Competencia
Cuando era monaguillo de pequeño
me decían: Es fácil. Sólo intenta
no ponerte jamás donde haya otro
y, en los casos de duda, siempre genuflexión.
Hoy ya todo ha cambiado.
Los monaguillos son
una especie en peligro de extinción
y es norma de absoluta competencia
ponerse donde ya esté otro
por ver si tú los echas antes de que te echen.
Veinte esfuerzos pujando donde uno bastaría.
Goya de las pinturas negras,
dos hombres golpeándose en medio de un desierto
de arena que les llega a la cintura.
Si el resto es necesario
como la vida, el ocio o la sorpresa
no parece contar para un sistema
en que es muy peligroso cubrir lo necesario
porque el valor depende de la escasez
o del viento gélido que acecha
a los que caen en las oscuras simas
de los márgenes tristes de la tarta.
28 Comments:
revindico que mires las cosas con un poco de alegría...a estas horas de desiertos tu oasis me recrea...hoy me has dejado las tintas negras de mi paisano ante mis ojos y un poco más si cabe de tristeza...un abrazo sentido.
Si yo te contara de competencias, estar en el los márgenes tristes de la tarta es lo mismo que sentarse en ese rincón de castigo.
Con tristeza o alegría empezamos semana...te la deseo sosegada y sin competencia, besos
Da miedo ¿verdad?.."un sistema en el que es muy peligroso cubrir lo necesario.." y desgraciadamente estamos así.
Hemos pasado de genuflexiones estúpidas a empujarnos sin sentido. Deberíamos parar y pensar. Casi todos estamos, en cierto modo, soportando el viento gélido en ese margen triste de la tarta.
Besazo de esperanza (a pesar de todo).
qué de acuerdo estoy contigo...
(sólo tu podías hacer poesía de la economía, jé)
Las patadas sustituyen a la amabilidad y al saber estar. El valor (ficticio, nunca marcado por nosotros mismos sino por las necesidades de los otros) a la valoración... Y así nos va. Este margen de tarta mohosa, no te da esa sensación? aunque nos las vendan tan aparentemente fresca en cada anuncio.
Aún así un beso de lunes, Ybris, de azúcar tal cual.
pueden ser tristes, pero a veces pienso que es precisamente ahí, en esos márgenes, donde se puede encontrar esa palabra tan olvidada: dignidad...
si miras retrospectivamente
ya es un logro,no ser los de
entonces...pero tuvimos que pasar
las competencias...los márgenes
y hemos superado!
hay quienes siguen y proponen
seguir,(lo que es peor)
♥♥♥besos♥♥♥
La imagen de "dos hombres golpeándose en medio de un desierto
de arena que les llega a la cintura"., me hace pensar en otra en la que se afanaran cooperativamente por desenterrarse mutuamente.... pero tienes razón, Ybris, son más los casos de competitividad que de cooperación; no obstante, me parece, al igual que Beauséant que no hay que perder de vista esa conquista de la dignidad, por muy al margen que se halle.
Un abrazo
Merce
"del viento gélido que acecha
a los que caen en las oscuras simas
de los márgenes tristes de la tarta"
De eso yo sé, pero así con esa claridad que lo decís vos, yo no lo sé decir.
Por eso necesito leerte Ybris, para que me digas la vida.
Un abrazo
ya..que triste, verdad?
siempre caen por las esquinas del abandono los más débiles, los que el sistema genera como no aptos porque a la vez que el sistema los genera... los excluye.
esreal y es triste.
Si nos acercamos todos un poco no hace falta echar a nadie
Besos
El valor depende de los ojos del que mira, bendita economía que me/nos alimenta
Besos
Cuánta razón tienes, amigo. Pero la tarta tiene otros márgenes también, los de la solidaridad, la generosidad, la intensa conexión con desconocidas sensaciones tan cercanas a una misma que parecen paridas por mis propias vísceras.
Sonríe, Ybris, somos más de los que parecemos.
Un beso enorme,
Lula.
