26.11.08

Justicia

Cuando la ley era tan divina como Dios, tan sagrada como los libros en que se expresaba y tan revelada como la palabra de sus profetas ser justo, recto y santo era una misma cosa. Pero este mundo nuestro ha relegado a antiguallas estas justicias, tantas veces injustísimas, de leyes sobrehumanas e intocables que lo mismo convierten ciertos alimentos en impuros que tapan rostros, prohíben profilácticos o propician terribles castigos e inquisiciones.
Hoy, al menos en este selecto mundo de la civilización occidental, la justicia ha dejado de ser voluntad divina e intenta ser expresión de rectitud y equilibrio como la diosa de los ojos vendados que intenta simplemente ajustar el fiel de su balanza sin mirar lo que se pone en cada plato.
Pero no es tarea fácil. El comportamiento recto que pretende consagrar una igualdad de trato en medio de costumbres ancestrales de predominio de la fuerza sobre la razón es acaso una utopía. Bien puede ser la de palabras y leyes tan etéreas como la de las constituciones que consagran la igualdad de los derechos de todos sin discriminación, mujeres y hombres, blancos y negros, ciudadanos y extranjeros, empleados y parados, creyentes y ateos, jóvenes y ancianos. Los hechos contumaces nos demuestran como la ciega justicia acaba dedicando más espacio en sus cárceles a negros, pobres, ignorantes, parados y extranjeros que a los selectos hijos de clases altas que a veces se dignan en pasar por sus mejores y especiales dependencias cuando sus “abusos económicos” o sus “excesos de confianza” hacen aconsejable ofrecer al altar de los sacrificios algunos chivos expiatorios con que maquillar la intolerable diferencia entre el delito económico de altos vuelos y la pedestre ratería del chorizo. Porque, no nos engañemos, en el fondo de los podridos corazones de los ciudadanos, ansiosos de seguridad para sus míseros ahorrillos y sus modestas aficiones, demandamos más la venganza ante el macarra que nos despoja a punta de pistola que la justicia ante el prócer que se forra, al parecer, del aire pero, también al parecer, lejos de nuestros bolsillos. Con lo cual allá ellos con sus multimillonarios negocios, así sean más negros que el hollín. A mí que me defiendan del ratero de turno y del reptil del asfalto que me quita el hipo y la cartera a golpe de navaja.
Pues eso, lo mismo que nosotros, los honrados ciudadanos, nuestros justicieros jueces de todos los juzgados llevan en sus talones el lastre del asco a la mugre de las calles y, cuando pueden y sin prisas, van impartiendo una justicia aparentemente ciega, pero que deja un pequeño resquicio en su venda para ver la altura del acusado. Y es que los que son iguales por arriba, por aquellos de saber más y tener más dinero, son capaces de aburrir a las piedras con sus recursos, mientras que los iguales de abajo no molestan tanto ni recurren tanto ni tienen que ser recluidos en alas especiales de las cárceles.
Así que viva la ley igual para todos mientras tantos jueces en el fondo sean tan parciales como las actuaciones que la sociedad les pide.

20 Comments:

Blogger mangeles said...

¡¡AMEN¡¡ tú lo es escrito y descrito estupendamente Ybris.

BESOS

26/11/08 7:50 a. m.  
Blogger mia said...

Hoy has llenado todos los rincones

del humano que quiere reclamar,

hoy,como siempre,y hoy más,mereces

que se te publique donde se pueda reclamar,

en las primeras páginas de amigos

y enemigos,para que el mundo entero

pueda leer,limpia,una gran verdad.

gracias ybris

♥♥♥besos♥♥♥

26/11/08 9:02 a. m.  
Blogger Margot said...

Ajá, ni una coma de más, ni de menos, señor Ybris.

La mezquindad y la hipocresía... la Justicia no sólo tiene los ojos vendados, suele tener una mordaza en la boca también y con frecuencia un arma en la mano. Entre todos lo conseguimos, viste? Y el populismo suele tener mejores réditos electorales... no? también eso.

Un beso grande y ajustado a su medida!

26/11/08 9:56 a. m.  
Blogger Isabel Martín said...

Y es más, cuando esos rateros de guante blanco que roban indiscriminadamente a todos y cada uno de nosotros (ciudadanos) salen con permisos penitenciarios (o definitivamente) se les trata como a estrellas de cine. Véanse los recientes casos de Roldán y Julián Muñoz.
¡alegre justicia!

26/11/08 11:19 a. m.  
Blogger Poledra said...

Pues si, es triste, pero es así.

Un abrazo enorme

26/11/08 11:44 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

pffff tema delicado para mi. Estoy de acuerdo con todo, la justicia debe operar lo missmo para cualquiera, sea cual sea su raa o posición social. En el Perú tenemos a nuestro ex presidente Fujimori preso y amuchos de los empresarios y millonarios que hicieron de este país el más corrupto de sudamerica. Sin embargo, no siempre es cierto que la justicia ataca con ferocidad al pobre. Frente al rico el pobre. Frente al negro el indigena. Frente a todos las mujeres. Las mujeres somos ciudadanas de segunda clase en estos lares del mundo. Me siento orgullosa de haber librado un juicio de cuatro años y haber metido a la cárcel por 20 años al hombre que me cagó la vida.

26/11/08 12:55 p. m.  
Blogger josef said...

Totalmente de acuerdo con lo que dices que se resume en una cosa: La ley todavía es de los ricos, no lo crees? Sólo basta mirar. Un saludo!

26/11/08 4:29 p. m.  
Blogger Patricia Angulo said...

