30.4.08

Morir como dormirse

Muchas son las partidas definitivas que he contemplado. Hoy quisiera citar tres de ellas.

En la primera, a la que me enfrenté solo, atendía a un anciano que moría con el deseo de descansar de una vida ya cumplida pintado en su rostro. En un momento se le detuvo la respiración mientras yo sentía aún su débil pulso en mis dedos. Le insuflé boca a boca un poco de aire y comenzó a respirar de nuevo trabajosamente mientras su mirada parecía decirme que le dejara irse. Comprendí entonces que es inútil luchar contra lo irremediable. Cuando poco después se le detuvo la respiración, de nuevo le tomé la mano y se la apreté fuerte mientras le decía al oído que no se la soltaría hasta el final para que no se sintiera solo.

Otra, de un buen amigo, la recuerdo porque así me lo contó su mujer después de conocer que tenía un cáncer terminal y que llegaran a un acuerdo de no intervención. Según su deseo ni siquiera aceptó la sonda nasogástrica por la que querían alimentarle hasta el final. Murió sedado con el cuerpo consumido pero no con la indignidad de la derrota.

Por último mencionaré una que se me quedó grabada por lo contrario. Un compañero del colegio, de mi misma edad, aquejado de un glioblastoma incurable, al que se le ocultaba su gravedad por una mal entendida compasión, aprovechó un momento en que nos quedamos solos para pedirme que le dijera la verdad. Se lo dije. Él me lo agradeció y me habló de cómo iba notando que le fallaba la capacidad de expresarse y me pidió que procurase convencer a los suyos para que le dejaran morir sin inútiles cirugías ni crueles intentos de prolongarle con vida. Fue inútil. Ni siquiera pude mencionar el tema a su mujer que insistió en que le operaran y le mantuvieran con vida todo lo posible. Así estuvo inmóvil durante más de dos meses hasta que falleció lleno de tubos en una parada respìratoria.

Según va uno notándose más crepuscular esos recuerdos resultan inevitables y siempre he sentido que lo irremediable debe aceptarse con resignación y sin ensañamiento. Visto el interés que tienen algunos por salvar a los impíos a fuerza de dolorosas expiaciones y el miedo de muchos a que se filtre la palabra eutanasia por algún resquicio de nuestra digna aceptación de la muerte yo haré lo posible por acabar con la cabeza lo más alta posible y manteniendo una última conversación conmigo mismo, que seré mi último y más fiel acompañante en tan duro paso.

Quede a los juristas poner con precisión por escrito lo que quisiera que quedara escrito. Mientras tanto y tras leer algunos sabios consejos y conmovedores sentimientos de mi querida Athena en su serie Delirios (28-4-08) se me ocurre dejar este borrador como pista de mi última voluntad para cuando llegue sin prisas ni sin pausas:

Quiero dejarlo todo cayendo suavemente
en el piélago de otros ojos
que me dejen pasar sin detenerme.
Quiero unos brazos suaves como aceite
que sólo inútilmente me quieran retener
mientras se dejan recorrer del todo
sin ocultar su cuerpo por vergüenza.
Me iría resbalando sin condenas
con un sabor a cuerpo entre mis labios.
el dulce roce de los sexos limpios
y la pía anestesia de manos en mi piel.
Nadie llore jamás tan digna marcha.
Pues hemos de marchar, marchemos
desnudos como un día aparecimos
sin hojas ni serpientes
conocedores ya del mal y el bien
y sólo arrepentidos
de no haber ensayado mucho más
este modo excelso de partida.


35 Comments:

Blogger Carz said...

A este paso último intentamos darle un áurea mística tan sólo porque es irreversible.
Pero también es irreversible cada día que pasa... muramos como perros de pobres, porque los de los ricos tendrán tubos cuando mueran.

PS.- El cerebro descarga todas sus endorfinas antes de apagarse. este acto de piedad, es una muestra más de la inexistencia de algún dios.

Un abrazo.

30/4/08 5:47 a. m.  
Blogger Maitena said...

Comentaba hace unos segundos tu post con nuestra común amiga,

¿Te ha deprimido? Me ha dicho,
No, me ha gustado.

