17.12.08

Papel o pantalla: el libro electrónico


Andan divididas las opiniones, o sea los deseos,  sobre el futuro de nuestros libros. Por supuesto la mayoría de la humanidad, que pasa hambre y que bastante tiene con aguardar a que la aurora les sorprenda vivos, vive al margen de este problema con la misma indiferencia que le merece al ciego  el color de que pinte la fachada principal de su palacio el sultán de Brunei.
Casi lo mismo les pasa a los que no leen y para los que es de suponer que se inclinarían sin duda por el libro tradicional cuyo lomo tan bien decora ciertas partes de nuestros muebles.
Para esa minoría de viciosos para quienes lo que cuenta es el misterio escondido tras esos apasionantes signos constructores de sueños y emociones que llamamos letras, palabras, frases u oraciones, las últimas novedades en el campo de las publicaciones escritas les llevan a una cierta toma de postura. Quizás no demasiado crucial, porque los que leemos compulsivamente lo seguiremos haciendo aunque volvamos a las tablas de arcilla y a los caracteres cuneiformes.
Quienes realmente andan preocupados son los editores y libreros que escrutan el mejor modo de atender nuestro vicio con el mejor provecho económico para ellos sin quedarse sumidos en las oscuras aguas en que naufragan los esforzados navegantes del mar del mercado global.
Yo, como parte interesadísima en que esto no decaiga sino en que crezca hasta aplastar la zafiedad y la incultura,  me permito unas reflexiones para que el buen libro siga desgastando nuestra vista y colmando la soledad a la que la vida tantas veces nos confina.
Sobre todo, cualesquiera que sean los derroteros que tomen águilas y buitres del mundo de los libros, debe quedar bien claro que el libro debe poseerse, palparse en su totalidad, desde el ropaje externo de su encuadernación hasta la más recóndita cavidad de su entretela. En eso, la parcialidad de la pantalla, unida a la inexistencia de bordes fuera de ella es comparable al amor físico a través de una sábana con agujero que malas lenguas atribuyeron a puritanos recursos tan deseosos de prole  como temerosos del placer incontenible. Ningún hiperenenlace o salto de página en un libro metido en disco o memoria digital puede saciar el placer de introducir el dedo entre las páginas pasadas o venideras como signo de posesión total.
Sólo cuando el libro es enciclopedia de tamaño inabarcable o monstruosa colección de revistas publicadas sin otro interés que los datos contenidos para consulta, estaría dispuesto a cambiarlo por un breve CD-ROM o DVD, resignado como estoy a que su posesión ha de ser necesariamente parcial por mucho que su extensión inunde  la materialidad de mis estanterías.
Pero el libro, nuestro querido libro, es otra cosa. Tras años de intimidad, uno ha descubierto que los bordes que limitan la página no son la negrura del misterio que rodea los límites de la pantalla de un ordenador, sometidos a las locuras de una máquina siempre propicia al bloqueo, a la reiniciación o al parpadeo. Confieren al lector la seguridad que precisa el amante entregado al amor físico con su pareja y que no quiere estar pendiente de ser interrumpido por el vecino pesado o la llamada intempestiva.
Uno quizás acabe acostumbrándose a todo, pero, por favor, aunque sea en papel electrónico, permítanos la ciencia y la técnica el placer de poder destrozarlo de pasión, escribir al margen, subrayar, dibujar, doblarlo y desvencijarlo.
Siempre ha sido ese mi modo de demostrar mi amor a los libros.

35 Comments:

Blogger Tristancio said...

Yo siempre llevo un libro conmigo (ahora, "Vida feliz de un joven llamado esteban"), pues cuando más tiempo tengo de leer es en mis viajes cruzando la ciudad en el autobús y en el metro. No me puedo imaginar mis viajes sin este compañero... tampoco con un ordenador a cuestas.
Casi nunca compro libros para mí (siempre son para regalar), y le saco el jugo a las bibliotecas públicas (en Chile las hay en las estaciones de metro). Me gusta encontrar en estos libros públicos, las huellas de lectores anteriores (el libro que leo ahora, por ejemplo, lo leyó antes que yo, un chico que se llama Esteban, como el protagonista del libro...) e invento historias con los lectores. Siempre se quedan papelitos perdidos entre las páginas que también cuentan historias... en fin. Hay dos inventos que me parecen extraordinarios: el lenguaje (que no se si es un invento) y los libros. Sin ellos mi vida sería más pequeña.

