra condiciona. Dicha tantas veces nos lo acabamos creyendo. Esa es una de las razones por la que solamente veo la tele cuando no está encendida.
Dicho esto, la palabra "crisis" me parece una palabra para los ricos, los políticos y los usureros, porque, como muy bien dices, es el resultado de un plan muy bien urdido, en tiempo y forma (el de ellos, claro)
Un abrazo (Nosotros a lo nuestro)
Chuff!!
Ybris: vivo en una calle muy transitada del centro de Montevideo; en mi cuadra hay 2 contenedores de basura (esos que un camión levanta y tira la basura en su caja).Por esa basura vienen antes y después, los hurgadores, unos seres casi fantasmales subidos a un carro tirado por caballo. Desde aquí arriba, oyes de cómo transitan por el golpeteo de los cascos en el bitumen (a toda hora).
De que llego la crisis me entero porque algún periodista les preguntó y ellos, contestan, que el envase de plástico se ha desvalorizado y el que junta lo que ellos juntaron, les paga menos (mucho menos). A causa de este menor salario, le han tanido que dar menos ración al caballo, que duerme donde ellos duermen. Al disminuir la alfalfa, el maíz, otros (quizá sus vecinos), han sido despedidos por el dueño de la alfalfa, que ahora, regentea el negocio con algún hijo, que tambien, por ahí, resultó exoneado por su empleador. Por aquí abajo, entre carro, caballo y bosta de caballo, la crisis pega con hambre de personas y animales. Perdón por la largueza, para decir que en este pìso también manda la balanza del mercado.
Un abrazo de xavier.
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