4.12.06

Todos iguales, pero algunos más que otros.

Tras la cena a las ocho y hasta la medianoche de la última visita de la enfermera la velada se prometía larga y aburrida en la habitación doble del gran hospital.
Es efímero el contacto entre dos personas a los que el azar hace compartir una intimidad forzosa que en su versión libre ya quisieran para sí las más profundas amistades.
Tras un educado saludo y las preceptivas preguntas sobre dolencias, intervenciones, síntomas y previsiones el silencio parece morder con su sospecha de acritud los momentos en que ya ni el tiempo puede llenar los intervalos huecos.
La prudencia, que rehuye hablar de política o creencias con los distantes, no impidió la caída en la familia, los hijos, la profesión... Y aquí, tras saber que él, padre de dos hijos pequeños, se dedicaba a las frías labores administrativas de una oficina de banco, le comento mi dilatada dedicación de cuarenta años a la enseñanza. Sobre la importancia de la misma él, naturalmente, tiene firmes convicciones:
“Tengo un Colegio Público al lado de casa, pero en cuanto vi que estaba lleno de negros, gitanos y moros busqué otro más selecto y logré meter en él a mis hijos con la ayuda de amigos influyentes”
Como ese selecto Centro, gratuito concertado, pertenece a una Congregación Religiosa, le comento con disimulada ingenuidad:
“Claro. Tú prefieres un ideario religioso católico”
Pero él replica:
“A mí la religión me importa un bledo y los frailes me resultan más bien antipáticos, pero menuda diferencia de alumnado e instalaciones entre éste y el Público...”

Yo ya sé por donde no debo seguir. Me callo, a la espera ya de que el sueño me aquiete, y dejo que mis recuerdos me lleven por un momento a una pasada reunión del Comité de Escolarización de Zona. Allí un frailecillo menudo y vivaracho, ante la afirmación del ponente de que había que evitar la concentración de emigrantes en los Centros Públicos y abrir a ellos más los Privados Concertados, interviene diciendo que lo importante es la libertad de elección de Centros por parte de los padres. Y luego, por lo bajo, me dice que ellos se las arreglan para no admitir a los inmigrantes dando astuta preferencia a los mejores (“el día que demos presencia a los peores ya podemos despedirnos del prestigio que tenemos”).

Mi colegio es también Privado Concertado, pero laico y situado en una zona deprimida. Son ínfima minoría los españoles integrados y mayoría los marginados e inmigrantes. Los que allí trabajamos sabemos mucho de ambientes difíciles, familias desintegradas y explotadas, alcoholismo y violencia. No nos faltan alumnos. La Comisión de Escolarización nos va mandando sin demasiada pausa alumnos problemáticos –expulsados incluso de Centros Públicos- que nunca encuentran plaza en los selectos porque siempre están ya llenos.

Cuando, al día siguiente, me dicen que no me pueden operar porque el anestesista se marcha a las tres y no hay suplente no me extraña oír a mi acompañante: “¿Lo ves? Si es lo que yo te decía. El dinero de todos se lo gastan con los inmigrantes”...

Y cuando vuelvo al día siguiente al Colegio todo sigue igual: le pido a una alumna filipina que vaya a consolar en tagalo a una pequeñita de tres años que no para de llorar, trato de traducir para la profesora las fichas en euskera del ecuatoriano que acaba de llegar de Bilbao y no tiene dinero para comprar otro material, me reúno con todos para encontrar solución al caso del alumno de once años –expulsado ya de otros dos Centros- que ha agredido a una profesora ...

Al final la vida sigue. Ignorando los problemas que acaban marginando a algunos hasta la delincuencia, la droga, la muerte incluso...
Y me reafirmo en que muchas veces una pretendida libertad viene a ser algo justo sólo para algunos e injusto para otros.
Lo cual es, en el fondo, muy poco justo.

18 Comments:

Blogger Chalá perdía said...

Sí Ybris, en esas estamos...podría hablar de esto días, sin cansarme. Mi hermana trabaja en un centro público donde hay niños de 80 nacionalidades diferentes.
Aunque los maestros tengan demasiadas vacaciones (jajajaja, perdona es otra idea de calle) me parece admirable su trabajo y dedicación. No sé de cómo pueden seguir con todo, tal y como están las cosas.
Hay gente suelta por ahí así, y peor, pero no pierdas la esperanza. Estoy segura de que serás ese maestro al que muchas generaciones de niños recordarán como ejemplo. Esa es tu misión. Aunque sólo salves a uno de ser "carne de cañón".
Besos.

