17.6.09

Crónica

Por diversas circunstancias que no son del caso sino que son el caso mismo, me veo obligado a comenzar esta mi rutinaria prosa de los miércoles con ese frecuente título de algún capítulo habitual en otras épocas: “Donde se cuenta lo que el amable lector descubrirá si lo leyere”.
Justamente hago esto porque, de empezar por el final, quizás no se entenderían estas líneas como quiero que se entiendan: como un descubrimiento que sólo lo es porque fue buscado y fue, por tanto, descubierto poco a poco. Y digo buscado con justicia porque comenzó con un desplazamiento de tres horas de duración con el tiempo medido para llegar dentro del plazo permitido por las circunstancias.
El caso es que, tras ese desplazamiento me quedé con un libro entre las manos cansadas que apenas tuve tiempo de hojear mientras el sueño me vencía al finalizar la jornada. Los libros suelen ser una compañía de delicado tratamiento para penetrar en su meollo como se merece todo lo que ha sido construido con dedicación y cariño. Y es que este libro, librito en apariencia, pero enorme y profundo en su engañosa simplicidad y en su tamaño, se resistió a la llamada del primer vuelo sobre sus páginas -incluso o quizás por haber sido objeto de una presentación previa- y tuve que dejarlo para mi propia interpretación recordando poco antes de dormirme lo que hace muchísimo tiempo me dijo alguien tras dejarme un disco con música de Krzysztof Penderecki: “escucha el corte del Stabat Mater; no te gustará. Luego escúchalo una y otra vez hasta que te guste”. Acertó de lleno: me pareció extraño pero perseveré escuchándolo hasta que me fui haciendo a su armonía y acabó encantándome.
La temprana amanecida que ya es habitual en mí me atacó con el propósito y el deseo de repetir insistentemente la lectura hasta llegar al punto del descubrimiento que no habría de tardar. Eso ya lo sabía porque, como ya he dejado caer descaradamente más de una vez por estas páginas, siempre me he confesado asquerosamente parcial con ciertas personas de las que me fío. Y, añado ahora, que, sobre fiarme, he descubierto de cerca que no me faltaban razones para hacerlo.
El caso es que acabo de leer una y otra vez varias páginas del libro que no entraban dentro de las que había oído leídas ayer tarde. De repente, en un momento imprevisto, me sobrevino la sed que me haría beberme de seguido todo el libro. Sólo la falta de tiempo que el regreso a casa me imponía me obligó a dejarlo para escribir estas líneas poco antes de volver.
Tendré que volver sobre ello. De momento sólo tengo tiempo para copiar algunas líneas:
“Habito tras las gafas de sol, porque/ no puedo ver y prefiero la luna”.
“Echar de menos causa eternidad”.
“…Soy/ una llama/ de amor/ viva, a la que se ha tragado una serpiente.”
“…Duermes/ Marcharse/ cruje: ya nunca será el vuelo a ras de las palomas.”
“Tu sueño es una ola ciega que me cubre como un pájaro enorme/ o un eclipse.”

No tengo tiempo para más. Tendría que copiar a líneas todo el libro luchando contra las ganar de leer sin escribir antes de volver a Madrid por la mañana.
Se me olvidaba.
Escribo desde Zaragoza a donde llegué para escuchar la presentación del libro de Luisa Miñana: “Las esquinas de la luna”.
Precioso.
Quien lo leyó lo sabe.

18 Comments:

Blogger Ventana indiscreta said...

Sobre la nuca desolada ancló temblando sus labios y le pidió dos cosas:
protégeme del frío y deja que te ame
eternamente.

Hermósa 'Crónica' dentro de la visita de un museo.

Es curioso el nombre de la editorial:
'Eclipsados'. ¿Cómo hubiera sido el desarrollo del libro bajo el título 'Los cráteres de la luna'? No sé.

Besos y gracias por traernos cosas que desconocíamos.

17/6/09 8:14 a. m.  
Blogger Librería de Mujeres Canarias said...

Querido Ybris, con tu cr´´onica (no s´´e que le ocurre a mis acentos) y los fragmentos que nos trasladas va a ser dif´´icil resistirse a la lectura. Me encanta esa parcialidad en las fiabilidades.
Un abrazo.

17/6/09 8:31 a. m.  
Blogger Margot said...

Pues nada, yo también soy poco parcial así que acabaré por echarle un vistazo debido a tu entusiasmo... ya verás, que me conozco.

Besos envuelto en letras!

17/6/09 9:45 a. m.  
Blogger Luisamiñana said...

Queridísimo Ybris,

volver a veros ayer me produjo tres sentimientos: inmensa alegría, enorme agradecimiento por vuestro esfuerzo y vuestra demostración de amistad, y un tanto de desazón por no poder prestaros toda la atención que os merecéis: momentos y día complicados, como sabéis.