Un abrazo.-

17/12/08 7:02 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Estoy contigo: para mí no hay nada que pueda sustituir la emoción de tener un libro entre manos, el paseo por una librería ojeando...han de convivir ambos formatos.
Yo quiero un libro en mi bolso. Siempre.

17/12/08 8:29 a. m.  
Blogger marea@ said...

Me quedo con el papel, el libro, lo veo menos frío que el tema electrónico, aunque he de decir que es una pasada como avanza todo... y no estoy en contra de estos avances, lo único que se hace con ello es abrir más el amplio abanico de posibilidades.

Un abrazo amigo. Marea@

17/12/08 9:07 a. m.  
Blogger gaia07 said...

Mi madre me castigaba sin dejarme leer. Me caía fatal. Siempre me proporcionaba libros fabulosos, pero quitármelos era malvado. Cuando lo hacía me dedicaba a dibujar con un lápiz la pared en las esquinas junto al printo y debajo escribía necia, sin saber siquiera su significado... Al cabo se dio cuenta y me daba un bote de pintura para tapar los dibujitos. No sabía que me gustaba más, si dibujarlos o taparlos para la eternidad. También se dio cuenta ¡qué bárbara! Y dejo de quitarme los libros, o yo empecé a interesarme por otras cosas. Aprendí que jamás debía quitarle un libro a mi hija, ella dibujaba sus esquinas, se sentaba encima y hacia torres para jugar con sus muñecos. Hoy en día los acuna en sus manos mientras lee. Qué formas tan diferentes de amar los libros.

17/12/08 9:37 a. m.  
Blogger Caminante said...

Buen día Ybris.
Los libros, hablas de los libros y de la forma que adoptarán en un futuro próximo.
Yo, como tú bien dices, prefiero el papel, no es que desprecie la pantalla, que a la vista está utilizo, pero para leer y hacerlo con tranquilidad, volver sobre lo pasado y continuar con la página actual... que no me quiten este soporte. Lo de la tablila de arcilla estuvo muy bien en su momento, fue un gran, un enorme, logro, pero verdaderamente haría la lectura muy "pesada" y "cargante".
Un abrazo. Te aprecio -en la distancia que nos marce el medio-. PAQUITA

17/12/08 9:47 a. m.  
Blogger Margot said...

Pues todo se quedará en proclama... si acaban por cambiar (y cambiaran con el tiempo: los costes mandan) nos pasaremos al formato que nos den, ya sea en piedra o pantalla líquida.

Pero estoy contigo, flaco amante será ese, me estremezco ante la frialdad y poca amigabilidad de su tacto, por no hablar del visual. Pero opino también como tú, en obras de referencia o publicaciones periódicas el formato electrónico es el mejor, sin duda, porque aumenta las posibilidades de consulta, que es su finalidad como obra. Dstintas naturalezas...

Tú también te lias a "personalizar" libros? jajaja, la de broncas que me he llevado por ese tema... pero si es dotarle de vida!! a que si?? a que tu me entiendes? Ays, incomprendidos!

Un beso en rústica, Ybris.

17/12/08 9:50 a. m.  
Blogger Edu Solano Lumbreras said...

Que ya lo dijo el sabio: allí donde se ama a los libros, se ama a los hombres.

Un abrazo.

17/12/08 10:30 a. m.  
Blogger Sofía B. said...

No gana ningún sentido con los libros electrónicos. Un libro tiene que oler a su dueño

17/12/08 11:05 a. m.  
Blogger Lúzbel Guerrero said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

17/12/08 12:16 p. m.  
Blogger Lúzbel Guerrero said...

¡Ay qué dolor amigo YBRIS!, nunca lo hubiera esperado de Ud.!
...escribir al margen, subrayar, dibujar...