4/12/06 7:26 a. m.  
Blogger Dulcinea said...

Tal cual, esa es la realidad cotidiana, ese es el país que tenemos...luego, mucha libertad, mucho todos "iguales", sobre todo ante lso ojos de DIOS....pero..."espabila y corre, que aquí no te quiero ".

Saludos matutinos, y gracias por tus palabras ;).

4/12/06 9:18 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es este un tema díficil, complicado. Yo tengo claro que prefiero la enseñanza pública, y que soy firme partidaria de ella, sin entrar en otras disquisiciones para las que no me parece éste un lugar demasiado apropiado (aunque nada más sea por el espacio y el tiempo que nos llevaría).
Lo que está claro es que la enseñanza pública está sufriendo los necesarios reajustes de todo el cambio de configuración social que se está produciendo, mientras la privada y concertada procura salir de rositas. Hay muchos padres como tu compañero de habitación, que desgraciadamente valoran más el uniforme y el polideportivo que el trabajo formativo y educacional que se pueda hacer con sus hijos. Jamás he entendido como padres que se confiesan ateos o por lo menos agnósticos y a los que en general las posiciones religiosas les "reflanflinflan" llevan a sus hijos a centros confesionales. ADemás luego se quejan de las presiones que sufren en ese sentido. Y mientras tanto, los demás, pagando con nuestros impuestos ese absurdo. Y ves, ya me extendí.
Un beso para ti, que seguro que lo estás haciendo muy bien con los chavales.

4/12/06 10:15 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

(Confío, por la parte que me toca, en que no consideres por un igual a todos los bancarios, que no banqueros.)
El miedo a lo desconocido nos puede y ahí está la socorrida religión que años más tarde “hará a los nuestrs hombres de pro”,... ja!, como pretendió con nosotros.
Que no se preocupen, que no se mancha así la camisa blanca de esa España que se empeña en cuidar la aparente imagen, sin querer ver la realidad y ahorrándosela a los nuestros en lo posible.
Mi abuela –maestra de pueblo, clase con niños de 4 a 14- repetía que en esta vida todos merecíamos un respeto por nuestra cultura y nuestra incultura, que de esta última ya se encargaría ella; no todos tuvimos la misma suerte al nacer y éso era algo que no debíamos olvidar. Cuanto antes nos pongamos las pilas, mejor. Me consta que maestros y profesionales de la salud ya hace años que las han recargado. Mucha suerte Ybris!.

4/12/06 12:26 p. m.  
Blogger Isthar said...

Mientras la gente no se conciencie y deje de alimentar sus prejuicios, las igualdades seguirán siendo una quimera.

4/12/06 2:17 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

A pesar de defender una escuela laica y publica mis hijas cursaron la EGB en un colegio privado concertado, ¿por que?, el pueblecito en el que vivimos tenia carencia de plazas escolares en aquellos días, era la herencia de un régimen que acababa de morir, después vinieron los demócratas y construyeron tres colegios y un instituto, para cuando les llego la hora de acceder a la secundaria otra vez la maldita masificación. Han pasado casi 30 años, el pueblo ha pasado de tener 12,000 habitantes a 30,000, mas un PAI que se esta construyendo y que traerá a 4.000 familias mas...colegios? infraestructuras?...las mismas, además ya no queda suelo
Los maestros, así como las asociaciones de padres de este pueblo merecen un 10, el otro día tuvimos el placer de ver el estudio que han elaborado sobre el mapa municipal respecto a educación y cultura, os pego el enlace por si consideráis que vale la pena ojearlo. http://www.ampalasenia.org/
ybris,a veces en esas estancias de hospital encuentras personas que se convierten en amigos para siempre, es como la lotería, cuestión de suerte.
ufff… creo que nos estamos desviando del tema de tu texto, lo que dan de si ciertos temas
Un abrazo y cuídate mucho, te necesitamos.

4/12/06 3:12 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Bien sabe la historia hija del tiempo que nunca ha habido mejores palabras que la libertad , la igualdad, la justicia, la solidaridad...y alguna más hermosa que me dejo...sólo palabras en boca de políticos y en la nuestra...hay que hacer una cárcel..no aquí no, hay que colocar un vertedero no hablar en mi pueblo!, hay que repartir los emigrantes ..sí pero en el colegio de la otra calle...somos seres humanos?...bueno la duda y el miedo sigue siendo el factor débil del hombre...sé que nada tiene un remedio rápido, centímetro a centímetro logramos cambiar cosas que en un descuido vuelve a sus orígenes y nos arrasa todo lo conseguido...pero como B.Brecht, lo repetí hace poco: Hay hombres que luchan un día y son buenos, hay hombres que luchan un año y son mejores pero los hay que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles...un abrazo amigo.