Muchísimas gracias por ese deseo de lectura, por esa lectura. Muchísimas gracias por estas líneas. Confío de veras en que Las esquinas de la Luna sean un lugar, si no cómodo, atractivo.

Un fortisímo abrazo.
Luisa

17/6/09 4:30 p. m.  
Anonymous Isabel said...

Buena manera de recomendar un libro. Buenas lecturas son las que hacen falta, ahora que llega el verano. Besos.

17/6/09 7:51 p. m.  
Blogger Cecy said...

Me gusto mucho eso de volver y volver hasta descubrir o gustar de lo que se ha realizado con tanta dedicación, lo tendre muy presente.

Besos.

17/6/09 8:44 p. m.  
Anonymous laMima said...

Que gusto volver a abrazaros ayer en esos instantes que nos regaláis siempre por sorpresa y que inevitablemente, siempre, saben a poco.
También ando yo entre las esquinas de Luisa; para nada sorprendida (su lenguaje es siempre tan sugerente..) sino curiosa. De momento solo me miro entre sus líneas. Poco a poco la veo a ella.
Es un "librito" maduro y completo, ya lo dijo su presentadora así que promete muuuchas lecturas.
Un besazo inmenso.

17/6/09 10:45 p. m.  
Blogger Patricia Angulo said...

No lo he leído este libro, pero si conozco ese maravilloso momento en el que uno entra en el universo del escritor, esa fuerza arrolladora en la que uno queda envuelto viendo desde otros ojos, sintiendo con otra piel.

Gracias por este Crónica, para tener en cuenta.

Besos.

17/6/09 11:28 p. m.  
Blogger libertad said...

Apunto,anoto, con ojos cansados por las horas, pero llenos de avidez porque me entra una curiosidad enorme por lo que cuentas. Por el libro "Las esquinas de la Luna", que no he tenido el gusto de leer todavía. Y por algunas de las maravillosas frases que recoges en este post..."Echar de menos causa eternidad"...
un abrazo y gracias

18/6/09 12:00 a. m.  
Blogger Enrique Sabaté said...

Como siempre tus palabras reslutan sabias y por supuesto amigables, no he leido el libro mas por las perlas que pones pienso que si merece la pena leerlo, tampoco conocía a la poeta. Con la de veces que he estado en Zaragoza, claro que en el campo de maniobras de San Gregorio se venden pocos libros, aunque yo entre barrigazo y barrigazo me he leido unos cientos de ellos.

Majo eres tan grande como tus ganas de ser persona y amigo de verdad.

Cuanta suerte tenemos quienes te conocemos.

Un abrazo.

18/6/09 2:43 a. m.  
Blogger manolotel said...

Ya está pedido. Es un poco mérito tuyo, pero reconozco que en cuanto a la buena poesía soy un hombre muy facilón, me dejo convencer enseguida.

Por cierto, que estupendos los dos poemas anteriores: la contemplación y el amor. Dos cosas que hacen detenerse el tiempo (también la buena poesía como la que nos presentas), vistas a través de tu mirada inimitable.

Un abrazo, amigo.

18/6/09 3:32 a. m.  
Blogger Maitena said...

A pesar de no tener el privilegio de estar presente en la presentación del libro de Luisa Miñana, tú, con tu crónica nos has acercado a ella, será un buen libro para leerlo en una mañana de playa.

Besos para ti y felicitaciones a Luisa

18/6/09 6:21 a. m.  
Blogger Miguel Ángel Yusta. said...

Fue día perfecto por varias causas, aunque Luisa llevaba "la procesión por dentro" y un placer abrazar a los amigos y reencontrarse con tanta gente buena.Tu crónica es perfecta y, curiosamente, citas varios fragmentos que tengo subrayados...
Un abrazo desde París.

18/6/09 9:38 a. m.  
Blogger koffee said...

Una vez más las apariencias engañan y uno se pregunta cómo puede incluir un simple librito semejante carga poética. Enhorabuena a Luisa, y a tí por tu crónica.

18/6/09 11:01 a. m.  
Blogger Sirena Varada said...

Sólo por el título ya merecería la pena leer el libro. Pero si tú lo recomiendas, la sed de lectura está servida.

Me marcho con el eco de la frase: “Echar de menos causa eternidad”

Un abrazo, Ybris.

18/6/09 8:27 p. m.  
Blogger irene said...

Qué bien entiendo todo lo que aquí escribes, y cómo lo comparto, fue un placer estar allí.
Un fuerte abrazo, Ybris.

19/6/09 9:50 p. m.  
Blogger Julián Nailes said...

Lo leere.

Un abrazo.

20/6/09 5:54 p. m.  
Blogger gaia07 said...

He estado leyendo un poco de unas y otros de cuantos he descubierto leyéndote.
Brillante esto de seguirte, y saciar la sed de saber con lo que saben otros. Gracias.

Un beso.

20/6/09 7:13 p. m.  

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