Ayer justamente hablaba de este tema con mis compañeras de trabajo, nunca me planteo que moriré entubada o con una enfermedad que me haga perder mi dignidad, siempre pienso que mi final será como el de mi madre, viejecita lúcida y rodeada de los que mas quiero. Dejare escrito y un sobre con unos pocos euros para que después de esparcir mis cenizas se reúnan alrededor de una mesa, comiendo y bebiendo como solemos hacer cuando nos juntamos todos y que celebren la vida.

Besos Ybris, vivos y enérgicos

30/4/08 7:27 a. m.  
Blogger Sofía B. said...

Pues aquí la mano tienes que desgraciadametne ya conoce otras partidas recientes.

Que no sea hasta dentro de mucho tiempo cuando ya hayamos leído todo lo que hayas escrito.

30/4/08 7:34 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Amén.

30/4/08 8:09 a. m.  
Blogger marea@ said...

Eso digo yo también... ¡así sea!

Un abrazo amigo. marea@

30/4/08 9:57 a. m.  
Blogger Sirena Varada said...

Mientras leía tus palabras, tan emotivas, tan contundentes y frágiles me vino a la memoria la letra y la música de esta canción que también habla de afrontar el naufragio con la cabeza lo más alta posible
“…Quiero sentir las olas
cubrirme toda la vida
que se me escapa sin verla
por un camino sin prisas.

Quiero morirme de cerca
quiero morirme hacia abajo
quiero morirme descalzo
quiero morirme cantando...”

Un abrazo

30/4/08 10:46 a. m.  
Blogger Luis Torregrosa said...

Hasta a los barcos se les permite naugrafar en paz y no se busca la tormenta para que encallen y rompan. Me ha conmovido. Un abrazo.

30/4/08 11:02 a. m.  
Blogger Poledra said...

Cada persona deberia irse como desea.

Un abrazo enorme

30/4/08 11:08 a. m.  
Blogger mgab. said...

tus palabras siempre apaciguan la tormenta que todos llevamos dentro, unos días quieta y los otros azotando, y ese miedo ancestral que sólo se domestica con la serenidad del conocer que tu trasmites, y que yo quisiera hacer mía... y anda que no llevo años!
también sé, menos mal, que la meta es el camino.
es bueno poder andar contigo, compañero

30/4/08 12:31 p. m.  
Blogger Eva said...

Espero que ese inevitable trance por el que todos debemos de pasar sea lo más rápido y dulce (no sé si es la palabra adecuada dadas las circunstancias) posible. Sería deseable que los gobiernos, lejos de moralismos vacíos, se encarguen de, por lo menos, no prolongar el sufrimiento innecesariamente.

30/4/08 1:19 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Mucha gente-entre las que me cuento- ve a alguien cansado y hace lo posible para demostrar que la vida hay que vivirla hasta el último suspiro. Entiendo (tarde, como siempre) que no se puede seguir el mismo ritmo. Todo sería más sencillo sin miedos, miedo a que te quieran por compasión, miedo a que ese amor obstaculice otros, miedo al final. Y los del otro lado sin saber que argumentos inventar para que quede claro que la compañía es grata, la mejor
Besos

30/4/08 1:39 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

pfffffffffff

hay muertes y muertes
y resurreciones y resurreciones

30/4/08 2:24 p. m.  
Blogger doctorvitamorte said...

Amén.Amén. Esto es descansar en paz, con humanidad, con dignidad... "sólo arrepentidos de no haber ensayado mucho más" en vida

30/4/08 2:44 p. m.  
Blogger Patricia Angulo said...

Yo te leo, como quien aprende.
Así te leo Ybris.

Siempre un placer.

Y un abrazo muy fuerte.

30/4/08 5:46 p. m.  
Blogger albalpha said...

Partir con dignidad, que así sea.

Besos
Alba

30/4/08 5:54 p. m.  
Blogger PIZARR said...

Pues yo Ybris, desde muy niña tuve que ver más de una partida y al cabo de los años me doy cuenta de que todas ellas fueron serenas, tranquilas, en una confortable cama rodeados de los suyos.

Vi partir a mi padre, mis abuelos, bisabuelo... todos maternos...

Quien hizo esto posible fué mi ama y como no podía ser de otra manera, cuando en mayo le tocó a ella realizar ese viaje, procuré organizárselo como sabía que ella había organizado esos otros viajes anteriores.

Y así tuvimos 35 durísimos y a la vez bellísimos días para despedirnos, en calma, sin hospitales,sin tubos, sin esa sonda que citas... que tan solo hubiera provocado una agonía innecesaria. Algo dije en la entrada de los Mandalas...

