28.5.08

Leyes no escritas


Me miró fijamente y me dijo: “Usted sabe mucho, pero eso a mí me importa un huevo. Mis condiciones son estas: Usted me firma las nóminas en blanco y yo le pago si quiero, cuando quiero y lo que quiero.”

No me lo invento. Así sucedió un lejano 1974 cuando me trasladé a vivir a Madrid y no encontraba trabajo de profesor en ningún colegio. Un anuncio en el periódico me llevó a un antro donde bajo una apariencia respetable reinaban el despotismo y la esclavitud más abyectas. No tuve más remedio que acceder a tan sincero cinismo y comencé un curso de pesadilla con aulas juntas de dos en dos en que tenía que simultanear clases de Inglés y Francés y combinar diferentes niveles de aprendizajes hasta con sesenta alumnos. El director debía de tener contactos que le avisaban de cuando iba a haber alguna inspección y esos días abría las aulas cerradas y ponía a las empleadas de limpieza o a otros amigotes como si fueran profesores para que pareciera aquello el no va más de la perfección educativa.

Naturalmente mi venganza tardó en llegar lo que tardé en encontrar otro trabajo a los tres meses. Antes de finalizar el trimestre ya me comprometí con el colegio en que habría de llegar tras no pocas turbulencias a mi ya inminente jubilación. Esperé hasta el mismo primer día de clase en enero de 1975 y le llamé justamente a la hora del comienzo de las clases y le dije: “Agradecido por todo. Ya puedes ir buscando a otro imbécil. Que te jodan”.

Al hilo de ese hecho y de otros que nunca han parado de llegar a mi conocimiento me he convencido de que la intocable ley procedente de esa justicia de ojos ciegos y balanza equilibrada oculta un regusto a garantía de privilegios de unos pocos elegidos más que a derechos de una gran masa de desheredados.

Y así, con frecuencia, aunque la ley se confecciona con criterios rectos y expresiones biensonantes en las que no hay lugar a discriminaciones, en muchas leyes me ha parecido percibir –malpensado que es uno- una suerte de guiño procedente de los de arriba diciéndose: “Quede todo muy bonito aunque sepamos que luego, en la práctica, nada de nada”. Como bien se decían –o se decía que se decía- entre fervientes católicos integristas cuando el Concilio Vaticano segundo: “Que digan lo que quieran. Al final seguiremos salvándonos los mismos”.

Y es que la realidad confirma que la sociedad no se conforma a las leyes escritas sino a ancestrales costumbres en las que al final el varón gana más que la mujer, el rico gana más pleitos que el pobre, las cárceles contienen más de estos que de aquellos y que ciertas puertas se abren mejor para unos que para otros. De eso saben mucho las mafias.

Quizás todo esto sea debido a que hay multitud de leyes no escritas pero de mucho más exacto y escrupuloso cumplimiento que las leyes consensuadas por todos los grupos políticos, aprobadas por las dos Cámaras, firmadas por el Jefe del Estado y publicadas en el B.O.E. Considere, si no, el individuo inteligente la contundencia y eficacia comparativa de los siguientes argumentos tomados de la más rigurosa realidad: “Yo las leyes me las paso por la entrepierna. Denúnciame si quieres, que ya se encargarán mis abogados de que encima tengas que pagar las costas del juicio”; “Que no me vengas con leyes que, payo, yo soy gitano y tengo sangre de reyes en la palma de la mano”; “¿Que me vas a denunciar? jaja, tú no sabes con quién estás hablando”; “Si te vas de la lengua te denuncio por no tener los papeles en regla”…

Así es. El imperio de la ley y el orden no es el Parlamento sólo sino un torpe amasijo de leyes no escritas en las que usos y abusos ancestrales imponen comportamientos de obligado cumplimiento.

Dicho lo cual sigo afirmando mi respeto a las leyes escritas a la par que mi desconfianza en muchas de ellas y mi resignación beligerante a las leyes no escritas.

Sobre las cuales y en detalle más en otro momento.