Los libros físicos, sólo los tenemos prestados, aunque hayamos pagado por ellos, y un buen día serán de otros, bendecidos por nuestro antiguo interés en ellos
Habrán de encontrarlos con rayajos que les desoriente o confunda, y no les servirá de mucho la ventaja de haberlos recibido
Los libros deberían ser vírgenes siempre, sin marcas a hierro candente de pasiones idas

Doy a ambos soportes sus pros y sus contras; aumentar el tamaño del texto, copiar y pegar, o compartir sin necesidad de encuentros o chasquis (además de que no hará falta que nos lo devuelvan) juegan a favor del libro electrónico. El olor del papel; el concurso innecesario de la red eléctrica o su descubrimiento en una estantería obran, a mi juicio, en favor del libro tradicional

Y ¡PLÍÑ!

17/12/08 12:17 p. m.  
Blogger Isabel Martín said...

Si preguntamos a alguien qué se llevaría a una isla desierta posiblemente elegiría entre varios objetos un libro, pero un libro con su lomo de piel y sus páginas perfectamente encuadernadas... porque en otro caso a ver donde iba a enchufar el router....

Por cierto ¿no os encanta el olor del papel? a mi si es nuevo me traslada a la infancia (a cuando comprábamos los libros a principio de curso) y si es viejo a las estanterías de casa del tío Valentín, donde decenas de libros de todas las categorías y colores forman fila unos tras otros....

17/12/08 1:23 p. m.  
Blogger koffee said...

No se me envíe a las calderas de Botero si oso declarar que hoy por hoy leo muy poco, algo que fácilmente percibirán quienes me hayan conocido antes, pues se trasluce en el vocabulario. Menos aún por decir que a excepción de la novela histórica, la mayoría de mis libros incluyen subrayados, o interrogantes y admiraciones al margen de la hoja. De hecho los leía lápiz en mano, como quien hace un sudoku.
Se me absuelva, porfa: pecata minuta.
Un abrazo.

17/12/08 2:14 p. m.  
Blogger Maitena said...

la pantalla es la pantalla, prefiero quedarme sin lavadora antes que sin Internet...pero los libros....de papel, por supuesto.

feliz fin de semana

17/12/08 4:53 p. m.  
Blogger mia said...

Precioso ybris

seguro que hablas por muchos de nosotros que pensamos así.
La lectura es como tantas otras razones liadas a la infancia,una cultura muy acariciada y beneficiosa.
Y a medida que el tiempo pasa más apetece el refugio de la lectura.
Refugio que es gozo,gozo que es necesidad.
Amor compartido el amor de los libros.
Besos,ybris

17/12/08 5:22 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Que haria sin la posibilidad de ir a una biblioteca o pasearme por una libreria? Conformarme con leer paginas en una simple pantalla.. no!

Nada como la sensacion de tener un par en la mesita de noche, otros en el estante... y nunca los suficientes!

Tremendo tesoro...

17/12/08 6:34 p. m.  
Blogger Patricia Angulo said...

Yo amo los libros del mismo modo que vos, después de leerlos se nota mi paso.

Amo el libro en papel.

Besos.

17/12/08 8:12 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pues el otro día buscaba un libro que no pude comprar en ningún sitio: "La historia de O". Lo acabé encontrando y leyendo en internet; es un buen refugio para lo inencontrable, pero un mal sustituto para las hojas de papel que no se escapan de la pantalla ni se tienen que cargar.
Donde se ponga pasar página chupando dedo índice y señalar página con señalador (de páginas), que se quite pasar línea con ratón. Sobre todo por la situación, un libro se lee tumbado en el sofá, aquí se lee delante del "ente" este, y no es lo mismo.
M.M. Besos.

17/12/08 9:35 p. m.  
Blogger libertad said...

El papel tiene que estar siempre.
Besos

17/12/08 10:48 p. m.  
Blogger © José A. Socorro-Noray said...

Sin lugar a dudas, me quedo con el libro en papel, con su textura, con su olor peculiar. Un libro nos deja acariciarlo y saborear cada una de sus páginas. ¿Qué seríamos sin libros?

Un abrazo

17/12/08 10:49 p. m.  
Blogger josef said...

Amigo Ybris estoy de acuerdo contigo. Nada como palpar un buen libro. Tenerlo, poseerlo y degustarlo. Si son enciclopedías descomunales, de acuerdo tal vez internet. Pero mi libro que no me lo quiten. UN abrazo!