Por lo tanto, ante lo irremediable, solo queda dejarse ir en paz...

Aunque hoy en día es preciso tener las cosas habladas con los hijos e incluso escritas para que hagan la voluntad de uno.

Un beso

30/4/08 7:10 p. m.  
Blogger Fernando said...

no sé te noto tan grave estos días de reflexiones...creo que debes buscar un poco de luz para que tus palabras busquen otros campos donde establecerse...peord e acuerdo con lo que dices...abrazos.

30/4/08 7:56 p. m.  
Blogger UMA said...

A veces creo que es una cuestiòn exclusiva de los españoles esto de sentirte cerca de la muerte pisando los 60...o sentirse avejentado o gastado ya a los 40 o 50...
Quiero contagiarte la alegrìa de mi cultura que a estas edades suele comenzar de nuevo TODO.
Coincido con Fer Sarrìa, vamos con el ànimo, Ybris.
Un beso.

30/4/08 9:31 p. m.  
Blogger Leuma said...

De momento estaría bien conseguir dormir de forma profunda y levantarse descansado y con el ánimo limpio por las mañanas, y un día...bueno, ese día, que ocurre a cualquier edad, tener el espíritu en paz, un besazo Ybris

30/4/08 9:52 p. m.  
Blogger Dardo said...

Que duda cabe, querido Ybris, que es contrario a un buen morir el llamado encarnizamiento terapeútico. Leí a un teólogo alemán decir que Dios no nos manda más sufrimiento del que podamos aguantar. Quiero que se me entienda bien. No quiero dolores gratuitos. Pero a través del dolor que en la sociedad del bienestar se presenta como un tabú experimentamos ser mejores. Es una purificación que nos hace conscientes del dolor y sufrimiento de este mundo, de los demás.

Todos en esa hora queremos una "buena muerte". En la tradición cristiana el salmo 23 (El buen pastor):

El Señor me apacienta, no me falta nada:
Háceme recostar en verdes pastos. Condúceme a las aguas de descanso;
Refrigera mi alma. Por senderos derechos me conduce, por amor de su nombre.
Aun andando por barranco tenebroso, no temo mal alguno, pues estás tú conmigo. Tu vara y tu cayado me consuelan.......

se ha utilizado para consolar al moribundo. Y de esto, querido amigo, estamos hablando. De encontrarnos en ese mar de los ojos del que nos asista, en sus brazos afectivos. Es una digna marcha en esto tienes toda la razón; y también en que en esta cultura actual donde la muerte es tabú con frecuencia no ensayamos nuestra buena muerte.

Querido amigo. Si no tenemos nadie a nuestra vera con quien despedirnos que resuene pletórico y consolador el salmo 23.

Un fuerte abrazo.

30/4/08 10:35 p. m.  
Blogger yraya said...

Eso es lo que realmente deberíamos hacer en estos casos, respetar por encima de todo la voluntad del que se va y no arruniarnarles mas la vida de lo que la tienen.
Un saludo.

1/5/08 12:44 a. m.  
Blogger Ego said...

Carz lo ha dicho todo. Pero yo, desde mi humilde indignidad, me quedo con el áura mística.
A pesar de que no tengo del todo claro si me gustaría despedirme o no.
Sí, hoy sí.
Un (b)eso...

1/5/08 1:04 a. m.  
Blogger Cecy said...

Hola Ybris, recuerdo muy presente en mi memoria, que el abuelo de mi hijo, unos dias antes de morir, mientras todos le revoloteaban alrededor, pidiendole que hiciera cosas, me dice " mi hijita, ya estoy cansado, dejeme irme en paz" "mi hijita en ese momento solo quiero que se quede con mi pioji" pioji le decia a mi hijo, y así fue lo deje irse como pidio, y lo recuerdo con una serenidad como pocas vi en mi vida.

Un beso

1/5/08 4:22 a. m.  
Blogger mia said...

no sé si mi proximidad

a la medicina o mi continuo

ver morir la gente,pero

contrariamente a ti,

acepto la sorpresa!

Harán de mi lo que

ellos quieran,yo ya no podré

decidir ni opinar,y si

digo ahora,lo que deseo

no tengo ninguna certeza

de que ello ocurra...