33 Comments:

Blogger Licenciado en nada said...

tu relato no se si casualidad se asemeja a varios gobiernos de este pobre cono sur que es latinoamerica, y a mejor se perfecciona el delincuente de blancos guantes mas leyes le saldran a favorecer.
gracias por tu comentario me alegro tu gusto por Silvio Rodrigues

28/5/08 6:24 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es asombrosa esa capacidad que tienen los "de arriba" para ajustar bajo mínimos o para saltarse a la torera las leyes, siempre para el beneficio propio. Todos hemos vivido experiencias parecidas, sé que las hay y las habrá. Es lo que tiene la necesidad, también la falta de concienciación y unión de los trabajadores.

En otro nivel, no deja de sorprenderme también la facilidad que otorgan unas leyes para "adaptar" otras; en este caso hablo de las leyes autonómicas. Así tenemos asegurado el circo y el tira y afloja para hacer lo que sea por joder, al final al destinantario último: el ciudadano.

28/5/08 7:21 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Totalmente de acuerdo. Impera la ley del más fuerte y las leyes escritas y aprobadas, a la hora de la verdad, se quedan en teoría.
Yo también he sufrido el abuso de los centros privados de educación, en mi caso de las escuelas de español para extranjeros. Trabajar sin contrato o no trabajar, durante años.
Un saludo.

28/5/08 7:21 a. m.  
Blogger Maitena said...

mi carrera en la jungla del trabajo empezo muy pronto(tu lo sabes) puedes imaginar las situaciones que he tenido que aguantar, y las que aun me quedan.

las leyes son injustas y ser pobre es una injusticia mas.

Feliz dia amigo y gracias por la version de los puentes, me gusta mas.

28/5/08 7:31 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

jomío, los que hemos estado (yo sigo) en colegios privados sabemos de eso y de mucho más

28/5/08 8:32 a. m.  
Blogger Poledra said...

Pues sí, por desgracia, es así, y siempre pagan los mismos.

Un abrazo

28/5/08 8:47 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es la impunidad. Hay una gente que además de estar por encima (que parece inevitable) se lo cree y actúa con plena conciencia de que nada le va a ocurrir. Las leyes están para los de abajo, para los que se creen que la ley es necesaria, y que la justicia existe y todo eso...

28/5/08 9:11 a. m.  
Blogger Mamen said...

Siempre digo que el peor juez con que me he topado en mi vida he sido yo misma. Quizás por eso no llegue nunca arriba, aunque bien mirado ¿quién quiere estar arriba a costa de pisar cuellos?, ¿se puede llegar allí sin pisarlos?, y aunque así fuera ¿se puede uno mantener por esas altas cotas sin vender (de una u otra manera) su alma al diablo?

Conclusión: que duermo como una reinona, y para mí eso no tiene precio.

Besos.

28/5/08 11:09 a. m.  
Blogger Isabel Martín said...

dependiendo del lado en que se encuentre uno las leyes son franqueables o no.
yo he intentado que mi jefe me hiciera un contrato basura y ha sido imposible, si es que el pobre no tiene suerte ni para eso...

28/5/08 11:14 a. m.  
Blogger Virginia Barbancho said...

Durante el mismo proceso de redacción de una ley, ya se eligen escrupulosamente las palabras que permitan franquearla...

Es lo que tiene hacerse las reglas a la medida... en fin...

28/5/08 12:21 p. m.  
Blogger UMA said...

Es loco, pero te leo y parece ser una novedad que ademàs existe algo que se llama "justicia". Es un mundillo absurdo Ybris, debo decirte que muchas veces pedimos, exigimos y tambièn nosotros las quebramos, sean reglas, o leyes o reglillas...la balanza tiene su vaivèn...y hay unos cuantos privilegiados por diversas razones que no dà especificar. Tu texto me recordò aquella primera vez que fui a pedir trabajo de camarera y antes de firmar los papeles en blanco de contrato de dijo el empleador:- Rubita, parate y date vuelta que quiero ver còmo andas de 'cola', cosa que hice con una tremenda ingenuidad pensando que èl querìa saber mi talle de ropa de trabajo.-. Hoy algunas cosas causan gracia...los abusadores siguen andando. Un besote, Ybris, sos genial, tu humor tambièn se deja colar en las letras como siempre.

28/5/08 12:34 p. m.  
Blogger Eva said...

La historia de los desfavorecidos se escribe con la misma tinta, tiene el mismo guión. Afortunadamente conseguiste escapar de ese abuso, otros lamentablemente no lo logran nunca.