17/12/08 11:10 p. m.  
Blogger thirthe said...

me quedo con el papel, en la pantalla no consigo el reposo suficiente para leer, me cansa mucho antes.

18/12/08 12:27 a. m.  
Blogger Julián Nailes said...

Soy amante de las letras, pero he de reconocer, que cada día leo más y más cosas en el ordenador o en la PDA, y resulta más practico (ahorras papel, dinero y espacio ;)

Un saludo

18/12/08 1:14 a. m.  
Blogger raindrop said...

Cuando hemos pasado tantos años amando los libros en papel, acostumbrándose a ellos, sobándolos, hojeándolos, anotándolos, ejercitando la memoria fotográfica (casi mejor que algunos links), no estamos preparados para ese salto abismal a lo electrónico. No digo que a los chavalillos esto les parezca tan natural, ellos ya han emprendido otras costumbres... no sé... casi como lo de las pesetas y los euros, que (a veces) aún me veo haciendo el cambio en pesetas.
Si es por mí, libros en papel-papel. Me los llevo a la cama y me acuesto con ellos (acabamos haciendo el amor, sí)

abrazos

18/12/08 2:21 a. m.  
Blogger Ventana indiscreta said...

Tuve un profesor en la facultad que nos decía que los libros había que leerlos con destornillador. Sobraban ya más explicaciones. Desarmarlos, volverlos a armar/amar. El escribir en ellos es una cosa que admiro y considero como parte de la vida del lector. Siempre que puedo observo éso: subrayados, anotaciones al margen...
El ordenador también permite destornilladores, pero para otros menesteres y dudo que el libro bueno, el editor primoroso deje de existir. Y si no, con lo publicado y lo que tenemos en casa probablemente nos valdría. Y no dudo que el libro electrónico entra dentro de las políticas rentabilizadoras que no cuajarán y que no nos redimirá, ni de largo, de los, desgraciadamente, de la escasez de lectura (que no de compra).

18/12/08 7:58 a. m.  
Blogger manuel_h said...

y ese olor que tienen recién comprados!!!

18/12/08 5:09 p. m.  
Blogger Gárgola said...

Los mecanismos mentales para leer en pantalla o en papel son diferentes. La lectura en pantalla activa algunas partes del cerebro que no coinciden con las activadas por la lectura en papel y es arriesgado llegar a conclusiones tajantes sobre lo que eso significa, porque estas investigaciones aún gatean. Lo que sí, parece ser, es que cuando leemos en pantalla, hay una mayor tendencia a la dispersión y a la lectura en transversal. Los defensores acérrimos de este 'avance' darán otros argumentos, que también serán ciertos, loando la democratización de la información, de la literatura, el ahorro de papel y otras tantas alabanzas. A mí, me gustan los dos tipos de lectura, pero difícilmente consigo leer un documento de más de 4 páginas en pantalla y lo acabo imprimiendo.
Los libros entre tantas cosas que se ha comentado, para mí tienen un encanto especial y atávico: su olor.

Un abrazo

18/12/08 7:14 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hola Ybris, muy buenas!:

Hasta ahora el libro electronico es muy caro y su tecnologia no permite que se realice una lectura adecuada. Las protecciones de pantalla no son una solucion para evitar el desgaste tragonometrico de los ojos (en comparacion al libro clasico)

Ademas existe un elemento muy importanate que resumes muy bien:

"permítanos la ciencia y la técnica el placer de poder destrozarlo de pasión, escribir al margen, subrayar, dibujar, doblarlo y desvencijarlo"

La tecnologia deberia llegar a permitirnos relizar lo que señalas (que realmente se necesita para una verdadera lectura y estudio).

Veremos que pasa...

Con todods mis saludos célestes,

Versions

19/12/08 12:15 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

yo que leo en libros y en pdf... pero me gustan los libros. Mmmm pero hay cosas incomprables o que no se consiguen en sud america y el pdf es una forma de democratizacion de la cultura.

19/12/08 1:52 a. m.  
Blogger Tempero said...