No deseo dar pena a los

míos,por lo demás he aprendido

que planear,es la parte

poética de un acto filosófico

La Muerte

Me entristece tu pensamiento

de hoy,generoso y bueno!

Te prefiero yendo al colegio

a buscar a la niña,si de todos modos,

por suerte nunca sabremos

como se acabará nuestra vida!

P.D. No me sorprende tu generosidad
la admiro ybris!


♥♥♥besos♥♥♥

lo que

1/5/08 10:01 a. m.  
Blogger Belén Peralta said...

Me ha conmovido profundamente su mensaje de hoy, Ybris. Mañana precisamente hace una semana que falleció de forma súbita mi vecino de arriba, de 49 años. Fue un infarto tan fulminante que ni siquiera le dio tiempo a quejarse. Cayó al suelo como fulminado por un rayo... y se acabó todo.

Comparo esa muerte con otras en las que el enfermo ha sufrido en una agonía horrible -horrible por el dolor y horrible por la certeza de que detrás sólo quedaba la muerte y ninguna esperanza de vida-, que, aunque injusta, comprendo que esta forma de morir es la mejor, tanto para uno mismo como para la familia. Sí, injusta por lo inesperada, pero la prefiero mil veces.

Un fuerte abrazo, Ybris, y un beso dulce de cereza.

B.

1/5/08 1:31 p. m.  
Blogger Mamen said...

Buen puente.
Un abrazo

1/5/08 4:13 p. m.  
Blogger Mamen said...

Es un auténtico placer leerte, Ybris.
Y ensayemos pues con la partida de cada día, de cada momento que nos toca vivir, y vivamos con dignidad también todos ellos. Ese será nuestro bagaje cuando regresemos a la nada.

Besos.

1/5/08 5:53 p. m.  
Blogger ZenyZero said...

Cierto Ybris. La dignidad es un bien inalienable. Lo he dicho muchas veces.
Renunciar a seguir vivo, amenudo, es renunciar a la indignidad.
Una palabra que mencionas varias veces. Es luz y nada se acaba porque cerremos los ojos.

Quede un notario con forma de ángel para guardar tus deseos en el cielo de tu particular universo.

Adoro tu mentalidad tan profunda y adoro la forma en la que nos la traes a La Tierra. No son sólo palabras.

Un abrazo.
Chuff!!

2/5/08 1:12 a. m.  
Blogger Simplemente Olimpia. said...

Podría sacar cientos de palabras de este poema tuyo....dejarlas macerar en cualquier renglón de mi memoria, seguro que al cabo de los años serían el antídoto de cualquier dolor de mi cuerpo....podría contarte de las marchas funebres que he escuchado y he vivido...pero hoy, y a estas horas de mi noche, sólo quiero que todas las palabras que has escrito, me acunen...sabiendo que habré de despedirme-te...en ese algún día de la memoria.

Olimpia.

2/5/08 3:30 a. m.  
Blogger ybris said...

Podéis creerme que hago esfuerzos denodados por agradecer con mis comentarios todos los vuestros. Pero, parte porque son muchos y, sobre todo, porque el utilizar estos días un módem gprs para conectarme a internet en una zona de la sierra madrileña con muy poca cobertura telefónica ralentiza e incluso hace imposible a veceslos comentarios. A los que no les llegue y a los que no tienen accesible su blog (agradecido a tus amabilísimos 21 comentarios, Olimpia) quiero dejarles aquí el más sincero de mis abrazos y la más rendida de mis disculpas.

2/5/08 6:49 a. m.  
Blogger Isabel Martín said...

la muerte es como la vida.
pocas veces nos dejan elegir como vivir, y pocas nos dejan elegir como morir.

un abrazo (tardío)

2/5/08 11:53 a. m.  
Blogger Laura Escuela said...

con esos tres primeros versos resumes todo. Todo. Bellísimo post.

un abrazo, más fuerte que otras veces.

3/5/08 4:43 p. m.  
Blogger thirthe said...

como decía el poeta, puesto que hay que morir, morir vivo!

3/5/08 11:50 p. m.  
Blogger manuel_h said...

como testamento vital, me apunto sin la menor duda!

7/5/08 10:22 a. m.  
Blogger koffee said...

Me pido una partida sin tubos pero sí en el sueño, y si éso hace que llegue un poco antes.... bendita sea!

9/5/08 2:54 p. m.  

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