Mirar
Me preguntaba Amparo el lunes qué siento cuando miro. Justo la misma pregunta que mi amigo Manolo, el ciego, me hizo en su día y a la que yo, a mis veinte y pocos años, sólo le pude contestar superficialmente, según pude luego descubrir.
Yo creía que el mirar era simplemente abrir los ojos y recibir imágenes. Con el paso del tiempo descubrí que no había mirado nunca hasta que no lo hice en silencio con una compañía al lado a quien dejarle la mano o la palabra como una caricia. Eso hace que lo que se ve se empape de amor o de amistad y deje en lo más profundo la sensación de placer y plenitud. Me acuerdo de cuadros, plazas o ciudades brillando todavía con los ojos a cuyo lado los miré una vez. Pero, sobre todo, aprendí a mirar paisajes en el mar y la montaña. Los largas miradas acompañado por el Paseo Marítimo de Málaga o los silenciosos intervalos de tiempo interminable en las alturas de
Varias se me han quedado grabadas profundamente como una sensación sin precedentes en el núcleo más duro de mi capacidad de sentimiento. Todas ellas fueron precedidas de una búsqueda: un caminar aún nocturno y laborioso hasta la cumbre y una espera: la lenta gradación del paso de la sombra hasta la luz sobre el giro inexorable de la tierra contra el tiempo y el espacio. Mirar ese tránsito fue siempre, mientras lo hice solo, entender la certeza inexplicable de una firmeza sobre la propia fragilidad; y, cuando pude hacerlo acompañado, palpar la dulce convergencia de la mirada y el cuerpo sobre el mismo instante en que nos habla el tiempo.
Con esa sensación evoco ahora la ingenua mirada que plasmé en un ingenuo poema de hace quince años:
MIRANDO EN COMPAÑIA
Trepó la paz de verde a mi costado
y subió despacito hasta mi frente.
Me abracé al verde de mi paz, callado,
y me dejé anegar en su corriente.
Pensé: ¿por qué un paisaje
puede ser la caricia que soñaba?
¿Por qué la ola de un monte hace que baje
la brisa que me besa y no se acaba?
Entonces descubrí que no era brisa,
no eran prados; y el mar en la distancia
no era mar: era huella, leve y concisa
de personas que pasan por la estancia
inmensa del paisaje posando su mirada,
dejando sus suspiros como flores
de un paisaje mejor. Dejé prendada
en las personas mi alma y mis amores
y de nuevo pensé: "miremos juntos,
soñemos juntos, juntos añoremos
el mundo que miramos. Sólo juntos
haremos ese mundo que queremos".
o, mucho más tarde:
Cierro los ojos. Sólo un árbol.
El fondo azul, montañas, nubes, pájaros.
En ellos mi mirada enardecida,
tan dulcemente equivocada y sola,
crea el ámbito excelso de tu forma.
Un viento inexistente te me trae:
que no falte tu voz en este cuadro.
Pero mirar no se agota sólo en cuadros, fotos o paisajes. Además están los cuerpos. Sobre todo los cuerpos deseados. De la mirada implacable sobre ellos es probable que no haya posibilidad de hablar sin hacer sentir previamente ese deseo con el que se mira. Se puede mirar, y así lo hacemos cuando nos lo proponemos, una escultura, un cuadro o la gente que pasa a nuestro alrededor.
Pero nada comparable a mirar cuando alguien nos dice: “Mira”. Supla aquí el silencio pudoroso todo lo que a la impotente palabra se le escapa. Si acaso este tímido poema:
Hay ojos al final de nuestro cuerpo
como hay cuerpo al final de nuestra mente.
Por eso el todo que ahora somos
se vuelca en la mirada
para decir, buscar, hallar sentir.
A distancias que ahogan los abrazos
la imagen acunada en la retina
es la única forma de llenar
el hueco incandescente del deseo.
19 Comments:
Se me ha escapado una lagrimilla… quisiera decirte tantas cosas… pero en lugar de eso…alargo mi mano y toco con las yemas de mis dedos tus palabras para que percibas todo el cariño que trasmites.
Un abrazo muy fuerte.
Hoy miro contigo. qué precioso lo que escribes. Cuánto cariño y miradas compartidas.
Un beso fuerte
El mundo de las cosas y personas que te rodean deben estarte agradecidos por esa forma de mirar tan intensa y sensible. Yo lo estoy por como me miras cuando vienes a verme aunque sea por esta rendija.
Una mirada de esas de las de mirar, de mí para ti, con un enorme cariño.
Hay tanto que mirar... pero mirar viendo que es distinto al mirar mirando...
Tú lo explicas mejor, ves? sí, sí ves.
Un besote mientras veo tus letras después de mirarlas.
Yo hoy he aprendido a mirar a través de tus siempre dulces palabras. Y a pesar de la lluvia, se me ha cruzado un intenso rayo de sol.
Sí, eso es mirar.
¿Será por todo lo que cuentas que se pone tanta inssitencia en el "se mira pero no se toca"?
Besos.
Saber mirar aprendiendo del paso del tiempo...
Poder plasmarlo claramente con toda la riqueza de un vocabulario envasado al "vacío".
Gracias Ybris.
Besazo.
Me reitero en mi comentario anterior....por que sigue mi voz-tu voz...rozándo nuestro espacio, palapando nuestros ojos....
No dejes de tocarme.
El tiempo maduró tu poesía...ha recubierto de galanos y belleza las mismas letras de hace quince años....no hay salobre sólo "querencias".
Olimpia.
ultimamenye me duele españa
me duele en elrecuerdo de fantasías traicionadas
Sólo volvería si usted me guía.
ups esa era yo
También a mi me gustan los amaneceres, y la lluvia, por eso hoy me he dormido.
Besos
es curioso esto mismo décía yo hace unos días sobre la mirada y el silencio de una manera compartida..dando palabras y caricias...será que como todo lo que nos ha de hacer enmudecer tú y yo cubrimos senderos afines..y segumos llenando el hueco incandescente del deseo...abrazos
Hoy me dejas sin palabras, hoy que hasta hace horas habia creìdo que se habìan mirado al verme...
Hoy dirìa 'què se siente cuando se mira y no con los ojos que encajan en las cuencas?'
Te quiero mucho, Ybris, te mando un abrazo que ignore el ocèano y sea llevado por el alado deseo.
Pd:no me olvido que el lunes hay festejo, no? :D
...Manantial de ternura querido profesor es el que guardas y tamiza, cada una de tus palabras...
Me gusta que los humanos sean tan... Humanos...
Es un verdadero privilegio, conectar con personas como tu.
Un fuerte abrazo.
Carlos
Profundo...profundo,bello y,tan cierto!
Mia
Y me quedo aquí mirando...
es bonito ver con los ojos del otro, pero también es hermoso tener los propios dispuestos para ver sin ayudas.
Es cierto, a menudo estamos viendo las cosas sin mirarlas...dejamos pasar sensaciones maravillosas sin querer.
Gracias por transmitir vida a traves de tus palabras.
Un abrazo
De la gallinita ciega a la mirada es un buen contraste, :), bonitos poemas Ybris mirados desde el sentimiento, un beso
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