Justicia.

Vos lo has dicho magnificamente bien, no puedo agregar mas que Justicia.

Besos.

26/11/08 7:06 p. m.  
Blogger Maitena said...

siempre he creido que la justicia se destapa un ojo para ver a quien se juzga y que en cuestion de la persona se aplican diferentes raseros.

Una vez mas coincido contigo, eres de esas personas que una desearia tener de juez (si llegase el caso) de maestro, de amigo...

un beso

26/11/08 7:35 p. m.  
Blogger JUANAN URKIJO said...

Cuánta razón hay en lo que dices y cuánto desamparo para quienes más lo necesitan.
Me has recordado aquella frase archiconocida de Orwell, que decía que "todos los hombres son iguales, pero hay algunos que son más iguales que los otros".

Un abrazo, Ybris.

26/11/08 9:44 p. m.  
Blogger irene said...

Ni la justicia divina ni la humana me parecen justas. Todos nacemos y morimos igual, pero no todos vivimos de la misma manera. Ni los jueces son siempre justos, ni nosotros tampoco.
Un abrazo, Ybris.

26/11/08 10:04 p. m.  
Blogger raindrop said...

Y si puedes pagarte un pedazoabogado ni te cuento. Parece que tienen súperpoderes hasta para cambiar las leyes.
No hay derecho (literal)

un abrazo

27/11/08 2:15 a. m.  
Blogger Unknown said...

Ybris, agregar más sería desvirtuar lo ya escrito.
Tú has dicho todas las verdades en una gran realidad, claramente.
La justicia tiene sus sentidos anestesiados y nosotros, no vulneremos más el derecho que nos asiste.
Un beso

27/11/08 2:25 a. m.  
Blogger marea@ said...

Tengo dos teorías: por un lado y debido a las malas costumbres adquiridas de las personas no hay más narices que hacer unas reglas para poder convivir en paz, reglas casi doradas sobre el papel pero que luego cuando se ponen en práctica, increiblemente, inclinan el favor hacia el que causa el daño o el que tiene más dinero e influencias.

La segunda teoría, apoyada en la primera... bien, ni que decir tiene que nosotros los ciudadanitos de a pie somos unas simples marionetas de los todo poderosos, amigos intimísimos del dinero y todo tipo de tráficos (influencias, drogas, petroleo, etc...), nosotros somos encauzados, sí o sí, por unas sendas cuyos límites los marcan ellos, vamos y venimos al son que nos marcan y encima se inventan las leyes para que todo parezca más racional.

En fin, que vivimos en un continuo teatro titiritero, manejados por unos hilos que nos privan de libertad.

Un abrazo y perdón por la extensión, es que me ha tocado la fibra. Marea@

27/11/08 8:46 a. m.  
Blogger Xiketä said...

Qué difícil es lo que propones, Ybris.
Que el negro no sea más culpable que el blanco antes de hablar, o el gitano más que el payo, o el inmigrante más que el de la tierra, o el pobre más que el rico, o el sinvergüenza más que el humilde...
La justicia, y no hablo por lo que he vivido, sino por lo que he oido y visto, no es justa.
Y en medio de un tinglado como en el que personalmente me encuentro, de aquí unos meses, espero poder decirte con orgullo que la justicia ha sido justa conmigo, pero es indudable que el miedo, el temor a que no lo sea, como en tantos y tantos casos que he escuchado...pues me rodea sin que yo puede hacer nada.
Me dejas reflexionando...
Besos

27/11/08 11:04 a. m.  
Blogger Tempero said...

http://www.elpais.com/videos/espana/Impresionantes/imagenes/momento/tiroteo/atraco/fallido/ocurrio/ayer/Petrer/Alicante/elpepuesp/20081127elpepunac_5/Ves/

Un banquero nunca morirá así, lo hará, cuando menos, con las botas puestas.

27/11/08 4:11 p. m.  
Blogger Tempero said...

http://www.elpais.com/videos/espana/Impresionantes/imagenes/momento/tiroteo/atraco/fallido/ocurrio/ayer/Petrer/Alicante/elpvid/20081127elpepunac_5/Ves/%3Fctn%3DctnUltimo%26aP%3Dmodulo%253DMDLVideo%2526params%253Dxref%25253D20081127elpepunac_5.Ves

27/11/08 4:13 p. m.  
Blogger Julián Nailes said...

Que gran verdad... es una lastima :)

Un saludo

27/11/08 4:25 p. m.  
Blogger Churra said...

Bueno, yo me daria una vuelta por el turno de oficio, porque la justicia gratuita crea tambien (fijaté que digo "tambien") situaciones injustas y vergonzosas , que como es gratis y sobre todo es un "derecho" pues pues se convierte en bandera que puede clavarse en cualquier sitio y cuidadin con decir ni pio.
Es que hoy me ha dado buena con lo del "abuso del derecho" y "ejercicio antisocial del mismo".
Por lo demas no seré yo quien le discuta ni un punto ni una coma, porque ni la justicia es ciega ni la enseñanza ni la politica ni las obras de caridad .
Un beso

27/11/08 7:04 p. m.  
Blogger ZenyZero said...

Y digo yo: Es que a los honrados nos amedrenta tanta parafernalia para hacer justicia. Por algo es tan complicado. Tantos jueces, secretarios, fiscales y abogados. Casas de juicios, coches celulares y togas y pelucas. Eso será que beneficia a los enrevesados.
Digo yo.

Un abrazo
Chuff!!

27/11/08 7:53 p. m.  

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