Besos.

28/5/08 2:00 p. m.  
Blogger Margot said...

Sí señor, sé de esa resignación a leyes no escritas que acaban pesando más que esas otras tan vestiditas de BOE y arregladitas como "pa ir de boda"...

Casi todo tiene que ver con la necesidad y los más necesitados, entiéndase en el orden o el grado que sea, lo acaban pagando. Y así por más parapetos legales que intentemos poner... como poner diques al mar es. Tal vez sea, Ybris, que aún no existe ninguna ley que regule la mezquindad unida al abuso, los rasgos humanos no caben en líneas.

Y al mundo dicto mis leyes... porque soy de la racita calé!! (jajaja, se me ha quedado la cancioncilla dando vueltas).

Besos escritos!!

28/5/08 2:59 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

las leyes como la literatura, siempre hay un hueco para que tú te cueles, en derecho vacío legal, en literatura supongo que se podría llamar interpretación libre. Busca a alguien que lea entre líneas y tendrás dos historias por el precio de una, busca a un abogado que sepa colarse y tendrás un fundamento de derecho donde se dijo delito

Besos

28/5/08 3:13 p. m.  
Blogger albalpha said...

Las leyes, bendito asunto. Entre las escritas y las no escritas tenemos que ir lidiando. Siempre queda la esperanza de toparnos con gente que trate de ser justa.

Besos
Alba

28/5/08 5:56 p. m.  
Blogger Luis Torregrosa said...

Hagan ustedes las leyes que yo haré los reglamentos. Un abrazo.

28/5/08 6:12 p. m.  
Blogger Patricia Angulo said...

De los otros ya sé que hay, yo me contento con que haya hombres como vos todavía en este mundo.

Besos

28/5/08 6:23 p. m.  
Blogger Simplemente Olimpia. said...

Me preguntaba si todo cabe en un cuadrado...si todos los "unos más unos" suman dos.
De acuerdo estoy contigo en la mayoría de tus exposiciones, y convengo en la justicia "sumatoria" que a quien más tiene, más convence....que el abuso es discriminado y lo que "regla" no se escribe, se sangra...pero no le achaquemos sólo al otro lo que nosotros hemos soportado por conveniencia o necesidad.
La trampa existe, no por que halla una victima que "cae", sino también por que no queremos mirar por donde andamos, con tal de andar.
NO hace mucho me dijeron; "cobrarás X, pero firmarás la mitad", y aún sabiendo que era erróneo, firme para poder avanzar...y acceder al escalón correspondiente, y por ello estoy de acuerdo??'
A veces para legar al asfalto de una autopista hay que pisar el barro de una carretera secundaria. Deseándo no llevarse a nadie por delante, pesándo que sino lo haces tú, otro lo hará,,,...y siempre prometiéndote a ti mismo que..."una y no más Santo Tomás"!!!
En fín...me pregunto por que cerramos la boca y no utilizamos la misma ley que les permite a ellos...y emezamos a denunciar? conformismo? por olvidarnos de que ha sucedido? por creer que no servirá?....ayns...peliagudo el temita...hoy sería uno de esos dias en que "patalearía" cualquier argumento o premisa, y te "intentaría" zarandear!!!...;)
(y mira que amanecí cansina)
En fin...mi beso, de esos inconformistas y dilatados.

Olimpia.

28/5/08 7:45 p. m.  
Blogger Cecy said...

hola mi querido Ybris, que triste es seguir leyendo estas tempestades que nos ubican en lugares tan feos y nos siguen ubicando, gracias a nuestra integridad que por lo menos nos podemos correr, pero eso no lo arregla, claro, seguiremos con las ilusiones de un mundo mejor, creyendo que las cosas pueden cambiar, esperanza, que linda palabra y pocas veces vista..
Estoy cansada de estos mal aprendidos que deshonran la poca buena voluntad que nos queda.

Besitos amigo.

28/5/08 8:09 p. m.  
Blogger Sasian said...