Tan triste como cierto, ha empezado la depredación y nadie parece verlo.
Saludos.
Desgraciadamente tienes razón...
Abrazo,Ybris***
Las historias de buenos que vencen a malos, pequeños a gigantes, listos a lerdos, hormigas a cigarras...son sólo cuentos. La realidad es otra, y una tarta nunca debería tener márgenes tristes, ni migajas de limosna.
El principio básico de la economía, se valora más cuanto más ecasea...
Por siempre será así.
Extrapolarlo a los seres humanos, es lo realmente triste. Pero es la realidad lamentable.
Es más, en arenas movedizas, uno solito, si se menea demasiado, se hunde más aprisa.
Besos, al monaguillo, para que no esté triste. Y a tí.
Estoy con Fernando.
De pronto debe ser que sabès màs y yo no alcanzo.
O es que uno se va acomodando a que las "cosas son como son"?
Aunque no se plante uno en la indiferencia.
Un besote, Ybris
Ybris:
"Filoabpuerto dijo...
La imagen de "dos hombres golpeándose en medio de un desierto
de arena que les llega a la cintura"., me hace pensar en otra en la que se afanaran cooperativamente por desenterrarse mutuamente.... pero tienes razón, Ybris, son más los casos de competitividad que de cooperación; no obstante, me parece, al igual que Beauséant que no hay que perder de vista esa conquista de la dignidad, por muy al margen que se halle."
Cada vez me gusta más leerte, palabra de honra :)
Demasiados competitivos... (nosotros)
Demasiado competitivo... (el mundo éste que nos ha tocado)
Demasiada competencia... (todo)
Todo iría mejor si nos relajáramos lo suficiente.
No cabe la sorpresa, no. No cabe...Desmesura de mundo el que nos ha tocado (o de nuestro comportamiento ante esa desmesura: competir sin reglas).
Un beso fuerte
Querido amigo,
ya sabes que yo soy partidario de la simbiosis y que no creo en los premios ni en la competición.
Nos excusamos en el hecho de que el mundo es así, pero no es cierto, nosotros hacemos el mundo.
Un padre, para entretener a su hijo pequeño que se aburría, arrancó un mapa del mundo de una revista y le hizo una especie de puzzle, pensando que tardaría bastante tiempo en recomponer el mapa. Pero a los pocos minutos el niño volvió con el mapa perfectamente compuesto. Asombrado, el padre le dijo ¿cómo sabias dónde estaban los países? Y el niño respondió: no lo sé, recompuse la foto de la persona que estaba detrás del mapa.
Recompón al hombre y el mundo se recompondrá por sí sólo.
Un abrazo.
Gracias Ybris por esa forma de decir las cosas. Termino de leer tu comentario por segunda vez y las dos veces he terminado emocionada, te lo iba a decir cuando pudiera sentarme a responder los comentarios, pero no pude con las ganas de venir a darte un abrazo y decirte gracias :)
Abrazo y besos
los monaguillos de ahora siguen siendo monaguillos toda la vida...:-))
besos
Nunca dejamos de ser monaguillos. Aprendices de algo en lo que creemos. Espantando pájaros agnósticos que no saben hacer prosas poéticas. Como me pasa a mí. O al común de los mortales sin alma.
Apreciado Ybris; tus palabras son a modo de aldaba de los desheredados, de los marginados, de los débiles. ¡Es tan esperanzador comprobar esa continua linea tan justa que pone en cuarentena y matiza tanta meritocracia!.
Un cálido abrazo.
P.D. Fuiste monaguillo. Yo en esta "carrera" llegué hasta maestro de ceremonias, pero siempre genuflexo; sin dar codazos.
Competencia....habría mucho o poco que decir...tanto como afecte a nuestro entorno más cercano.
Opinamos su necesidad o su por qué? convivencia o conveniencia?
prefiero valorar la belleza literaria con que te enfrentas a ella en tus palabras...y, el resultado es obvio..."perfecto".
Olimpia.
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