4/12/06 4:19 p. m.  
Blogger TORO SALVAJE said...

Hola Ybris.

Me gustó tu post, y comparto lo que dices.

De los colegios religiosos concertados prefiero no gastar ni un segundo, para mí son engañabobos para padres poco reflexivos, respeto a quien lleve a sus hijos por convicciones religiosas pero son una minoría, los otros simplemente huyen de mezclar a sus hijos con inmigrantes.

Desde mi punto de vista esos padres son unos nazis desbravados, de estar por casa, no diría que son racistas, son pobricistas, si el colegio público tuviera niños inmigrantes japoneses, suecos, alemanes y de buena posición económico llevarían sin duda sus hijos allí.

Creo que esta gente son los restos de un naufragio, no ven hacia donde avanza el mundo, no sé que narices quieren preservar en esas urnas resquebrajadas donde matricularon a sus hijos, no le van a poder poner puertas al campo.

Saludos.

4/12/06 4:24 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Quiero creer que el hecho de que tú estés hablando así ya significa algo.

4/12/06 5:57 p. m.  
Blogger Sangre said...

...La lastima de todo esto, querido Ybris, es que podemos lamentarnos, e indignarnos con todo ello, pero la árdua labor de los profesores, desgraciadamente és cada vez mas dificil, porque cada vez las familias dedican menos tiempo a educar a los hijos, y pretenden dejar esa labor casi por completo en manos de los profesores, y los profesores desgraciadamente, no teneis ya el mismo respeto por parte de los padres que antaño...para muestra un boton, yo recuerdo en mi infancia,(siempre fui rapaz rebelde), que le falte a un maestro el respeto, y siendo la falta muy grave, me dió una labazada (un cachete), cuando protesté en casa, y sabiendo mi padre de mi caracter, rebelde y a veces un poco contestatario, cuando se lo dije me dio otra, y me dijo: "...y esa de recuerdo, para que aprendas que a tu maestro te debes el mismo respeto que a mi mismo..." esa frase, se me quedó grabada, hoy, yo comprendo los avances a nivel del trato, con los chavales, pero tengo una compañera maestra, que nisiquiera dio una torta al niño, solamente le dio un azote, por faltas de respeto reiteradas, pues bien, llegaron los dos padres, hablaron con el director, la pusieron de puta para arriba y la denunciaron a la inspección...¿Donde esta la antigua colaboración padres-maestros...?, tu lo habras observado querido Ybris en tu dilatada trayectoria de maestro...a mi que soy mucho mas joven...me apena que sea asi porque hoy soy un adulto normal, que trabajo, vivo y pago mis impuestos, y recordando aquel cachete, doble, me doy cuenta que lejos de hacerme un mal, me hizo un bien, mal que le pese a muchos/as...y conste que hablo por mi no por nadie más...y es que a veces un azote a tiempo, hace maravillas...como dice mi querida abuela, y tiene 91 años...algo habrá aprendido de la vida más que nosotros...Un abrazo..Carlos.

4/12/06 7:12 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Te podría contar...pero mejor lo dejo. Lástima que no me hubiera tocado tu compo de habitación, por mi madre que hubiera pedido el alta a gritos, no sin antes tragarse la vía...o sus palabras, todo ello de manera amable evidentemente, las formas no hay que perderlas nunca ;-)
Y seguimos celebrando el día D, el día H, así acallamos conciencias...¡Qué bonito!

4/12/06 7:44 p. m.  
Blogger libertad said...

...Los prejucios, qué duro escollo a salvar, sobre todo porque demasiadas veces subyace a nuestras propias conciencias. Gracias por compartir.
Un beso

4/12/06 11:58 p. m.  
Blogger Patricia Angulo said...

A medida que tu relato avanzaba comenzaba a padecerte, me he encontrado en situaciones similares y lo he pasado mal, ya sea por replicar con alguna contestación ácida, ya sea por callarme.

