5.2.07

El destierro del nómada

Al hilo de mi última entrada quedaba pensando si una emoción puede transmitirse.

No creo que uno haya de escribir siempre emocionado, sobre todo cuando se hace a diario como terapia contra el corazón reseco y la vida rutinaria.

Sin embargo hoy sí escribía emocionado a partir de un sentimiento que invade a menudo a los apátridas inquietos:

Hay veces en que uno se siente desterrado en tiempos y lugares a los que nunca se ha acostumbrado, quizás por esa insana manía de imaginarse lejos.

Trato entonces de explicarme:

Leía el capítulo tercero de las “Tristes” de Ovidio con su impresionante comienzo
(disculpad mis traducciones, que siempre se me quedan a medias de la implacable densidad y belleza del latín):

Cum subit illius tristissima noctis imago,
quae mihi supremum tempus in urbe fuit,
cum repeto noctem, qua tot mihi cara reliqui,
labitur ex oculis nunc quoque gutta meis.

(Cuando a veces me asalta la tristísima imagen de esa noche
en que se me acababa el plazo para partir de Roma,
cuando evoco la noche en que hube de dejar todo lo amado
aún, tras tanto tiempo, una lágrima cae desde mis ojos)

Tres evocaciones entonces me impresionan:

El nombre de un desterrado escrito en un “ostrakon”, quizás una concha, cuya firma obliga al ostracismo, al destierro.

El pago a Caronte de una moneda para cruzar la laguna Estigia

La esposa de Ovidio suplicando desterrarse con su esposo:

tum vero coniunx umeris abeuntis inhaerens
miscuit haec lacrimis tristia verba suis:
«non potes avelli: simul ah! simul ibimus», inquit,
«te sequar et coniunx exulis exul ero.
et mihi facta via est, et me capit ultima tellus:
accedam profugae sarcina parva rati.
te iubet e patria discedere Caesaris ira,
me pietas: pietas haec mihi Caesar erit.»

(Colgada al irme de mis brazos ella
mezcló palabras a llanto de tristeza:
“No me dejes, nos iremos juntos,
desterrada mujer de un desterrado.
Tu senda es mía, tu final el mío.
Leve carga seré para tu nave.
La ira a ti del César te destierra;
el amor para mí será mi César”)

y me aplico entonces estos versos que ahora os dejo:


Profugae sarcina parva rati

Poco peso seré para la nave
que surca los caminos del destierro.
Tan sólo le pedí a la vida
este rincón desde el que escribo.
La vida, generosa, me lo ha dado,
pero tengo nostalgia muchas veces
de lo que veo ante mis ojos ir
y no comprendo.
Y es que he vendido el alma.
La vida me entregó mi soledad
escrita en una concha.
La firmé sin dudarlo y ahora he visto
que he aceptado mi destierro con mi firma.
Es su precio, como también mi paga.
Que todos los refugios
le deben a la vida la moneda
del paso de la voz hasta el silencio.

15 Comments:

Blogger Maitena said...

Cuando leo la profundidad con la que escribes y la belleza que tienen tus palabras...pienso

¡¡DIOS!!¿donde esta este hombre?...
(disculpa, es una broma sin maldad)

Un abrazo

5/2/07 7:45 a. m.  
Blogger Chalá perdía said...

Y yo me digo: ¡Caguentó! ¡Qué listo es!...
Otra desterrada.

5/2/07 9:47 a. m.  
Blogger Edu Solano Lumbreras said...

Mira el triste con vocación de alegre: en el fondo tienes lo que quisiste tener, pero tú te has visto con el transcurrir de la vida transformado, y el precio que en su día fuese justo e incluso para nosotros ventajoso, se ve de otra manera a largo plazo.

Y muchas veces me pregunto si mantener un compromiso, un pacto, un contrato o cualquier cosa que en su día se firmó y ahora ya no es lo que nos colma por cuestiones de honor, de resignación, de responsabilidad, de amor por los demás o por pura bondad o por guardar la armonía no es tracionarse.

Si no hay una falsa moralidad, un doblez que soportamos en secreto de cada una de nuestras renuncias, y un acabar por no poder darse (a uno mismo, lo que uno es, darse sincero).

Y si me entretengo un poco más es porque yo renegocié mi contrato con la vida, me puse serio, y con ahínco le propuse un nuevo trato: querida vida, de ti espero, que me des en la medida en la que yo me dé.

Y a la vida pareció complacerle.

5/2/07 10:41 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Creo que ahora me dejaran decirte que hay destierros como flores que se abren y otros como arenas. No obstante, un destierro lo es: no hay espacio, a no ser que aparezca la otra dimensión. Que a veces es un buen otro sitio. Tu poema-reflexión acaso conjuga un poco todo ello...