En mi primer trabajo serio, el jefe, me dijo: "esta es tú primera faena diaria: tienes que llamarme a las 8 a casa para despertarme". Llegue a mi casa y estuve dándole vueltas a la cabeza sobre que debía hacer, tan sólo tenía 19 años, y hasta ese momento únicamente había estudiado. LLegué al trabajo al día siguiente, abrí el local, empece a familiarizarme con el ordenador, la fotocopiadora, el teléfono, las extensiones... empezó a llegar gente, políticos todos, tenían reunión, pues tenían que coordinar una campaña electoral. Se hicieron las 10 y el "jefe" no llegaba. El staff, se impacientaba, no entendían por qué no estaba. Ellos habían llegado a las 8,15 h.

Cuándo llegó, a las 10,45 h. me miro clavándome todos los cuchillos que le salían por los ojos, pero a la pregunta generalizada de "macho, dónde te habías metido, habíamos quedado a las 8", sólo pudo decir... me he dormido. Lo siento.

Jamás me lo perdonó.

Yo a él tampoco.

A pesar de todo Ybris, yo creo en las leyes y en quién las hace...
aunque solo sea para intentar cambiarlas.

un beso

28/5/08 10:26 p. m.  
Blogger Belén Peralta said...

Durante un año seguido, en mi primer trabajo, estuve los 365 días trabajando, sin un sólo día de permiso y sin contrato. Bueno, sin contrato estuve durante tres años y medio. Fui muy feliz porque era un trabajo que adoraba, pero no dejaba de ser un abuso.

De eso han pasado ya muchos años, pero todos sabemos que los abusos de ese tipo, y más grandes aún, siguen existiendo. Mientras existan esas leyes no escritas de las que hablas, querido Ybris, mucho me temo que seguirán haciéndolo...

Besos nocturnos,

B.

28/5/08 11:13 p. m.  
Blogger © José A. Socorro-Noray said...

Es la España que cantaba Machado, la España de charanga y pandereta, la España cañí y patética.

Siempre hay miserables que, sin escribirlas, practican sus propias leyes.

Un abrazo.

29/5/08 12:00 a. m.  
Blogger Fortunata said...

.... ahora todo queda envuelto por un lenguaje seudo democrático que me pone de los nervios....me encanta que aun sigas siendo beligerante...debes ser de los pocos que quedan en este pais...

Un abrazo

29/5/08 8:13 a. m.  
Blogger Di Verso said...

Este es, sin duda, uno de esos temas bastante más complejos en su fondo que en su apariencia. No creo que el ordenamiento jurídico esté deliberadamente pensado, ni siquiera en su minoría, para que no pueda ser aplicado o pueda ser fácilmente desvirtuado en la práctica.
La costumbre forma parte de hecho de nuestras normas, cuando no hay ley aplicable, y cuando la hay, el esfuerzo previo del legislador para tenerla en cuenta. Incluso se va más allá y se aplican los principios generales, esos que suenan tan bien (igualdad, seguridad…) en ausencia de las otras dos y como inspiradoras de las normas.
Es evidente que el poder, en forma de influencias monetarias, políticas, sociales, etc… facilita los intereses de quien lo ostenta y que éste puede, y de hecho suele, utilizarlo de forma abyecta. Al igual que resulta evidente que un sistema de normas tan extenso en ámbitos y objetos de aplicación, tan necesitados de medios, y tan sujeto a intereses políticos (y de consecución y mantenimiento del poder) no puede, de ninguna de las formas, quedar al margen del error. Consustancial éste, por otro lado, a la condición humana del legislador.
De la misma manera que, en la práctica, podemos ver que, en los procedimientos entre trabajadores y empresas, se tiende a defender especialmente los intereses de la parte más débil, que el hecho de denunciar a un inmigrante sin papeles no impide la correspondiente inspección de trabajo; o que se garantiza la asistencia de letrado en todo caso, a quien acredite insuficiencia de recursos; o que en función de la realidad social, se llega hasta el punto de rodear un principio del derecho “sagrado”, como es la igualdad, en pro de solucionar situaciones de discriminación real mediante la discriminación positiva…
No podemos pretender que las leyes solucionen todos los problemas. Problemas que generamos, entre otras, a través de esa mentalidad tan española de “barrer para casa”, para nuestra pequeña casa. Pertenecemos, nos guste o no, a comunidades más amplias en las que nuestra participación es esencial para su correcto funcionamiento. Educamos en la suspicacia hacia el resto de la comunidad, hasta la paranoia, y esto no sólo facilita la injusticia, sino también la manipulación de una gran mayoría sólo interesada en su pequeña comodidad, por parte de una pequeña minoría capaz de satisfacer las necesidades de nuestras “pequeñas casas” con juegos circenses, aprovechando nuestra desidia para volver en su favor la gestión de las necesidades de comunidades más amplias, que ni siquiera consideramos de nuestra incumbencia.
Si has llegado hasta aquí, mis felicitaciones (menudo rollo me ha quedado!) :-P

Un abrazo.