Yo he sido maestra durante años de niños carenciados mayormente eran provincianos del litoral o norteños de argentina -ellos se sienten extranjeros en su propia tierra igual, gracias al trato de los porteños que se creen superiores, claro- y luego comenzó una gran afluencia de paraguayos, bolivianos y peruanos, todos iban a poblar las villas que abundan en el conurbano bonaerense, a sufrir una gran marginación y por supuesto ser objeto de todo tipo de maltratos.

Mis hijas van a un colegio privado, la educación publica en argentina era una de las mejores que había, por supuesto superior a la educación privada, pero con la decadencia económica y los paros docentes, eso se vino abajo, con el agravante que el ultimo año que asitieron a ese colegio, el mismo sufrió amenazas de bombas al menos dos veces por semana, lo cual generó un estres enorme en la familia y en las chicas, de modo que las cambiamos y las enviamos al colegio donde se habia educado mi esposo que tenía un muy buen nivel.

Bueno, tenía...Tiempo pasado, o tal vez fue siempre así y yo me enteré una vez adentro.
He sufrido y soportado tantos comentarios del tipo que vos escribiste en tu post que me he ido distanciando y hablando permanetemente en casa sobre discriminación, prejuicio, libertad, dignidad, porque evidentemente mis hijas se están relacionando con muchos chicos cuyos padres piensan que hay que dinamitar las villas, que los negros son peligrosos, que hay que volar a los inmigrantes, en fin cosas realmente horrendas he escuchado.
Es mas llegué a escuchar una vez de boca de un papá que el colegio se había venido abajo desde que habian aceptado el ingreso de mujeres :( estaba hablando conmigo que soy madre de dos mujeres, le dije tantas cosas que el tipo terminó avergonzado.

Perdón me extendí, pero este tema me ha causado muchisimos disgustos.

Un abrazo, estás mejor?

5/12/06 8:44 p. m.  
Blogger Angeles said...

Excelente reflexión.
Me encanta enterarme de lo que ocurre en por tu país, que no dista de ser distinto en el mío, no por un cuento de inmigrantes pero sí por las clases sociales estáticas y la discapacidad en sus distintas expresiones.
Estoy inserta desde el ámbito de la salud en educación, principalmente vinculada a discapacidad e integración escolar. Las dificultades son muchas y parten desde la ignorancia, prejuicios y falta de oportunidades. Es así como la sociedad va creando sus propios vicios, marginando a la gente, creando falsas espectativas y sobre todo sectarizando a la población.

Creo que me fuí por otros lados (sorry).

Besos!

6/12/06 1:48 a. m.  
Blogger manuel_h said...

Desde mi colegio público he vivido y vivo diariamente situaciones parecidas a cada una de las que cuentas, y sólo quiero añadir dos reflexiones a las tuyas (que comparto):
En una u otra escuela, los hijos seguirán saliendo como sus familias quieran, y esto no es buena señal, por ejemplo, para vástago de quién cree que mezclarse con los demás es malo.
La libertad de elección de centro es, posiblemente, una de las "banderas" que más está perjudicando al sistema educativo de este país en los últimos años.
Menos mal que (volviendo a la primera reflexión) no creo que el sistema educativo influya demasiado en los niños.

6/12/06 6:34 p. m.  
Blogger thirthe said...

a veces se necesita ánimo de militante para emprenderla con esos bobos que hacen uso de la libertad siempre a su convenencia. Me refiero tanto a esos padres que eligen el colegio pijo en el que no hay inmigrantes como a religiosos o laicos concertados que siguen un criterio de admisión en función del extracto social del alumno.

besos

7/12/06 6:20 p. m.  
Blogger Insanity said...

Ser educador debería significar lo mismo que ser maestro. Sin embargo, no todos los maestros son educadores. El educador es un verdadero maestro (independientemente de que el colegio sea privado o público), pues es conciente de la responsabilidad que implica el ayudar a formar futuros individuos de bien.
(No se si me explico, pero es así que me ha salido y así lo dejaré, sin mas ni menos)

Un abrazo, Ybris.

8/12/06 4:21 a. m.  
Blogger Carz said...

Un alacrán pasó, huyendo de un incendio, un río a lomos de una rana. En mitad de la singladura el alacrán se asustó por una turbulencia y picó a la rana. Ésta, desconcertada, le preguntó: ¿por qué has hecho esto? Ahora moriremos los dos; yo por tu veneno y tú ahogado.

El alacrán respondió apesadumbrado: está en mi naturaleza.

10/12/06 5:33 a. m.  

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