24.6.09
Quienes nacimos cuando el mundo aún no estaba puesto solíamos bucear en libros de aventuras : Tarzán, Salgari, Verne. Corríamos a la salida del colegio para llegar a tiempo de oír en la radio la novela de Diego Valor y el final de la de Dos Hombres Buenos. No perdíamos ocasión de reírnos con el humor de Gila o el del el insuperable porteño Pepe Iglesias, el Zorro. Pero, sobre todo, éramos fervientes seguidores del rebelde e imaginativo Guillermo con que su autora Richmal Crompton nos inoculaba por igual el afán de aventuras, la rebeldía ingenua, el amor infantil y el valor de soñar despierto.
De uno de sus cinco primeros libros aprendí un oscuro e interesado razonamiento de Guillermo con que devolvía el golpe de una negativa hasta transformarla en positiva por obra y gracia de las mismas armas con las que se le educaba. Se le había dicho: “No. De ninguna manera”. Cuando al día siguiente en clase de Lengua en el colegio se demostraba que dos negaciones equivalen a una afirmación comprendió al instante el modo de salirse con la suya.
También a mí, de modo no muy diferente, y por esos motivos extraños que hacen que algunas cosas perduren en el recuerdo mientras otras se olvidan, se me quedaron grabadas desde los diez años dos -entonces incomprensibles- principios morales que el profesor de Religión blandía -más creo hoy como defensa de ciertos comportamientos de altos personajes que por su utilidad en nuestra indiferencia- hasta con su formulación latina, como si ello les inmunizara contra la duda o la crítica:
Uno era la “Restrictio mentalis” por la que se podía ocultar la verdad sin mentir. “Viene un rojo -ponía como ejemplo- persiguiendo a una monja y te conmina a decir por dónde ha ido”. “Tú no puedes mentir porque la mentira siempre es reprobable, -proseguía- pero ocultas la verdad diciendo: ‘por aquí no ha pasado’ (y mostraba claramente cómo una mano suya se introducía por la manga contraria de su hábito) “. “No has mentido -concluía- porque es cierto que no pasó por tu manga, pero el injusto perseguidor entiende otra cosa y consigues salvar al injustamente perseguido”.
El otro era la “Oculta compensatio” por la cual te podías resarcir de una multa injusta tomando como tuyo lo mismo que el injusto exactor te arrebató. “Nunca se puede robar -argüía- pero puedes tomar lo que es tuyo y te han quitado so capa de legalidad”.
Más tarde llegarían las reveladoras (lástima que la moral católica nunca las aceptara a las claras con respecto a sus normas): “In extrema necessitate, omnia communia” por la que no hay propiedad privada en caso de necesidad extrema o la que afirmaba que la norma próxima de moralidad es la propia conciencia rectamente formada.
Pero, esclavo de mi hábito de divagar hasta encontrarme, ya todo lo anterior es indiferente con respecto a los tres casos que hoy con humor y resignación rebelde me ocupan y que hago preceder de tan largas como pesadas disquisiciones :
El País: Por ese extraño hábito, sucedáneo del síndrome de Diógenes, que a todos a veces nos domina , suelo intermitentemente recortar los cupones del final del diario para pegarlos en una suerte de cartilla y conseguir así los mas variados e inútiles productos que poder dejar arrinconados en cualquier olvido. El rito exige que consigas un código de reserva mediante el pseudoinocente requisito de telefonear o mandar un SMS a un número de alto coste (siempre me recuerda el proceso seguido por esos matones que exigen a todos en las calles que les des un euro “voluntario” si no quieres problemas, a sabiendas de que por un euro nadie se va a buscar líos mientras que a ellos, tras cientos de “solicitudes” les va a suponer un sueldo jugoso). Pues bien, tras haberme sometido no pocas veces al ignominioso rito de escribir “El pais xxx xxx” y obtener inmediatamente el número de reserva, en la última promoción observo estupefacto que tras mandar mis 1’2 euros+ IVA al albur de las ondas electromagnéticas no obtengo más que un absoluto silencio, incluso después de esperar más de un día. “Vaya. Me habré equivocado -me digo”. Repito el proceso a los dos días y el resultado es exasperantemente idéntico. Me veo obligado a bajarme los pantalones ante un 902 de atención (más bien desatención) al cliente y a dilapidar mis euros con esa línea a cambio de pulsar numeritos, escuchar musiquitas, soportar cuelgues, aguantar derivaciones y quemar paciencias hasta conseguir hablar con alguien. Tras contar el caso y dar múltiples explicaciones, el resultado es que de repente hay que escribir ELPAIS y no Elpais (“como siempre ha sido” -asegura la telefonista- “Como nunca ha sido” -insisto yo , que sobre ser contrario a mi religión el escribir todo con mayúsculas no sabía todavía hacerlo con la exasperante exigüidad del teclado del móvil”. Al fin todo solucionado dejando de fondo el tiempo perdido, el dinero que nadie me devuelve y la exasperación del triste destino de los humillados y ofendidos.