Querido Ybris, nos quedaremos junto a los libros, como junto a una almohada. Y te recuerdo esa maravilla de soneto que ya con sólo leerlo toda la tecnología se desbanca, porque, no nos lo queramos creer, somos tinta y tierra:

Retirado en la paz de estos desiertos,
Con pocos, pero doctos libros juntos,
Vivo en conversación con los difuntos,
Y escucho con mis ojos a los muertos.

Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
O enmiendan, o fecundan mis asuntos;
Y en músicos callados contrapuntos
Al sueño de la vida hablan despiertos.

Las Grandes Almas que la Muerte ausenta,
De injurias de los años vengadora,
Libra, ¡oh gran Don Josef, docta la Imprenta.

En fuga irrevocable huye la hora;
Pero aquélla el mejor cálculo cuenta,
Que en la lección y estudios nos mejora.

Abrazos en retorno.

20/12/08 9:43 a. m.  
Blogger Sasian said...

Querido Ybris, la técnica nos alcanza y nos alcanza con garra.
Para mi es casi imposible leer en el ordenador (más allá de dos hojas). si tengo que hacer algún trabajo o leer grandes textos que me envian, los imprimo, subrayo de colores, etc...
Mi hija en cambio, como más lee es en el ordenador.
Los libros solo son una carga...aunque, viendo la mochila que diariamente tiene que "levantar" para ir a clase, no me extraña.

Un fin..solo nos queda saber que somos unos afortunados...conocemos el placer de tener unos libros en nuestras manos y el placer de descubir grandes escritores y amigos en este mundo.

un beso

20/12/08 4:54 p. m.  
Blogger irene said...

Donde esté un libro que pueda tener entre mis manos, llevarlo al campo, al mar, en los viajes... que se quite una pantalla.
Un beso, Ybris.

21/12/08 3:41 a. m.  
Blogger PIZARR said...

Pues estoy contigo Ybris, aún a riesgo de que mi casa, como a menudo digo amenace con venirse abajo cualqueir día.

Ya no caben más libros, es imposible ya mantener el orden establecido a rajatabla, hasta hace unos años.

Pero es igual, neceito los libros, como el comer, o quizás más...

Y necesito contar con el placer de poder destrozarlos de pasión, escribir al margen, subrayar, dibujar, doblarlos y desvencijarlos como tu dices...

Mis libros llevan impreso mi sello tras pasar por mis manos.

Soy incapaz de leer un libro en la pantalla del ordenador, como soy incapaz de ver en la misma una película...

Una es así de rara... jajaj

Seguiremos disfrutando del roce de la piel de nuestros libros.

Un beso y Feliz Navidad si no nos cruzamos de nuevo.

21/12/08 3:45 a. m.  
Blogger Diang Lugo said...

Esto me encantó:

"Ningún hiperenenlace o salto de página en un libro metido en disco o memoria digital puede saciar el placer de introducir el dedo entre las páginas pasadas o venideras como signo de posesión total".

Nunca nada podrá compararse con esas hojas entre nuestros dedos, esas páginad con olor a nuevo o a viejo, no importa... cada letra, cada marca...

Claro que los libros electrónicos representan otra forma de leer y también lo he hecho, pero admito no disfrutar tanto de esa lectura como la de un buen libro, verdadero, palpable...

Cuando acudo a los libros electrónicos es sólo para una pequeña introducción que me permita luego poder comprar el libro en cuestión y devorarlo completamente-.

Es imposible que salga de casa sin un ejemplar y disfrutar de él en el camino, así que pienso que pase lo que pase, nada podrá nunca hacer a un lado la tradicional forma de leer...

excelente post...

21/12/08 7:18 a. m.  
Blogger Magnolio said...

Los libros que quiero, o he querido, se parecen a las personas que quiero, o he querido. Es igual que a algunos ya nos los vea, manosee, o piense en lo que un día me dijeron. Me gusta, incluso, como adornan mis estanterias. Reconozco en cada centímetro que ocupan, la historia que contienen, cuando y como, yo la vivía.

Con la pantalla también ocurren cosas, pero son tan efímeras...

21/12/08 8:46 a. m.  
Blogger Eva said...

Yo también soy de la antigua escuela, no me imagino la vida sin el libro físico, su tacto, su olor... Está claro que no hay avances tecnológicos que nos convezcan de lo contrario.

23/12/08 8:51 p. m.  

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