Posturas
Una postura tuya, tan lejana,
que se te me coloque acurrucada
en mi distancia sepia, tan lejana.
La lejanía tiene la ventaja
de que sólo le llegan las posturas
y no hay lugar para ningún reproche.
Lo malo es esa duda de ignorar
cuánta entrega se da desde su acaso.
Me habré de conformar con la sospecha
de que sospeches tú también conmigo
que yo también estudio mis posturas.
que se te me coloque acurrucada
en mi distancia sepia, tan lejana.
La lejanía tiene la ventaja
de que sólo le llegan las posturas
y no hay lugar para ningún reproche.
Lo malo es esa duda de ignorar
cuánta entrega se da desde su acaso.
Me habré de conformar con la sospecha
de que sospeches tú también conmigo
que yo también estudio mis posturas.
posted by ybris at 5:23 a. m.
21 Comments:
Yo también las estudio...besos.
Creo que en el amor la entrega es básica...ahora si jugamos a dar y recibir puede pasar cualquier cosa...lo normal que sólo queden recuerdos y cenizas...
Me recuerda mucho a un romance que tuve hace muuuuuuuuucho tiempo en la lejanía de ventana tras ventana... tras los cristales... él... y yo... cada uno en su cuarto...
Feliz año 2007, encanto... que seas indecente e insannamente feliz.
Besos y abrazos
Pero a veces pueden parecer cercanas
un beso
Estudiarse, observarse después de haberse conocido puede ser una forma de amor
Y es que lo sospeché desde un principio ;-)...malo sería que no lo hicieras, al final todos lo hacemos.
...como las olas hay que acercarse y alejarse,pues en eso radica su belleza, en eso y en las diferentes posturas que adoptan cuando llegan a la orilla.
Como si fuera un juego nos vamos acomodando según las miradas o los pareceres, o las distancias o las cercanías vayan pasando.
Llevo unos días afuera y he pasado a leerte, para mi felicidad enconteré el texto de tu pequeña y escasa primera gotita de aire, lamento que haya sido así de pestilente, pero te ha hecho escribir un texto grandioso y me encanta que estés bien.
Te doy un abrazo navideño y otro mas para esperar el año que termina.
Muchos cariños para vos y tu gente.
Raro es que nos conformemso con una duda, tenemos la mala costumbre de sólo querer certezas.
Saludos.
La lejanía coincide con la memoria en hablarnos siempre de lo bueno...
Sí, debería estudiar yo tambien.
Tu "Posturas" se me ha hecho un tanto enrevesado de comprender, ayer intenté dejar un comentario pero me resultó difícil y hoy veo que sigo confusa ... será la resaca navideña.
Besossss
C.A. Makkkafu.
Llevo pensando un rato eso de que es una ventaja. Lo de que no haya lugar para ningún reproche.
Desde la cercanía hay actitudes que procuran lo mismo. Y lo veo más ventajoso.
Y creo que la desazón me la preoduce el hecho de sentir de algún modo, que la lejanía ya es en sí una especie de reproche.
Pero eso sí,
te conformas si quieres.
Pero si no no te conformes. Que nadie te lo impide, más que tú mismo.
Que recibas una cercania ,sin reproches...
Que te entregues a la duda ..gozosamente.....
Que la sospecha...dibuje en tu rostro una sonrisa tontuela....
Que abundes en el estudio..y practica de cada segundo de felicidad!!!!
(gracias por todo un año de letras,que me acompañaron el alma!!!)
Tenés un ratito para un café? :) Como padre virtual-sustituto te suplico te hagas un hueco en tu agenda! je ... es que esto que escribiste me recuerda a algo que me está sucediendo ahora.
Ybris ... Abrazo muy cálido.
muy buena compostura!!!
quiero un beso a distancia,
acurrucarme desde lejos,
hacerte el amor por correo,
¿nos creeremos?
haces pensar, ybris.
gracias mil
saludos sónicos!
No hay reproches en las lejanías... ¡pero que razón tienes!
Aquí me quedo: reinventando nuevas posturas frente a los malsanos reproches.
Estudiando posturas, las distancias, las lejanías y las dudas, se vuelven, sospecho, cercanas.
y que razón tienes!. Yo a menudo pienso en ella y las estudio...
Mis mejores deseos para el 2007!
Un placer descubrirte y leerte a lo largo de este 2006, de corazón.
Excelente texto.
Un abrazo, Ybris.
In
El sepia siempre fue el color
de las nostalgias.
Y de los acasos...
Y qué difícil ver que uno se da,
que uno se sigue dando,
en la distancia insalvable
de un presente
que ya es pasado.
Precioso.
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