29/5/08 12:30 p. m.  
Blogger Unknown said...

las leyes mejor escritas, sí, pero cuanto más lo pienso, más me doy cuenta que solo lo están para la amplia mayoría de los mortales, mientras unos pocos se las pasan por el forro.

besos

29/5/08 12:52 p. m.  
Blogger Lunarroja said...

A todos nos han pasado cosas parecidas. Tragas. Eso es lo malo. Cuando no hay más remedio que hacerlo.
Y sabiendo que, cuando dejemos de hacerlo, habrá otros tantos que harán lo mismo.

Así han sobrevivido muchas leyes.

29/5/08 10:00 p. m.  
Blogger Simplemente Olimpia. said...

Ante tanta dilatación de palabras y verborrágica obsolencia...(no por ti)

POr que es tu casa me callo, que si no!!!....
Espero que mañana cante otro gallo!

Disculpa de nuevo.

Olimpia.

29/5/08 11:47 p. m.  
Blogger yraya said...

Que fuerte lo de las nóminas en blanco y tampoco hace tanto tiempo!!!
Desde luego que el rasero no se pasa para todos igual..., cuanto nos queda para mejorar!!!
Un saludo.

30/5/08 12:18 a. m.  
Blogger Caperucito Lorca said...

Vaya profe estás hecho. El profe de la vida, me atrevería a decir. Hugs! xD

30/5/08 12:43 a. m.  
Blogger PIZARR said...

¿sabes lo que más me gusta de este texto ? no es el contenido del texto en sí, lo que más me gusta es que lo hayas escrito hoy, ahora... demostrando que eres incombustible, como me suelen decir a mi cuando se trata de protestar o de reclamar frente a una injusticia...

Que el paso de esos 34 años, al parecer no ha cambiado tu manera de ver las injusticias en el mundo.

Como te dice Pato, suficiente con saber que sigue habiendo personas como tú, capaces de no conformarse y de seguir protestado ante las injusticias.

Un beso

31/5/08 2:15 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Que razón tienes demonios...y que tremendamente injustas son en tantas ocasiones esas leyes no escritas ni consensuadas en ningún parlamento. Son muros inamovibles, invisibles y helados.
En cuanto a las que se aprueban para figurar...más de lo mismo.
Siempre me he preguntado como duerme aquél que es injusto a conciencia. Ese que hace las cosas "porque lo digo yo", el que amenaza, el que aborda la libertad y la vida de los demás para pisotearla.
Seguramente duerme mejor que yo, que abro un ojillo en la noche y me desvelo pensando en ese traspiés que parece no tener vuelta atrás, o en ese papel sin solucionar, o en lo que viene luego...
Uf, paro. Mejor no sigo pensando. Confiaré como tú en que la Ley traiga lo justo y que con justicia se sepa aplicar.
Un beso.

31/5/08 2:58 p. m.  
Blogger koffee said...

Leo y releo esa serie de situaciones en las que los de nuestra generación nos hemos visto tantas veces inmersos. A pesar de todo, no tengo claro que sean las leyes las que fallen -no del todo!- sino la burda aplicación de la justicia.
Un abrazo de quien dedica el tiempo que puede, no el que quiere, a quienes aprecia.

1/6/08 3:56 p. m.  
Blogger lemoinestar said...

En mi experiencia personal también se dan situaciones de ese tipo, lo peor del caso es que a medida que han ido pasando los años he percibido que las chapuzas empresariales para con los trabajadores han ido en aumento y nadie dice ni hace nada... ¿Qué está pasando?

Feliz principio de semana.

1/6/08 10:00 p. m.  

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