Operador de telefonía&fabricante de terminal móvil: Contemplo la minuciosa factura. Observo atónito varias llamadas de dos segundos por las que me cobran sensiblemente lo mismo que por las de 20 segundos. como si en 2 segundos hubiese resuelto el más apremiante de los informes. Acto seguido contemplo varios consumos de datos al margen de los que habitúo cuando uso el móvil como módem para conectarme a internet. Encima intento descifrar llamadas a núneros desconocidos. No puedo por menos que relacionarlos con el extraño comportamiento del móvil que se lanza a conectarse ante cualquier movimiento del teclado, a llamar autónomamente a quien se le tercie o a descolgar buzones de correo no solicitados.
Me imagino a los fabricantes de móviles promocionando sus terminales ante los operadores: “Te ofrezco este que se conecta a internet al menor descuido y, además, se desbloquea solito, y encima llama por presión involuntaria… Jeje y encima nadie lo nota: un chollo”.
SGAE: Compro100 cedés para hacer grabaciones y repartirlas a modo de aprendizaje de nuestras propias actuaciones en la coral donde amaso aficiones y consumo tiempo libre. Tengo que pagar a modo de “canon de remuneración compensatoria por copia privada” 17 euros más IVA (22 si son regrabables) como si los utilizase para no comprar obras con derecho de autor. Igualmente pago 0’30 euros más IVA por cada memoria USB que uso para pasar los mp3 de nuestras propias grabaciones.
No diré más. No soy persona que goce viendo ponerse el sol sobre su ira ni alienta deseos de venganza como quien amasa placeres inconfesables. Pero me vengo de tanta injusta, prepotente e impune acometida mascando posibles modos de resarcirme a base de compensaciones ocultas y de restricciones mentales.
O de interpretaciones afirmativas donde bien sé que las quieren negativas (o del revés).
Algún día lamentarán haberme provocado.
26 Comments:
Mi abuela diría: "hecha la ley, hecha la trampa" pero para que veas que siempre salen los mismos beneficiados, sólo aplicable en una dirección de arriba a abajo. Como los impuestos, más gravosos para quien menos tiene o mejor dicho para quien tiene algo que poner.
Un abrazo.
el día que usted decida quemar barricadas me encontrará allí ;) cuando son tantas las cosas que tenemos en contra y tan pocas las ayudas de aquellos que dicen defendernos, sólo queda un camino, la desobediencia civil.. pero, claro, aún tenemos mucho que perder para dar ese paso...
Jajajaja eres la bomba!!
A mí me puede la impotencia de tanta desfachatez pero algún día prometo vengarme com o tú, aunque mi estilo no sea tan certero... chapó, señor Ybris, descubro mi sombrero.
Es que lo mío son más los exabruptos de... ejem, dudoso gusto. Una arpía me pongo hecha, se lo aseguro.
El caso es que ganar estas batallas nos está igualmente vedado, la banca siempre gana (cachis, y ahora mi alma de tahúr a colación!).
Aquí lo dejo o seguirán surgiendo mis defectillos... jajaja.
Besos inclinados!
Con el tema de la telefonia movil me has mentado la bicha Ybris porque hace poco la he tenido parda con una de esas personas que hablan igualito que si fueran una maquina¿como es posible que yo a mis hijos les tenga un limite de consumo y en todas las facturas me carguen mas del doble de lo contratado?.(si lo sé no tengo familia numerosa , lo de no tener movil es otro cantar ) .
De fosil a fosil , si decide iniciar acciones de cualquier tipo , fisicas o psiquicas me tendrá a su lado .
Besos
Es la impotencia ante la prepotencia mediática. Al fin y al cabo, esgrimen enmarañados argumentos que quieren llevarte a la conclusión engañosa de que todo sucedió por tu libre elección...nadie te obligó.
Y con esa sensación de libertad vacía, uno se queda atónito por no querer esgrimir las armas que tan bien ellos utilizan.
Magnífica exposición, de un insumiso latente...
Una sonrisa solidarizada.
que bueno lo del restrictio mentalis, jeje.
Yo hace más de un año que comencé una cruzada contra mi ex-proveedor de telefonía móvil. Hace un par de meses, llegué a la Junta Arbitral de Consumo y la presidenta de la mesa me dice "este es un tema competencia de la Secretaría de Estado.... no procede"... aleeee y vuelta a empezar.
Por cierto que tengo contabilizados los minutos que he pasado hablando con las maquinitas (incluidos ciborgs) de atención al cliente: ¡347!
