2.3.07

Virgilio

Luisa se quedó, tras mi cita de Dante hace tres posts, con ganas de una cita de Virgilio y yo con ganas de traerla.

Estos versos de la Eneida me hicieron evocar el inmenso poder de la palabra consoladora por encima de nuestras propias penas, esa capacidad de poner con ellas una sonrisa liberadora en el dolor ajeno.

et dictis maerentia pectora mulcet:
O socii -neque enim ignari sumus ante malorum-

O passi graviora, dabit deus his quoque finem.

Vos et Scyllaeam rabiem penitusque sonantis
accestis scopulos, vos et Cyclopea saxa

experti: revocate animos, maestumque timorem

mittite: forsan et haec olim meminisse iuvabit.

Per varios casus, per tot discrimina rerum

tendimus in Latium; sedes ubi fata quietas

ostendunt; illic fas regna resurgere Troiae.

Durate, et vosmet rebus servate secundis.'

Talia voce refert, curisque ingentibus aeger

spem voltu simulat, premit altum corde dolores

…y alivia con palabras sus pechos afligidos:
“Vosotros, compañeros, expertos en desgracias,
que peor lo pasasteis, un dios las pondrá fin.
Vosotros sabedores de la ira de Escila,
de horrísonos escollos y de piedras de cíclopes
recobrad vuestros ánimos, dejad el temor triste.
Quizá hasta esto un día con gozo evocaremos.
Por variadas fatigas, por sucesos adversos
buscábamos el Lacio, donde el hado la paz
mostrara; allí tendrá que surgir otra Troya.
Resistid y guardaos para tiempos mejores.”
Así habló, y aunque ingentes cuidados le preocupan,
simula la esperanza, cela su inmensa pena.

Y aquí, para acabar, mi leve reflexión:

Quizás ante el dolor nos derrumbemos.
Ojalá una palabra entonces nos recuerde
tiempos peores que ya hemos superado
y siembre una semilla de esperanza
Por eso deberemos conservar,
por encima de pena y desaliento
que horaden como buitres nuestro pecho,
el rostro más sereno que la dicte
la fingida sonrisa que nos sane
el abrazo más tibio que conforte.

8 Comments:

Blogger Fernando said...

Tengamos siempre la fuerza para levantarnos ante los golpes de la vida...abrazos.

2/3/07 1:48 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Gracias, gracias por regalarnos los versos virgilianos. En ese poder curativo creo que siempre confió el "cortesano" Virgilio. Y siempre en su versos llega el tibio y sabio equilibrio: una actitud de emoción bucólica que nos reconcilia con el mundo. Por eso, de acuerdo, creo, con tu reflexión se hacen necesarias hasta la simples formas que nos ayudarán a reencontrarnos. Serenidad,
Un beso, y gracias otra vez.

2/3/07 1:51 p. m.  
Blogger Chalá perdía said...

Una puede sentir que es mera aprendiz de emociones, a tu lado -al lado del maestro de las emociones- una se siente además analfabeta de saberes...
Cómo me gustaría tenerte cerca y a mano (jajajaja) para hablar de poesía, de literatura. Sé que te encantaría.
Tengo deberes, preparar la presentación de un acto por la república, la poesía, la educación. Eres perfecto!!!
Pero lo serías más como ponente..¿Se atreverá?

2/3/07 2:51 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Derrumbarnos sí, el derecho al pataleo conviene, pero sólo el tiempo mínimo. Ni es cuestión de mirarse el ombligo por mucho rato y menos reconcomerse en el dolor.
Sonrisas rias y carcajadas, a mal tiempo buena cara y el mundo siempre, por montera.
Besazos

2/3/07 9:14 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

"el abrazo más tibio que conforte"

Pasé un año en un país en el que la gente no se toca casi ni para saludarse. Recuerdo que pasados los primeros meses un día me di cuenta de la falta que me hacía ese achuchón de ánimo, de cariño, de amistad, de compresión, de cercanía. Y no me faltaban amigos. Faltaba la costumbre. Es una sensación que no se me ha olvidado nunca.

Un beso y un fuerte abrazo.

2/3/07 9:41 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

La palabra de aliento, la mano amiga en forma de báculo y el mirar más allá de tu ombligo donde, de verdad, habita la desgracia
Un saludo

3/3/07 1:25 p. m.  
Blogger ferfo said...

Yo he encontrado una, esperanza, con el poder del olvido y de rostro nuevo. Sana sin necesidad de fingir sonrisas, porque sólo con evocarla nace al rsotro la alegría.

Un abrazo

4/3/07 1:44 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Conservemos ese abrazo, pero no miremos atrás, pues no ayuda a las penas el paso de los años.

Y aquí mi sonrisa, por si fuera de ayuda.

6/3/07 6:13 p. m.  

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