Ovidio.... ¡qué listo era y cómo suena! He olvidado mucho el latín. Pero sigue gustándome leerlo, aunque ya no entienda muchas cosas. Muchas veces me dan ganas de retornar a los diccionarios y retomar el frenético ritmo traductor de la adolescencia.
Un beso.

5/2/07 12:29 p. m.  
Blogger . said...

Y la propia vida es una nostalgia contínua...sín lugar seguro donde acoger la nobleza que vaga entre nosotros.

Un fuerte abrazo mi querido Ybris.

bohemiamar.

5/2/07 12:50 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hoy parece que la nostalgia se ha asentado en nosotros...pues esta vez yo sí he escrito con emoción...por eso cubre su mano de tristeza a lo mejor todo lo que leo...serán mis ojos?...un abrazo

5/2/07 1:41 p. m.  
Blogger libertad said...

Hoy, como otras veces he sentido un placer inmenso al aprender contigo y al leerte. Has encontrado el rincón que en el fondo buscabas, y más habitantes de los que esperabas en él.
Una pregunta (perdona por el atrevimiento): la RAE no diferencia exactamente entre nostalgia y melancolía. Aunque yo las utilizo en distintos momentos la diferenica más nítida se la leí a Manuel Vicent, pero no sé de dónde procedía la misma. ¿En qué dirías tú que se diferencian ambas palabras,nostalgia y melancolía?
(contestame cuando quieras y si quieres o puedes, es que me ha asaltado la duda al leerte, y me interesa tu opinión)
Un beso

5/2/07 3:03 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

El espíritu inquieto
vivirá siempre
en el corazón de un desterrado.
Dichoso aquel que encuentre
un rincón de paz en el destierro,
en que sentirse a gusto,
y la medida justa de nostalgia
ante las otras tierras
para mantener
el alma despierta
y el corazón contento.

No me he podido resistir, Ybris. Ya sabes que este tema de toca de lleno.

Cuando te leo no es que encuentre respuestas, es que encuentro las preguntas justas.

Gracias.

Un beso.

5/2/07 6:01 p. m.  
Blogger Sangre said...

...Si fueres el Caronte que cruza la laguna del silencio a tus palabras...indudablemente...aqui tienes mis dos monedas, para tan bella travesía...insuperable reflexión..nunca es el dolor, dolor, hasta que toca las supremas verdades que cada uno encerramos en el alma...
Un fuerte abrazo querido amigo.
Carlos

5/2/07 8:07 p. m.  
Blogger Patricia Angulo said...

Este refugio, tambien es mi destierro.

Sos grande Ybris, enorme!

Un abrazo.

5/2/07 10:56 p. m.  
Blogger sergisonic said...

en la nostalgia del desterrado también está la fuerza del valiente, la rebeldía del inconformista, las palabras del humilde y generoso héroe.

abrazos sónicos

6/2/07 12:25 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ignoro si la propia emoción se puede transmitir, más bien diría que no, lo que sí se puede hacer es provocar en el lector/escuchante "otra" emoción, quizá distinta a la que en un principio se pensó tranmitir. Ufff no sé cómo explicarlo. He recordado este pequeño poema escrito ya hace algún tiempo.

Caronte
andrajoso y semidesnudo
como los muertos que transporta
persigue con su mirada
los movimientos de los remos
ha recogido ya
la moneda
de la boca del difunto
y ahora se dirige
a la otra orilla
de la laguna Estigia
donde le aguarda el infierno al muerto
y a él un interminable regreso
a través de la niebla y el silencio

FIN FINITO

(el que regresa nunca es el que partió, los viajes nos cambian, y no hablo solamente de viajes físicos)

6/2/07 8:16 a. m.  
Blogger Lunarroja said...

Emoción... siempre al leerte.
Comparto tu teoría.

6/2/07 12:13 p. m.  
Blogger Isabel Barceló Chico said...

Ovidio es un autor que me gusta mucho. Coincido contigo en la emoción de esas primeras frases en las que narra su partida de Roma, con la ropa especial de los desterrados... Ahora, me resultan aún más fascinantes sus "Cartas de heroínas".
¿No te animas a representar un personaje en la historia de Dido? Puede ser emocionante. Extiendo también la invitación a tus contertulios. Besos y hasta pronto.

6/2/07 11:49 p. m.  
Blogger manuel_h said...

la amor y la ira resultando en el mismo destierro, impresionantes los versos de la esposa de Ovidio.

10/2/07 9:50 a. m.  

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