"algún día lamentarán haberme provocado..." uff... en fin...
un abrazo maestro...y si hay que ir... se va...
Jus, jua, perdona te estaba imaginando vengándote.
Besos
Sí, sí, seguro que si D. levantara la cabeza aprobaría con entusiasmo esa definición de nuestra vapuleada clase media baja o qué sé yo que somos en este país. Y estupendo, genial texto, Ybris.
Un gran abrazo.
Estamos en la era del aprovechamiento, de la picaresca, el reinado del espabilado... qué podemos pedir más. Besos.
Leyéndote,con mi lectura
sobre los tiempos y las
circunstancias,me entran unas ganas
de salir,de gritar soñar,esperar!
Oh tiempo de barricadas...
besos
jé
qué te voy a contar...
Realmente interesante este tema que tocas en tu post de hoy.
Fíjate que desde que los oligopolios se han hecho fuertes, los servicios que ofrecen han caído bajo mínimos en calidad.
Dado que su fuerza y su capacidad de manejar al mundo empresarial es inmensa, trato de buscar profesionales autónomos y pequeñas empresas dónde sus tentáculos obren lo menos posible. Al tendero de la esquina y me apaño con lo que tiene, al zapatero de toda la vida y le pago en oro si hace falta, a las empresas de energía desconocidas en las bolsas… cualquier cosa antes que quedarme con el rebote de las mil y una judiadas que nos hacen a diario.
Un beso.
Te vi en Mayusta, viniendo de Marisa y quise venir a darte las buenas noches, pero ya es muy tarde, debo intentar dormir y doblegar a este pertinaz insomnio, en otro momento vendré a leer tu "El placer por la venganza", no sé muy bien de qué va, pero dicen que mejor servirla en plato frío.
Buenas noches, felices sueños, Ybris.
Ay, Ibris, lo que me acabo de reír. Si es que este sigue siendo ELPAIS de la picaresca! Con mayúsculas y sin acento, sí señor.
Y viva el Cambalache:
Que el mundo fue y será una porquería / ya lo sé / en el 506 y en el 2000 también. / Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos / contentos y amargados / valores y doubles. / Pero que el siglo XX es un despliegue / de maldad insolente / ya no hay quien lo niegue, / vivimos revolcaos en un merengue / y en el mismo lodo todos manoseaos. / Hoy resulta que es lo mismo / ser derecho que traidor, / ignorante, sabio o chorro / pelandrún o estafador. / Todos es igual / nada es mejor / lo mismo un burro / que un gran profesor, / no hay aplazaos ni escalafón / los inmorales nos han igualao...
No te puedes imaginar la cantidad de venganzas que tengo elucubrado, y la sarta de palabros en mis monólogos interiores. Pero habrá que pensar en remedios homeopáticos, porque creo yo que los pícaros aplican bien la trilogía que tú apuntas.
Besos tangueros!
vaya dia... siendo mi noche tu amanecida.
Sonrio/rie... : )
A pesar de que tienes mas razón que un santo....no se, no te veo en el papel de vengador.
Genial ese puntazo de humor que tienes.
abrazoss
Es el regusto a bilis que nos deja el siglo: la sensación de impotencia, la tomadura de pelo a que nos sometemos ante las ofertas que se nos sirven en bandeja de cartón.
Ah! Olvidaba decirte que el pañuelo de mi bolsillo también acostumbra a conectar la pantalla táctil de mi móvil a internet... y claro, solo me entero cuando llega la factura. Me estoy planteando hacerle una funda de acero inox.
Y no quisiera ser la telefonista del 902, eh?.
Un abrazo!
No.No.
:))))
Un abrazo, sos un dulce; siempre me haces sonreír cuando escribes así, Ybris.
In
Un diez para ti.
Un saludo para la SGAE.
Asi arda.
Un bexo!
Ay Ybris ya te dije que sos genial??? y que me hacés reir y sentir deseos de venganza y volver a reir y pensar y pensar y que adoro eso?
Qué te puedo yo decir? una sonrisa que conserves esa mirada y ese humor y un abrazo!
"...Dos negaciones...pueden afirmar!!! pero Nunca dos afirmaciones pueden negar..." decía mi profesor de literatura....
"...Sii...siii...." dije...
"bueno bueno, esa es la unica excepcion..:
jajaja,
:D ;)
Me gusta tu venganza ;)
Abrazozzzz
La clave será que una venganza en condiciones no vaya a quedar como una simple pataleta a ojos de quienes se comportan como si tuvieran la sartén por el mango.
Habrá que pensar algo gordo...
abrazos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
¡Cuente conmigo MAESTRO, haré que parezca un accidente!
a aquellos héroes no les hacían estas cosas, y por eso eran héroes, no porque no las hubiera, que siempre ha habido listos, y luego estamos los que les subvencionamos la vida.
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